❝ BNHA: One Shots ➥ Soulmate ❞

『Todoroki Shoto』

❝ 050; En tu cuerpo, tienes la mitad de un tatuaje, y tu alma gemela tiene la otra mitad. Cuando se encuentren, los tatuajes se completarán. ❞

— Gracias por traerme, Onee-san —murmuró el pequeño con heterocromía, sosteniendo la mano de su hermana mayor mientras caminaban entre los puestos que se colocaban todos los años.

Llevaba puesto un suéter, una bufanda y orejeras para protegerse del frío, pero no le molestaba, ya que gracias al frío era que existía el festival en el que se encontraba actualmente.

Gracias a su hermana mayor, Fuyumi —de escasos 15 años de edad— y a Touya, el hijo mayor de la familia, habían logrado convencer a sus padres de ir al famoso festival de nieve en Sapporo. Estaba emocionado, ya que no solía salir demasiado debido a los rigurosos entrenamientos de su padre.

Decidió no pensar en ello, concentrándose únicamente en lo bonita que era la vista de toda la nieve, acomodada para formar esculturas.

— ¿Quieres que vayamos a ver el lugar? —preguntó la mayor, sonriendo alegre de poder darle esa felicidad a su hermano. También, tenía un peso menos al no tener encima a sus padres, quienes habían decidido ir a una cena importante en vez de al festival, y sus otros dos hermanos habían decidido no ir.

Mientras Touya había refunfuñado un poco más, realmente había pillado un resfriado en los dos días que llevaban en la ciudad, y Natsuo sí que se había negado.

— Sí, Onee-san —responde tímido el pequeño. Ambos caminan entre toda la nieve, con sus pies hundiéndose de vez en cuando.

Observan varias esculturas, y como un pequeño regalo para los otros dos hermanos, deciden comprar un par de flores hechas de hielo perfectamente tallado. Probablemente las pondrían en algo para preservarlas.

Compran también Takoyaki al ver un puesto cercano, y toman asiento cerca de una orilla un poco alejada del bullicio para comer en tranquilidad, pero el más pequeño baja de la banca, preguntando con la mirada algo que Fuyumi entendió. Asintió con una sonrisa en el rostro, para ver a su hermano correr directamente hacia la nieve, haciendo algunas bolas entre sus manos.

El niño jugaba con la nieve entre sus dedos, separando su piel gracias a los guantes marrones que llevaba puestos. Hace un par de muñecos de nieve pequeños, cuando se da cuenta de que una niña lo ha estado mirando hacía un rato. Observa a la desconocida, algo tímido, sosteniendo un pequeño conejo de nieve que acababa de terminar.

— Ho-hola —dice la niña, tomando asiento al lado de él. Lleva un vestido a las rodillas, pero sus piernas se encuentran cubiertas por unas mayas, lo suficientemente gruesas para no provocarle frío, pero no demasiado como para ser visible. También tiene un pequeño suéter encima, cubriendo sus brazos y un gorro que cubre su cabello y parte de sus orejas.

— Hola... —responde él, con una pequeña sonrisita tímida. Siente cómo su hombro arde de forma leve, y lo sostiene con fuerza mientras hace una mueca.

La acción es seguida por la ajena, quien también siente un ardor en el hombro. Remueve el suéter, dejando a la vista cómo el tatuaje de nacimiento que hacía unas horas estaba a la mitad, se completaba lentamente. Sus mejillas se vuelven rojas y sus ojos brillan, observando al niño al frente suyo con sorpresa.

Fuyumi se levanta de la banca preocupada ante lo sucedido, y entiende rápidamente la situación al ver el hombro descubierto de la niña, conmocionada.

"Algo bueno debía salir de esta", pensó la mayor, suspirando en voz alta mientras abrazaba al menor, quien observaba a la desconocida con inocencia.