❝ BNHA: One Shots ➥ Soulmate ❞

『Todoroki Enji ϟ Año Nuevo』

❝ 002; Cuando conoces a tu alma gemela, un tatuaje de lo primero que pensó de ti aparece en tu cuerpo. ❞
✛
〝 AU 〞

Despierto por la mañana y, al igual que todos los días, me coloco la camisa más cercana a mi cama y acomodo mi cabello, llevándome un pan tostado a la boca mientras camino de aquí para allá, tomando las llaves del departamento junto a mi teléfono.

Ninguna de ambas cosas se me podía olvidar.

Tallo mis ojos a la vez que cierro la puerta detrás de mí, dirigiendome a las escaleras para bajar sin demasiadas prisas, sabiendo que aún tengo veinte minutos antes de que sea la hora de estar en mi trabajo.

Aunque el trabajo de héroe sí deja dinero, hay que decir que para el cada tanto que pagan, es conveniente tener algo con lo que sostenerte (especialmente si quieres darte ciertos lujos y no eres parte de los mejores diez).

Triste realidad, pero cuando no eres demasiado popular, es lo que lleva.

Alzo mi mano cuando veo a un taxi que se dirige a mí. Se detiene y subo al auto, diciendo la dirección al conductor y mirando algunas cosas en mi teléfono por mientras.

Veo, inevitablemente, algunas cosas acerca del nuevo héroe número uno.

Endeavor.

O como yo suelo llamarlo, Enji.

Camino por los pasillos de UA con la cabeza baja, más concentrada en cómo entrenar para el festival deportivo, que se encontraba increíblemente cerca, que en lo que me rodeaba en aquél momento.

Siento mi cabeza chocar entonces con una fornida espalda y, al azar la vista, mi mirada se encuentra con un cabello rojizo y unos ojos azules que me observan con enojo.

"Joder, me va a matar."

De un instante a otro, antes de que se me diese la oportunidad de huir de la escena, siento como si algo que no estaba antes apareciera de repente en mi antebrazo.

Mis ojos se dirigen allí, en donde se podían apreciar de forma clara y con una letra bastante bonita dos palabras.

"Mocosa estúpida."

La mañana transcurre con tranquilidad en el trabajo, teniendo que atender solamente a un par de personas y, cuando menos me doy cuenta, mi turno termina.

Me recuesto sobre el sofá, alzando la vista para observar los cuadros colgados en la pared.

Aunque están a la vista de todos, no suelo prestarles mucha atención. No podría decir una razón a aquello.

En varias fotografías se ve a Enji. Una de ellas, especialmente, me hace sonreír inevitablemente pues las imágenes se reproducen en mi mente como si se tratase de un video.

Nos encontramos él y yo, sosteniendo entre ambos un cono de helado de vainilla. Como casi siempre, él tiene el ceño fruncido, junto a un ligero sonrojo en las mejillas.

Aquél día Toshinori había organizado una salida en grupo, invitándonos a Enji y a mí. Éramos seis personas yendo y viniendo en el parque de diversiones.

Subimos a muchos juegos y comimos bastante. Uno de los puestos vendía helado, así que Enji y yo compramos un par de ellos.

Sin embargo, su helado se rompió al hacer demasiada fuerza con su mano.

— ¡Enji!

— Oh, mierda. Carajo.

Para no comprar otro helado, decidimos compartir el mío —y con decidimos me refiero a decidí—. Toshinori llegó tomando una fotografía justo a tiempo.