『Yaoyorozu Momo ϟ Año Nuevo』

6.9K 538 157
                                    

❝ 031; Tienes un cuchillo/daga/espada clavado justo en tu pecho, en tu alma, y tu alma gemela es la única persona capaz de verlo y quitarlo. ❞

Como un error que cometiste una vez y no dejas de pensar en él, culpándote de lo que hiciste, sabiendo que estuvo mal y que todo eso no puede cambiarse ya porque sucedió mucho tiempo atrás.

Eso era lo que me ocurría.

La diferencia es que no sé cuál es mi error. Cuál fue mi problema y por qué me castigan de esta manera.

Con una espada atravesando el medio de mi pecho y que, además, nadie puede ver, cuestiono cuál era la necesidad de aquello.

Qué fue lo que hizo enojar a quienes decidieron esta mierda.

Oh, sí, quizá lo sé.

Fallé en aquello que me encomendaron y, como un castigo por mi mal trabajo (podría decir incluso traición), me hicieron esto.

— Vivirás de esa forma, sin poder avanzar, hasta que tu alma gemela saque la espada.

Eso fue lo que dijeron.

Y exactamente cuatrocientos setenta y dos años con doscientos quince días después, aún la tengo, sin rastros algunos de cualquier persona que pueda verla.

Camino con pasos lentos, dejando ir a un par de niños que corren riendo al lado de mí, siendo tan molestos como lo han sido siempre. El mandado en mis manos se hace ligeramente más pesado cuando mi teléfono comienza a sonar, contestando como puedo.

— ¿Bueno?

¡Estás invitada a mi fiesta de año nuevo!

— ¿Enloqueciste, pajarraco? No me gustan ese tipo de celebraciones, y lo sabes. Odio cuando hay demasiadas personas encerradas en un solo lugar.

Vamos, invité a muchas personas y por eso mismo deberías ir. ¿Qué tal si alguna te quita esa maldición que llevas encima?

Ruedo los ojos, hastiada de que utilice esa táctica para hacerme ir a donde le apetece.

— Escucha, he estado buscándola por tanto tiempo que me rendí —lo escucho quejarse del otro lado de la línea, tal y como cuando tenía cinco años—. Si debe llegar, llegará. La esperaré sentada mientras hago mi vida, ¿sí, Hawks?

No me llames Hawks —debido al tono de su voz, reconozco que hizo una especie de mohín—. Te conozco desde que tengo tres años y fuiste mi niñera hasta los quince, llámame Keigo.

— No respondiste lo que dije, Keigo.

La fiesta es a las nueve en mi edificio. Iré por ti a las ocho y media, espero que lleves un vestido dorado precioso para que así todos te vean. Si vas a seguir tu vida esperando a tu alma gemela, ¡disfruta!

Abro mi boca, escuchando el pitido que m indicaba que él había colgado, y debo aguantar una sonrisa, sabiendo que no lo haría cambiar de opinión.

Abro mi boca, escuchando el pitido que m indicaba que él había colgado, y debo aguantar una sonrisa, sabiendo que no lo haría cambiar de opinión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Saludo a un par de personas en la fiesta, notablemente incómoda debido al poco paso que había entre todos. La falta de oxígeno se hacía más notable conforme pasaban los minutos, haciéndome rogar por llegar al segundo piso.

Mis hombros chocan con algunos otros, e incluso puedo sentir la pared chocar contra mi espalda mientras camino, llegando tres minutos después al tercer piso también.

Suspiro con molestia, pues incluso así había personas. Muchas menos que en los primeros pisos, pero aún así había muchos.

Veo al Todoroki más joven a lo lejos, quien parece querer hundirse en su lugar.

— ¡Hey! ¡Shoto!

Alza la vista de su teléfono móvil, quitándose los audífonos y guardando ambos aparatos en sus bolsillos mientras hace una reverencia, saludando.

— Un gusto verla de nuevo, sensei.

— No es necesario que me llames así, Shoto —hago un ademán para restarle importancia al asunto, riendo con vergüenza—. Solamente fui tu niñera unas semanas.

— Y maestra.

— No te enseñé mucho, no te preocupes.

El chico niega con la cabeza, y puedo ver una pequeña sonrisa asomarse en su rostro. Hablamos poco más de diez minutos acerca de todo. Pude escuchar de su boca su progreso en la escuela, habilidades e incluso que ya había hecho varios amigos en su clase.

Dijo, además, que dos de sus amigos estarían probablemente en la fiesta así que me ofrecí a ayudarlo a buscarlos, pues no tenía nada qué hacer en realidad.

Hawks seguramente estaba lamiéndole las botas a Endeavor.

Bajamos al segundo piso del lugar y, justamente cuando nos dirigimos hacia las escaleras, un grito resuena en el lugar, llamando la atención de todas las personas.

Una chica de cabello negro atado en una coleta se acerca corriendo a mí, haciendo uso de su particularidad y creando algunas vendas. La veo confundida, y ella entonces toca con miedo la espada al medio de mi pecho.

— ¿E-estás bien? ¿No te duele? Oh dios, debe dolerte —su tono de voz denota preocupación. Su vista repara en Shoto, abriendo su boca con sorpresa—, ¡Todoroki-san! ¿Por qué no ayuda a la señorita? ¡Tiene una espada en el pecho!

Mi corazón late desenfrenado mientras mi rostro estalla en diferentes tonos de rojizo. Mis piernas tiemblan y siento que podría caer y desmayarme.

— ¿Una qué?

— Hey, hey, tranquila —tomo sus manos, en las que sostiene las vendas con fuerza. Me observa con cierto miedo en el rostro, probablemente sin saber qué hacer en una situación así—, llevo con esta cosa más años de los que podrías imaginar.

Su expresión cambia al instante, y todos al rededor observan, esperando cualquier movimiento.

— ¿Me ayudarías a sacarla? Me harías un favor enorme con eso, por favor.

Ella asiente, y puedo sentir cómo aquél peso que cargué en mis hombros muchos más años de los que debería me abandona repentinamente. Sonrío, dejando un beso en la mejilla de la chica, que tiene las mejillas rojas y la confusión tallada en el rostro al no ver herida alguna.

Frente a los ojos de todos, una espada que cortaría cualquier cosa desaparece, convirtiéndose en poco más que bajo polvo.

— Estuve esperando más de cuatrocientos años tu llegada, alma gemela.

— ¿Qué...? Pero si yo no- oh, dios.

— Gracias por esto, siento que acabo de perder diez kilos en un instante.

Ambas reímos debido a mi mal broma, dejando un poco el ambiente incómodo que comenzaba a rodearnos, iniciando en Shoto.

El bicolor nos observa, aún confundido debido a la escena.

— ¿Momo es tu... alma gemela?

— Así parece —me encojo de hombros, sonriendo de lado, increíblemente relajada—. Un gusto, Momo, mi nombre es (T/A) (T/N).

— Yaoyorozu Momo, un gusto igualmente, soulmate.

❝ BNHA: One Shots ➥ Soulmate ❞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora