El abismo de Hades: El regreso de un Rey. Ⓒ

Capitulo 33 |𝐏𝐋𝐔𝐒|

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Kennedy Maserati

Su confesión fue tan sincera pero que mi cara de confusión era notoria. Esperé tanto este momento que ni siquiera pensé en las circunstancias que estábamos.

— Aunque me digas todo esto... Nada cambiara. Mi amor no será correspondido y...— hablé firme, pero con el alma destrozada.

Acabe de ver como mi padre murió... ¡como dos personas murieron hoy! Y no pude hacer nada. Lo peor de todo es que sabían que estoy iba a pasar y no hicieron nada.

—No pretendo que nada cambie. Te lo digo porque sé que esto que sentimos... no tendrá futuro. — Pronuncia sinceramente.

Ya sabía la respuesta, pero esto me dolió aún más.

— No quiero verte... déjame sola. — Repetí deshaciendo la mirada que había entre ambos.

A pesar de dejar de mirarlo podía sentir perfectamente como sus ojos escaneaban mi perfil de lado, y como iba deslizándola por todo mi cuello. No tardo en sentir como despacio levanto su mano y la coloco en mi cuello. Iba a voltear mi rostro para encararlo nuevamente, pero este no me lo permitió.

Se acerco más repentinamente, hacerme más apara atrás no era una opción debido al enorme espaldar de la cama. — Matas un gusano eres un héroe... matas una mariposa y eres un asesino. La vida tiene criterios estéticos... ¿No lo crees?

— Puedes tener razón, pero ya ni siquiera tengo las ganas de decirte que la tienes. — Dije y este no responde solo lleva sus labios a mi cuello. Trago fuerte debido a la enorme sensación.

Podía sentir perfectamente como lo besaba, sus labios tocando mi piel era la sensación más perfecta que había experimentado. Era increíble como me controlaba, es su talento innato hacerlo. Con rudeza toma mi tobillo haciendo que mi entrepierna quedara en bandeja de plata para él, y sin pensarlo toma el medio de mis pantis creando el tacto más placentero de todos, pero ese placer me hace entrar en razón.

— No quiero! — Dije tratando de empujarlo, pero era inútil.

— Al menos invéntate algo más convincente... — Dice aun con sus labios en mi cuello. Con rudeza se deshace de mis pantis y vuelve a tomar mi tobillo para hacer que me acueste.

— Ahora vas a convertirte en violador?!... ¡Que novedad! Solo te advierto que añadir algo más en tus antecedentes podría aumentar los años tras las rejas.

— Me alegra que lo hayas leído... Así te entra en esa cabecita que me importa una mierda.

Mi furia crece y vuelvo a tratar de empujarlo más fuerte y patalear una vez se posiciona encima de mi para luego pegar nuestros labios a la fuerza. Mi ira y ganas de llorar iban cesando.

¡Sabía que esto que siento por él iba a destruirme!

su olor y piel iban calmando mi agresividad contra él. Sube sus manos por debajo de mi blusa para luego quitármela y viajar a besos por mis pechos, abdomen y cintura. Nuevamente el cosquilleo vuelve a mi. Su brusquedad era sorprendente... era como si todo este tiempo se hubiera contenido y ahora, está liberándose conmigo.