『 Bakugou Katsuki - Halloween. 』

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El día de las brujas se acerca y, con ello, las fiestas de disfraces por todos lados. No importa si eres o no popular, siempre escucharás de alguien que hará una fiesta; a veces te invitan, a veces cualquiera puede ir.

Nuestra protagonista no estaba interesada de ninguna forma en asistir a alguna de esas fiestas, cúmulos de gente disfrazada, ocultando quiénes eran realmente. Prefería evitar aquello.

Sin embargo, se vio forzada a entrar a una casa embrujada con sus amigos. No quería ir, pero la insistencia de parte de su mejor amiga era demasiada y para no dejarla sola finalmente aceptó unirse a ellos. No era que tuviera miedo del lugar, no era nada más que una casa abandonada años atrás de quien todos desconocían el dueño.

Con el chirrido de una puerta, la chica con la que iba dio un grito y empezó a correr de vuelta fuera del lugar. Quería seguirla, pero una voz fantasmal proveniente de la misma habitación que se había abierto momentos atrás la estaba llamando.

No supo porqué, pero entró.

Dentro del cuarto había una puerta grande en el medio hecha de vidriera que reflejaba la luz de la ventana, brillaba en un tono rojizo que hacía notar más la luna en el vidrio. Una mesita de noche y los vestigios de lo que alguna vez fue una cama para descansar.

Podía escuchar los ladridos de un perro rabioso gruñir desde dentro. Y entré.

Lo primero que me recibió a penas poner un pie dentro de la puerta fueron los ladridos de perros a lo lejos. La puerta se cerró detrás de mi con un portazo que me empujó a explorar el lugar.

Podía sentir mis pies, cubiertos por los tenis que había elegido ponerme, hundirse en la nieve mientras más pasos daba. El viento frío se colaba en mis huesos y ahora me arrepentía de no haber tomado el suéter antes de salir de mi casa.

A lo lejos pude distinguir la luz de una cabaña a penas visible debido a la tormenta que parecía estar comenzando. Inconscientemente comencé a dirigirme en esa dirección, con mis pasos cada vez más lentos y cansados, avanzando con dificultad en dirección contraria al viento.

Mi vista se volvía poco a poco nublada, quitándome la poca visibilidad que tenía. Y todo se volvió negro.

[...]

El sonido de la ventana golpeando en la pared terminó de despertarme. El frío entraba en la habitación como si fuese su propia casa. Cuando iba a levantarme para cerrarla me di cuenta de que no sabía en dónde me encontraba, y justamente la puerta se abrió.

Un apuesto chico de cabello rubio y orejas puntiagudas en la parte de arriba de su cabeza me recibió con un café. Lo dejó sobre la mesita de noche y empujó la ventana de vuelta a su lugar de un manotazo. Sus manos tenían uñas largas y filosas.

Me dio una mirada rápida y señaló el café con la cabeza, luego, con el ceño fruncido, se fue otra vez.

Por supuesto, no tomé el café. No puedes ir por ahí tomando lo que sea que te den personas extrañas, especialmente gente que parece enojada con todo el mundo. Quién sabe qué podría tener.
En su lugar, decidí levantarme de la cama. Llevaba la misma ropa y mis zapatos estaban al pie de la cama. Lo único que había cambiado eran mis calcetas, que habían sido reemplazadas de las cortas y nada útiles a unas bastante abrigadas para mantener mis pies calientes.

Bueno, quizá el café no sea tan malo.

Salí de la habitación con la taza en mano, dándole un pequeño sorbo luego de oler el contenido. Estaba amargo, muy amargo.

- Si sales por la puerta trasera y caminas hacia el norte encontrarás la salida -la voz grave del chico me sobresaltó, causando que algunas gotas del café cayeran sobre su alfombra-. No es bueno que los humanos estén mucho tiempo aquí.

❝ BNHA: One Shots ➥ Soulmate ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora