Capitulo 17

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Sus palabras hicieron que tragara hondo. Empezó a deslizar la punta de su miembro por mi entrada, torturándome nuevamente.

¡No puedo creer que vaya a hacer esto!

Sin más preámbulos siento como se hunde en mí, en ese instante y solo por ese segundo siento como un peso deja mi cuerpo. Algo dentro de mi sentí que se rompía, las ganas de gritar eran enormes y el ardor que empecé a sentir era una combinación que al principio no toleraba, pero con el pasar de los segundos una ola de placer fue calmando aquel dolor, más sin embargo este seguía, pero era más fácil de tolerar.

Hades entraba y salía con más facilidad debido a mi humedad, mi corazón se aceleraba y mis manos se aferraban con fuerza a su cuerpo. Este abrió más mis piernas y se introdujo más a ellas entrando todo su amiguito y un grito irracional dejó mi garganta, desde ahí no pude contenerme y mis gemidos y gritos hacían eco en toda la habitación. Nuestros cuerpos chocando por igual. Volvía a sentir el orgasmo llegar y no tardo en aparecer, también pude sentir como Hades también dejó su liquido salir dentro de mí. Este salió lentamente y pude presenciar como nuestros líquidos se mezclaban. Era imposible controlar nuestras respiraciones y mi corazón a mil.

Pensé que habíamos terminado y decido cerrar mis piernas, quise alejarme ya que no sabía cómo reaccionar luego de todo esto, pero Hades me lo impidió. — ¿Qué crees qué haces? — me habla colocando sus manos en mis muslos. — Aún no terminamos.

Con una flexibilidad única toma mis tobillos y los cruza para ponerme en cuatro y luego tomar mis caderas para introducir su miembro nuevamente en mí. — Te prometí follarte hasta no poder más. — dice y un escalofrío me cubrió.

Esa noche pude decir que fue una de las mejores en mi vida. Lo hicimos en cada pose, me venía junto a él que ya hasta perdí la cuenta, los gritos y el sudor no eran un impedimento para parar, Sus besos ardientes por todo mi cuerpo y mis manos tocando sus brazos y pechos tatuados, su cabello negro y sus ojos hacían que perdiera el control.

Olvide todo a mi alrededor esa noche y en esa cama solo pensaba en el placer y en él. Pensé que ese sueño que tuve fue una locura.... Pero al experimentar esto y sentir cada embestida, cada placer, cada orgasmo, ese sueño se queda corto. Perdí la noción del tiempo incluso la hora en que el cansancio me hizo cerrar los ojos.

~

<Mi estatus ha cambiado.... Pero no mucho, puedo presumir que ya tengo dieciocho y no soy oficialmente Virgen.>

~

La voz de una de las sirvientas me interrumpe el sueño. — Señorita, su padre ha llegado y pide verla. — dice está.

— ¿Q-Que? — pregunto un poco desorientada y estrujándome los ojos. — ¿Qué hora es?

— Son las dos de la tarde señorita. — dice tratando de no posar sus ojos en mi discretamente y por último sale de la habitación.

Miro hacia el otro lado de mi cama y no me encuentro con su pelo negro lleno de tatuajes y por el cual fui desvirgada anoche.

— ¡Ay mierda, ya no soy Virgen! — me digo a mí misma tomando una de las almohadas a mi extremo y colocándola en mi cara.

¡Me volví una puta sin remedio!

Quito la almohada nuevamente y respiro hondo y vuelvo a tratar de sentarme y percatarme del gran desastre qué hay en la cama. Sentí un dolor en mi espalda baja y en mi cuello, nunca pensé que fuera tan doloroso.

El abismo de Hades: El regreso de un Rey. Ⓒ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora