-- Llegas tarde, Taku.
— ¡Papá!
Sasaki se agachó para recibir el abrazo de Nana, cargándola en sus brazos. Ella subió sus brazos en el aire sonriendo, empezando a contar los detalles de su día.
Su esposa puso su plato en la mesa, quitándose el mantel antes de ir hacia él y darle un beso en la mejilla.
-- Lo siento, el tráfico fue algo pesado de camino.
Mentira, pensó.
Habían pasado 5 días desde que habló con Azumaya, todo sin avances. Trató de contactar con la policía esos días, pero ninguno escuchó lo que tenía por decir. Se cansaron de él, fue lo que dedujo.
Su esposa sabía que algo le molestaba, pero no preguntó qué pues, supuso, seguía preocupado por la desaparición de Takato. Se reflejaba en los bolsos negros bajo sus ojos, y su mirada ausente la mayor parte del día.
-- Gracias por la comida.
Sonrió, poniendo a Nana en el suelo.
¿Qué podía hacer? No tenía evidencia de nada, había ido de estación en estación pidiendo ver las cámaras de seguridad, los videos del edificio de Takato y Azumaya, sin éxito. Era como si Takato hubiera desvanecido por completo. ¿Podía decir a la policía que se debía a una corazonada suya? No, lo creerían loco. ¿Qué podría hacer? Se ponía a sí mismo en peligro desafiando a Azumaya, y por sobre eso, ponía a su familia en peligro. Ni siquiera sabía si Takato seguía vivo, ¿Por qué seguir?
Aquella pregunta posó un peso al fondo de su estómago, el dilema tomando completo control de su mente. ¿Por qué seguía? ¿Era por Takato, o por su propia culpa? Lo conocía desde la secundaria, y aunque tuviera cerca de 30 años no podía evitar verlo como un niño. ¿Cómo podía abandonarlo? Solo Dios sabría las cosas que estaría viviendo, todo mientras él seguía en la comodidad de su casa, rodeado de personas que lo amaban. Era su culpa después de todo, así que sería su responsabilidad rescatarlo.
Tomó su plato una vez terminó de comer, llevándolo al lavavajillas. Fijó su mirada en Nana, quien pintaba alguna que otra florecilla en su cuaderno. Cumpliría 4 dentro de 3 meses, y planeaban llevarla al parque de diversiones. Saldrían los 3 juntos y se divertirán, ese era el plan. ¿Estaba dispuesto a sacrificar eso en caso de no volver con vida?
-- Nana-Chan.
La llamó, arrodillándose a su nivel.
-- ¿Sí?
Respondió ella, levantando el crayón del papel para verlo. Tenía los ojos de su madre, y un ápice de inocencia infantil.
Sasaki sonrió, preguntando dulcemente:
— ¿Qué te gustaría para tu cumpleaños?
Nana pensó en su respuesta por unos segundos, antes de levantar la mirada y sonreír:
— Me gustaría ver a Takato.
Sasaki esperaba esa respuesta (después de todo Nana no era el tipo de niña que pediría por juguetes o cosas similares), y aun así no pudo evitar sentir un estrujón en su corazón.
— Papá podría invitarlo a tu fiesta de cumpleaños, ¿Te gustaría?— preguntó, su labio inferior temblando levemente.
Los ojos de Nana se agrandaron, y sonrió emocionada:
-- ¿Papá sabe dónde está?
-- Eso creo. ¿Te gustaría verlo?
-- ¡Sí, a Nana le gustaría!
Se puso en pie torpemente por la emoción, dándole un abrazo rápido a su papá y corriendo hacia su madre a contarle sobre como Takato iría a su fiesta de cumpleaños, y como su papá sabía dónde estaba.

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Carnal Instinct
FanfictionTakato Saijo, el hombre más deseado número 2, despierta en medio de un apartamento que no reconoce, desnudo, esposado, y con una pierna rota. El monstruo que lo retiene como su prisionero no lo dejará escapar, sometiéndolo a distintos tipos de tortu...