17.

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—Profe, eso es mucha tarea.

El profe ni la pelo y siguió.

—Lo quiero en hojas blancas, metido en un folder. Lo quiero con lapicero, ya están bastante grandecitos para escribir con lápiz.

—¿Día de entrega?

—Viernes. Único día, este proyecto es muy importante porque se irá directo a calificación, contaré del cinco al diez. Si por alguna cosa no lo entregan, no hay otro día, eh. Así que, ojito. Y cuidado con traer un trabajo mal echo, porque se los regresaré y me lo darán el lunes. Eso sí, tendrá un valor de cinco a ocho. De ustedes depende su calificación. Pueden retirarse, chicos.

—Hasta luego, profe.

Yo salí sin pelarlo y me fuí directo a mi departamento. Claro, quería llegar rápido por Tae.

Una vez llegué abrí la puerta y vi a Lisa.

—Lisa, ¿Y Taehyung?

—Oh, ¡Hola Kookie! Llegaste temprano, y respondiendo a tu pregunta, aquí no se a parado.

—Diablos.

Maldigo para mis adentros y subo rápidamente a la habitación. Reviso que efectivamente todo este como en la mañana y bajo de volada.

—¿Estás bien?

—No, y cállate.

—Oye... Per...

—¡Que te calles, maldita sea!

Abro la puerta y salgo rápidamente, me subo al auto y arranco a la casa del sheriff del pueblo.

Una vez llegó, tocó su puerta.

—¡Oh, Jungkook! Un gusto verle por aquí, ¿Y Taehyung? No me han venido a visitar desde hace unos meses.

—Señor Kim, un gusto.

—¿Y Taehyung?

—¿No está aquí?

—¿Lo perdiste? Dime qué no, Jeon.

—¡Oh...!

Iba a responder pero una llamada me desconcerta.

—¿Hola? Oh, sí. Nos vemos. —Colgué la llamada y vi al señor Kim, con sus brazos cruzados y el entrecejo fruncido —Tae me había dicho que vendría para acá, y como salí temprano lo vine a alcanzar, me acaba de llamar y me que ya está en la casa.

—Mm, bien. Cuidadito, Jeon, eh.

—Sí, señor Kim.

—Bien, hasta luego. Tengo asuntos que atender.

—Oh, sí. Nos vemos.

Me subí al auto y fui directo a la casa de Yoongi.

Llegué y me baje rápido, toqué la puerta y Tae me abrió. Lo abrace pero me apartó.

—¡Calma calma!

—¿Cómo estás? ¿Cómo te sientes? ¿Qué tenías?

—Bueno, si me dejaras hablar te diría.

Rió suavemente.

—¿Y bien?

—Sólo fue un mareo, nada de que preocuparse. Un poco de fiebre y ya.

—¿Y qué haces parado? ¡Acuéstate!

—De echo, ya me iba. Pero los chicos insistieron en que me vinieras a traer.

Mire a los chicos que estaban detrás de él y les sonreí.

—Claro.

Love For Health. KookTae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora