7.

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La mirada que Tae mantenía era una seria, sin expresión alguna, fría y afilada. Su rostro frío y sin expresión lo hacía ver sexy y a la vez rudo.

—Ya llegó BoGum, nos vemos mañana.

—Tae, hablemos.

—Ya lo hicimos, Jungkook. Te lo dije antes que me fuera, si ella seguía aquí, me iría yo. O era ella, o yo. Te veo mañana, vengo en la mañana. Me toca turno nocturno está semana, no hay problema.

—Tae...

—No lo hagas, Jungkook. No hagas una tontería, y si me amas, piensa antes de actuar.

—Sí, Tae.

—Te veo mañana. Suerte.

Me levanto ambos dedos pulgares, mientras me guiñaba un ojo.

—Te veo mañana.

Refunfuñe, mientras ingresaba al departamento una vez Taehyung se fue.

—Dios, en verdad da miedo.

—Ni que lo digas.

—¿Está molesto?

—Quizás, no lo sé exactamente.

—¿Lo amas en verdad?

—Sí, pero explícame, ¿De dónde conoces a esa tal Kim Jennie?

—Nada que te importe, Jungkook. Tú novio debe explicarte bien eso, el te dará los detalles. 

No sabía a qué se refería, pero meh, ¿Nada grave? Nah.

Eran las once y aún seguía en mi cama dando vueltas.

—¡Agh! Te extraño, Kim.

Me levanté y le llamé.

Un pitido.

Dos pitidos.

Tres pitidos.

Estuve a punto de rendirme, hasta que contesto la llamada. Se escuchaba mucho ruido del otro lado de la línea.

—¿Tae? ¿Estás ahí?

H-hola, bebé Kook. ¿Ya sacaste a la tipa esa?

Un eructo se escuchó.

—¿Qué estás haciendo, Taehyung?

—Sólo... Sólo divirtiéndome un rato, Jungkook.

Un hipeo se escuchó.

—¿Estás borracho?

No dijo nada.

—¿Es verdad? Ósea, mientras yo estoy acá jodiendo me la vida porque tú estás lejos de mí, tú te estás divirtiendo con BoGum. ¿Qué estarás haciendo?

Yo era un ser celoso. Sí, al parecer lo saque de mi papá.

—¡T-tú! Mira, mejor cállate. No tienes derecho a-a reclamarme n-nada.

—Sí, sí lo tengo, Taehyung. Eres mi novio, ¿Dónde estás? Te iré a buscar.

—Jaja, y estás loco si piensas que te diré. 

—Taehyung, ¿Dónde estás?

—¡Disfrutando de la vida, Jungkook! ¿Creerás que hoy vi a mi novio y él seguía con la mujerzuela esa?

—Tae...

—Y-yo... No se que hacer. Quizás él y-ya se aburrió de mi. ¿Ya se habrá enterado?

¿Enterado de qué? ¿De qué me debía enterar?

—Tae, bonito, ¿Dónde estás?

—Jimin me trajo a un bar.

—Nombre, bebé.

Umm, nope. No se... ¡Ay! ¡B-boGum!

—¿Qué pasa?

—De-debo colgar. Nos vemos, a-adiós.

—¡No! Tae, ¿Tae? ¡Mierda! Me colgó.

—Kook, déjalo. Está dolido.

—No, él no es así.

Pasaron horas y logré consiliar el sueño, seguía pensando en Tae, y quizás Manoban tenía razón, ya estaba grandecito y sabe lo que hace. O quizás no.

Love For Health. KookTae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora