❝ BNHA: One Shots ➥ Soulmate ❞

『Monoma Neito』

❝ 010; Cuando cumples cierta edad, un tatuaje aparece en tu piel, en representación de tu alma gemela y tú. ❞
✛
〝 Royalty!AU 〞

«Como una princesa».

Es una frase común de escuchar en este castillo, y probablemente en todos los demás también.

El día de ayer mi hermana mayor tuvo su boda, con su alma gemela. Al rey y la reina no les importó demasiado que no fuese parte de la realeza; un simple vendedor que venía de visita al pueblo de apellido Midoriya, pues es un hombre agradable, y la combinación perfecta para ella.

Yo, en cambio, tengo quince años. Tendré dieciséis en trece minutos.

Son las 11:47 pm, y en cuando aquél reloj marque las doce, sentiré aquél hablado ardor que inunda tu cuerpo mientras un tatuaje para que puedas encontrar a tu alma gemela aparece.

Y mi madre, la reina, repite con voz delicada «como una princesa», refiriéndose a que soporte.

Siempre ha sido una mujer para adorar. Mi ejemplo a seguir; sabe blandir una espada sin problemas e, incluso, en la guerra que existió una vez, ella participó como parte de los caballeros, ignorando su puesto como princesa en ese tiempo.

Mi hermana también es genial. Ella es una gran arquera. Simplemente hay que darle a que lance algo y dará en el blanco sin ninguna dificultad. Puede tener una actitud difícil pero, a fin de cuentas, un gran corazón.

Mi padre, el rey, tampoco se queda atrás. Él fue un caballero cuando era joven, hasta que conoció a mamá, su alma gemela. Aún así, no es un hombre oxidado. En la actualidad, aunque ha dejado de lado aquella imagen fornida, suele entrenar a los caballeros. Es también un hombre amable, que siempre está sonriendo.

Y entonces estoy yo.

A los sirvientes les cuesta levantarme de la cama, porque no respeto el horario de sueño y siempre me termino durmiendo un poco más tarde. Mis modales son los establecidos para una princesa, mi inteligencia es promedio, mi habilidad para defenderme también es promedio.

Y me pregunto; ¿Por qué he nacido como princesa?

Siendo sincera, me gusta. Tengan todas las comodidades que quiero, personas que me cuidan y una familia que te permite hacer lo que desees —mientras cumplas las responsabilidades, claro está—.

Pero no sirvo para esto.

Soy perfecta para ser una simple campesina; poco habladora, tímida, y común.

— Cinco, cuatro, tres... —me doy cuenta entonces de que cuentan hacia atrás. Recorro con mi vista la habitación, perdida—, dos, uno.

Y un ardor inexplicable me hace caer de mi asiento. Apoyo mi cabeza sobre el suelo mientras me abrazo a mí misma.

Siento también cómo el guante que cubre mi mano derecha comienza a romperse. No puedo ver cómo, ni siquiera soy capaz de abrir los ojos.

— ¡Oh, mira! ¡Está apareciendo! —es la voz de mi padre, que suena con emoción mientras yo a penas y puedo mover un músculo del dolor.

Cuando soy capaz de respirar con normalidad y el incesante calor abandona mi cuerpo finalmente, observo con los ojos medio abiertos mi mano, la cual ahora está descubierta.

Debo conseguir otro guante.

Una corona —o diadema— de lirios es claramente apreciable, y yo me limito a observar con curiosidad. Ahora que tengo la marca, se hará un anuncio real para encontrar a quien tuviese una igual.