Love For Health. KookTae.

5.

Me metí a mi departamento pero no veo a Lalisa. ¿Dónde diablos se habrá metido?

—¡Querido! ¿Quién era ese? No creo que sea de servicios, ¿Verdad?

—La...—

Ella me interrumpió.

—Veo que le haz echo unas remodelaciones a nuestro house.

Por eso me molesta las personas que se van fuera del país, ¿Por qué diablos hablan cosas que uno no entiende?

—Lali...—

—Mi amor, ¿Y las señoras del servicio? No veo a ninguna.

—Lali...—

Me volvió a interrumpir.

—¡Ya sé! Les habrás dado el día libre, tienes buen corazón, bebé Kook.

¡Eso no! Jamás le permitiré que ella me llame como me llama Tae.

—¡A ver, Manoban! No eres bienvenida aquí, tú te fuiste y no fuiste digna de al menos decirme que te habías aburrido de mí, ¿Tanta lástima te daba? ¡Dios! Eres de lo peor, Manoban. Y jamás, escúchame bien, jamás permitiré que te vuelvas a meter en mi vida.

—¿Im sorry?

—¡Perdón, mis huevos! No sabes el dolor que me hiciste pasar, ¿Crees que de un día a otro te deje de querer? ¡Obviamente no! El único loco aquí soy yo, por pensar que alguien como tú se fijaría en mí, supe por otras personas que solo estabas conmigo porque tus padres te habían pedido que tuvieses pareja para cobrar esa herencia.

—Kookie...

—¡N-no! Nada de "Kookie" tú no tienes derecho a nada, Manoban. Por favor, y amablemente, pido que te retires. Para siempre, está vez seré yo, quién te saque de mi vida.

—No me iré.

Me dijo cínica, y con burles. ¿Qué carajos le pasaba?

—¿Qué? Debes irte.

—¿Quién era ese hombre?

—Mi novio. Mi pareja de hace años, Manoban.

Sonreí con orgullo al ver su cara, era una bomba de asombro.

—Kookie, n-no, ¿P-por un hombre? ¿En verdad, Kook? ¿Me cambias por un estúpido hombre? Sólo espera a que tus padres se enteren de está estupidez.

—¡Tú no dirás nada! Y si le dices, pues me da igual. Ellos y yo no mantenemos ninguna relación.

—Y-yo... Kookie...

—¡Deja de llamarme así!

Ella dejó de hablar, y se sentó en el sofá.

—Perdón...

—¿Qué...?

—Perdón, dije.

—¿Por qué?

—Por se una estúpida, Kook.

—No me llames así, no caeré en tu jueguito sucio, está vez.

—Está vez.

Repitió ella.

—¿Puedo quedarme aquí?

—N...

Apenas iba a replicar, ella me interrumpió.

—Por fis, no tengo donde quedarme.  Además, mi familia está en la quiebra, tengo las tarjetas canceladas, mis padres quieren que me haga cargo de su empresa.

Sentí un poquito de lástima, ella nunca quiso hacerse cargo de la empresa Manoban.

—Está bien, quédate. —Ella festejó —¡Pero! Solo por unos días, en los que encuentres un departamento donde quedarte.