-- Así que, Azumaya Junta. Gran fan de tu trabajo, por cierto. Veo aquí que has trabajado antes con Saijo Takato, ¿Cómo es él?
-- Admiro mucho a Saijo-San. Es una persona amable y un superior al cual respeto.
Azumaya sonrió, entrecerrando los ojos. Quería ir a casa, ¿Cuánto tiempo lo retendrían?
El oficial observó a Junta, esperando por algún gesto que delatara su culpabilidad. No era la primera vez que le traían a la estación, ya había sido interrogado múltiples veces por distintos oficiales y demás, pero todo, desde su coartada a su fachada cooperativa e inocente, era impecable.
Al final se cansó de andar con rodeos, yendo directo al grano.
-- ¿Eres consciente de la evidencia puesta en tu contra?
-- Lo soy.
-- Luces demasiado relajado teniendo en cuenta lo que sabemos, Azumaya Junta.
-- vaya, ¿Es así?- soltó una pequeña risa, tal como hacía en las entrevistas cuando hacían una pregunta o remarca estúpida. La palabra de un testigo no era nada comparada con toda la evidencia a su favor. No podían arrestarlo sólo porque algún niño o viejo creyeran haberlo visto en plena oscuridad echar a Takato a su auto (aún si así había sido).
-- Si no pudiera lucir calmado en situaciones como esta no podría llamarme a mí mismo un actor, ¿Cierto?
El oficial calló por algunos segundos, finalmente recargándose en su silla y suspirando.
-- Tenemos a un hombre de mediana edad que estuvo en la escena al momento de la desaparición de Saijo Takato. Jura haberte visto subir a Saijo a tu vehículo y salir. ¿No suena familiar?
-- Llevé a Saijo-San a casa y le ayudé a bajar. Esta persona pudo haberlo interpretado mal, después de todo Saijo-San mostró oposición ante la idea de bajar.
-- ¿Y a qué se debe esto?
-- No lo sé. Estaba bastante ebrio, su actitud y acciones eran erráticas.
El hombre bajó el cuaderno en el que había escrito algunas notas, viendo directo a los ojos de Azumaya.
-- Esto no será usado como evidencia, así que puedes relajarte. Sólo tengo una pregunta.
-- ¿De qué se trata?
-- Es sobre Saijo Takato. ¿Has escuchado los rumores circulando por Japón?
-- ¿Sobre Saijo-San huyendo?
-- Exacto. Dado el tiempo que has trabajado con él, ¿Crees que sean ciertos?
-- No lo son.
Junta no tomó un solo segundo a considerar la pregunta. Takato-San jamás habría desaparecido por algo tan insípido como su título en una revista para mujeres. Él no era el tipo de persona que huía de sus problemas, los enfrentaba de cara y con la frente en alto. Por eso le encantaba tanto.
El oficial se puso en pie, caminando hacia la puerta. Interesante reacción, pensó.
-- Muchas gracias por tu tiempo, Azumaya. Estaremos en contacto.
...
-- ¡Eso es todo por hoy chicos, buen trabajo!
Voces de ánimo y conversaciones alegres llenaron el lugar, seguidos de frases como "gracias por su trabajo."
Una chica, tal vez de 20 años, se acercó tímidamente a Junta, invitándolo por una bebida junto a algunos de los miembros del staff.
Junta se negó amablemente, tomando como excusa sus deseos de llegar a casa y descansar. Realmente estaba lejos del cansancio. Sólo podía pensar en una cosa, todo lo demás le valía poco comparado con su preciado Takato.
-- Aléjate de él, Hana-Chan. Puede que te secuestre- bromeó uno de los empleados, recibiendo miradas de desprecio por el resto.
-- Rin-San, no es de buen gusto bromear sobre eso con Totaka aún desaparecido. Discúlpate con Junta-Kun.
Rin se encogió de hombros, molesto por tener que pedir perdón.
-- Está bien, no debes hacer eso.- Azumaya interrumpió, sonriendo. Sólo quería salir de ahí e ir a casa con Takato-San. ¿Estaba bien? ¿Habría intentado huir una vez más? No, en el estado en que se encontraba no era posible. Aún así, eso mismo se había dicho días antes y aún así había intentado escapar. Ah, era una caja de sorpresas, no podía esperar a saber qué encontraría al regresar.
Los demás le observaron mientras salía, admirándose por su amabilidad. Cada pequeña acción realizada por él era tomada con gran respeto. No era que tomaran la desición de borrarlo como un posible sospechoso, simplemente no podía cruzar sus mentes. La desaparición de Takato debido a la revista tampoco les parecía posible, pero teniendo a Azumaya ahí, contrario a Takato, le daba gran ventaja. Cada día creían más en su versión de la historia que en la- aún no contada- de Takato.
Junta casi podía saborear el momento en que entrara a casa, si no fuera por una persona esperando a la salida del estudio.
-- Ah, Junta-Kun.
Sonrió en grande, claramente molesto. ¿Quién más le iría a interrumpir?
-- Sasaki-San, buen trabajo el de hoy.
-- Buen trabajo.
Ambos se sonrieron mutuamente, no diciendo nada más.
-- Si me disculpas voy a casa. Hasta mañana, Sasaki-San.
-- Claro, sólo quería disculparme por lo que sucedió adentro, ¿Quieres que hable con él?
-- Hablar con él no cambiará su opinión. Aún así, gracias por la oferta.
-- Es cierto, es cierto. Aún así, ¿No te molesta?
-- ¿Por qué me molestaría?
Apretó la correa de su bolso, desesperado por salir de ahí. Parecía que el universo estaba intentando mantenerlo alejado de casa por el mayor tiempo posible.
Sasaki sonrió en grande, el reflejo de sus lentes impidiendo que fuera posible ver sus ojos. Tenía un aura tranquila a su alrededor-como siempre- y, sin embargo, había algo distinto, algo que Azumaya no tenía tiempo para descifrar.
Tomó su tiempo antes de contestar, bajando el volumen de su voz:
-- Saber que algunas personas aún creen en el pedazo de mierda que eres, ¿No te molesta?
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Carnal Instinct
FanfictionTakato Saijo, el hombre más deseado número 2, despierta en medio de un apartamento que no reconoce, desnudo, esposado, y con una pierna rota. El monstruo que lo retiene como su prisionero no lo dejará escapar, sometiéndolo a distintos tipos de tortu...