Capitulo 12

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Kennedy Maserati

— ¿Cuánto tardarás? — pregunto despidiendo a mi padre el cual tenía un viaje de trabajo.

Aún no lo entiendo, con el peligro que corremos y el todavía pensando en trabajo. ¡Dios mío!

— No mucho, Aunque creo que me perderé tu cumpleaños.

— No te preocupes, no tengo ganas de celebrarlo. —dije  sinceramente.

— De todos modos, te traeré algo de Italia, ¿va? — asiento y me abraza.

Desde que pasó todo, mi padre no ha parado de abrazarme, algo raro en él. De la única manera que se porta así es que esté a punto de morir o algo similar.

Tania venía a abrazarlo y yo rápidamente tomé la iniciativa. — Debes irte o perderás el avión.

— Cariño, tenemos avión privado. — habla mi padre extrañado.

— Claro.... Pero el hotel y la reservación, no querrás perderla. — hablo rápido y este me da un beso en la frente y entra al auto.

Volteo a ver a Tania la cual no pudo acercarse porque el auto de mi padre había arrancado. Una risa me invade por dentro.

— Llegas tarde. — Dije de burla y entro a la enorme casa.

Le pedí a mi padre que enviara una excusa a la escuela, ya que le dije que no me sentía bien por lo que acepto debido a lo de ayer. Así que tendré unos días libre. Hace tiempo no venía a esta casa, siempre fue acogedora. Será bueno tener las minivacaciones aquí.

Las horas y los días pasaban lento. Estuve encerrada en una de las habitaciones, cenaba y comía aquí arriba. Gracias a dios que mi hermano me trajo todo lo que le pedí. No veía mucho a Ian debido a que él se estaba haciendo cargo de la empresa de papa mientras no estaba. Por otro lado, Tania no he vuelto a verle la cara y no pretendía hacerlo. Y pues Hades......

Llevamos cuatro días sin hablarnos y cada que lo veo le cojo más odio...... y es que luego de la vergüenza que me hizo pasar la ira regreso gratis, aunque admito que si quería besarlo. Anoche raramente soñé con él y si soy una idiota, pero es que es inevitable, a pesar de ser un imbécil....... Su presencia, su físico todo de él me atrae.

No lo confundan, no es amor.... Es atracción.... < ¿verdad?> Lo que me ha estado carcomiendo la mente es pensar el porque me negó el beso.

Primero: Es profesional y cuida su trabajo.

Segundo: Solo es un idiota y quiere verme sufrir.

Tercero: No le gusto... ni le atraigo o quizás no soy su tipo.

<Seguro le gustan con todo más grande> en cambio yo....... "Me miro al espejo viendo mi busto y trasero" mi trasero es un poco grande pero mis bustos no!

¡Mierda pero que estoy pensando!

¿Porque querría que yo le gustase? Es estúpido se supone que lo odio.... <Mierda mil veces>.

Voy a mi closet y me pongo un pijama corta. — ¡Ya veremos cuánto aguantas! — me digo a misma.

Aprovecharé que mi hermano no está y Tania probablemente ya esté durmiendo. Bajo las escaleras y veo que las luces estaban apagadas excepto la de la cocina. Me paro en el marco de esta y veo a un Hades hablando por teléfono, pero en cuanto me ve se despide y cuelga.

Yo por otro lado cruzo sin dirigirle la palabra.... Le doy la espalda y puedo sentir su mirada en mi cuerpo. Tomó un vaso de jugo y cuando termino me volteo para irme, pero su voz me lo impide.

— ¿A qué estás jugando Kennedy? — pregunta.

— Yo a nada.... ¿Y tú? — Este aprieta su mandíbula y me toma del antebrazo para pegarme a la pared.

— No me hace gracia.

— Pero a mi si.... y ya suéltame! — exijo, pero este no lo hace.

— Tu estúpido jueguito de Provocarme no te saldrá bien.

— Ah no? ¿Y según tú, por qué? — le respondo con actitud. Este fuertemente me toma de la mandíbula y voltea un poco mi rostro para susurrarme algo en el oído.

— Porque las niñas como tú solo buscan besitos, acaricias... y yo maldita mocosa, solo te puedo dar la penetrada de tu vida y créeme, no me importará lo muy Virgen que seas, voy a cogerte tan duro que te será imposible volver a caminar bien en una semana.

Sus palabras me dejaron sin aliento, es más Justo ahora no se ni quien soy. El corazón se me hundía y un cosquilleo inexplicable recorre mis entrepiernas las cuales temblaban con tan solo escucharlo.

Me muerdo fuerte los labios al sentir como su otra mano fue levantando el camisón que traía.  un escalofrío me cubrió todo el cuerpo cuando sentí como este suavemente frota mi vagina, mis pantis le impedían el contacto profundo, pero aun así sentía como se deslizaba y subía haciéndome sentir mil cosas. Las ganas de gritar no dejaban mi garganta, pero sabía que lo único que podía hacer era gemir con dificulta.

Pensé que Hades no llegaría tan lejos pero cuando sentí que hizo aún lado la tela que separaba sus dedos de mi vagina, una ola de calor me cubrió. Ahora sus movimientos iban más rápidos y sus dedos se deslizaban más suaves. Sentía que iba a explotar si seguía. Esa sensación era tan fuerte que un grito sin previo aviso dejó mis labios.

— La próxima vez que intentes provocarme.... Piénsalo dos veces. — dice por último y aleja sus dedos de mi intimidad, dejándome sin aliento y con el orgasmo realizado.

Les juro que el miedo invadió todo mi ser. Ningún hombre antes me había tocado y al experimentar esto hoy....... Mis neuronas hacían que perdiera toda mi moral y cuando Pensé que todo acabó sentí su amiguito duro y firme a través de sus pantalones. Este intento besarme, pero lo esquive y con un poco de fuerza lo alejo.

<Creo que no estoy lista para esto> Mierda, estaba tan asustada.... nunca imaginé que mi pequeño juego llegara tan lejos!

Me quede pegada a la pared tratando de bajar el camisón que traía torpemente el cual estaba demasiado alzado. — Vez lo que se siente jugar con fuego, Mocosa. — Su estúpida pero sexi voz rompe el silencio.

— Eres un.... un maldito idiota!

— No te hagas.... Era lo que querías.

— No.... no quería!

— Ah no? — Muestra su sonrisa melancólica de lado y Vuelve acercárseme.

Una vez más me vio la cara de estúpida.... ¿Dejare que lo vuelva hacer? < No, claro que no>. Este estaba a punto de pegar nuestros labios, pero lo esquivo nuevamente y esta vez fui yo la que se separó. Me alejo de aquel lugar corriendo. Subí rápidamente las escaleras con los nervios disparados, pero al pisar el último escalón sin querer me tropiezo y casi caigo.

— Mierda! — me digo a mí misma, tomo la compostura y regreso a mi habitación como Dios me ayuda.

El abismo de Hades: El regreso de un Rey. Ⓒ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora