『Aizawa Shota』

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❝ 018; Al cumplir los 15 años, el nombre de tu alma gemela aparecerá en tu muñeca. ❞

La primera vez que crucé palabras con mi alma gemela, fue en el momento en el que di un paso para entrar a mi aula correspondiente, chocando accidentalmente con él y recibiendo un gruñido de su parte.

— Fíjate por dónde vas —dijo aquella vez, y pude observar su cabello negro y largo caer por sus hombros. Unos ojos cansados y levemente rojizos.

— Ah, pero fuiste tú quien chocó conmigo.

Río al recordar cómo en aquél momento casi me mata con la mirada. Me observó tan horrible que casi sentí que un cuchillo me estaba atravesando debido a la intensidad.

En el momento en el que el profesor estaba nombrando lista de forma común y corriente, no pude evitar sentir curiosidad por el hecho de que había escuchado el nombre que había quedado grabado en mi muñeca poco antes de comenzar las clases.

El chico de grandes ojeras alzaba su mano para decir "presente", lo que me hizo enrojecer de la vergüenza; si ese tipo es mi alma gemela, entonces tuve la peor primera impresión del mundo.

Y lo confirmé poco después, cuando me acerqué a él para pedir disculpas por el incidente. Nos presentamos y, efectivamente, su nombre era el de mi alma gemela.

Pero cuando miré disimuladamente en su muñeca, no había nada escrito. Él no había cumplido quince años aún.

— La clase terminó —su voz resuena en mis oídos, haciéndome dar un leve salto en mi lugar para observarlo parado frente a mí, sosteniendo un libro con la intención de golpearme—. ¿Qué haces en las nubes?

— Estaba divagando en recuerdos —acomodo mejor aquella muñequera deportiva que cubre su nombre, pues espero a que cumpla la edad y se de cuenta él mismo.

— Yamada me hizo venir por ti, vamos ya —me hace levantarme, tomando mi brazo para arrastrarme de esta forma hacia la cafetería.

Al poco tiempo de que nos volviéramos amigos (al día siguiente) un chico de cabellos rubios se acercó a nosotros. Era demasiado entusiasta, pero debido a que yo no estoy ni en extrovertida ni en introvertida, pude hacer que formáramos una especie de pequeño grupo, al que ese mismo día se unió una chica de buen cuerpo y tono levemente arrogante.

Ahora, luego de dos meses de clases, nos hemos vuelto cercanos. Faltan otros dos meses para que sea el cumpleaños de Shota, y el único que sabe el "secreto" es Yamada, quien lo descubrió por accidente.

— Ah, allá están —murmura el primer nombrado, aún jalando de mí para que fuese detrás de él. Es una costumbre que tiene, porque suelo perderme en mis pensamientos.

— ¡Compraron nuestra comida! —no puedo evitar aquél todo de felicidad el decirlo, mirando desde lejos cómo habían apartado nuestros lugares en aquella mesa que solemos ocupar.

— No grites, histérica.

— Amargado.

— Loca.

— ¡Tú fuiste el tonto que me dio la muñeca!

Para ese punto, nosotros ya estábamos sentados. Me dedica una de sus típicas y cansadas miradas, que da cuenta se aburre de algo.

— Por favor, no hagas más referencias a películas, (T/N).

— Siempre llevándose tan bien entre ustedes, me alegra verlos así —una gran sonrisa se asoma en el rostro de Kayama, aplaudiendo al mismo tiempo.

— Sí, claro.

— Aizawa es un poquito inexpresivo, pero todos aquí sabemos que nos aprecia mucho —dijo el rubio, alardeando de algo de lo que, en realidad, nadie estaba completamente seguro.

❝ BNHA: One Shots ➥ Soulmate ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora