Love For Health. KookTae.

2.

Tae había ido por un helado, pero estaba demorando demasiado. Algo que era demasiado inquietante a decir verdad.

Camine poco para ir a verlo, pero la imagen que me lleve no era nada tranquilizante.

—¡Hey, tú! Déjalo.

—Oh, vaya. Jungkook...

—Déjalo, carajo. Lo que tengas contra él, es por mi culpa.

—¡No! Él nos separó, ¿Es que no te das cuenta? Él solo te quiere por tú… Tú...

—¿Tú qué? JiSug, más vale que lo dejes.

Taehyung solo se mantenía callado, mientras derramaba lágrimas.

—¡Regresa conmigo!

—¡Cállate! JiSug, Jungkook me ama, ya acéptalo, deja de hacerme daño.

Hablo por fin, Taehyung.

—¿Así que la ratita si se sabe defender, eh? ¿Le enseñaste tú, Jungkook?

—Mierda. Te lo advertí, JiSug.

Tome a Taehyung y lo jalé hacia mí, mientras con una mano tome el cuello de JiSug.

—Nosotras las mujeres hacemos cualquier cosa por despecho. Cuando estamos dolidas.

—¡Tú estás obsesionada, JiSug!

Tome la mano de Taehyung y nos fuimos lejos de allí. Al grado de llegar a nuestro departamento.

—J-jungkook, sueltáme, me estás lastimando.

Y era verdad, estaba apretando su muñeca.

Lo solté de golpe, y dirigí mi mirada hacia él, aún tenía lágrimas y tal parece que fue por el dolor que sentía al apretarlo.

No me miró, y supuse que estaba enojado y decepcionado. Prometí no volví a hacerlo, no volver a desquitar mi coraje con el.

Vi su muñeca y tenía mis cuatros dedos marcados muy detalladamente.

—Perdón, Tae. No era mi intención.

—Me lo prometiste.

Dijo finalmente, y subió a la habitación. La cerro de portazo, subí pero para colmo le había puesto seguro.

Ya era de noche y prepare la cena. Ya tenía todo listo, y subí para llamar a Taehyung.

—Tae, bebé, ya está lista la cena.

Tardó unos minutos pero al fin me habló.

—No tengo hambre, pero gracias.

Escuché cómo bostezó, supuse que había dormido. Escuché pasos hacia al baño y encendió el grifo. ¿Para qué se iba a bañar si ya era de noche? No creo que saliera, ¿O sí...?

Termino de bañarse, pero después ya no escuché nada más.

Me asusté cuando abrió la puerta.

—Tae, amor, prepare bulgoni, cómo a ti te te gusta.

—Oh, gracias. Pero no tengo hambre.

Bajó a la cocina mientras yo lo seguía y solo tomo un bote de helado super grande al igual que una cuchara grande y se fue al sillón para ver un partido de Cruz Azul vs América.

Ya era obvio quien ganaría, ¿Verdad?. Igual así, Taehyung le iba a Cruz Azul.

—¡Oh, maldición!

Dijo cuando le metieron el primer gol, ¡fue épico!

Lo mire atentamente y vi que se iba a meter otra cucharada de helado pero se quejó.

—¡Agm! ¡Mierda!

Me sentí culpable pues era por su muñeca, tenía marcada mi mano, aún.

—Tae, déjame ayudarte. Por favor.

—Yo puedo solo, shu.

—¡Ya basta! ¡Perdón! ¿Okey? No fue mi intención dañarte, se que lo prometí y no tengo derecho ni siquiera a tocarte, pero me sentí tan mal al no poder defenderte de JiSug, perdóname, mi amor.

—Jaja, perdón aceptado.

Se empezó a reír pero no entendía la gracia, entonces, ¿Le dolía o no?