3.

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Le estaba poniendo una venda al rededor de su muñeca mientras Taehyung se quejaba. Era tan testarudo.

—¡No te muevas!

—¡No me grites!

Empezó a reír fuertemente pero de golpe paro al toser fuertemente también.

—¿Te sientes bien?

—Ajá.

Supuse que aún seguía molesto, pues es muy seco. Pero siempre es así cuando estamos molestos, uno o dos días tarda en hablarme cariñosamente.

—Tae.... Yo, umm.... Yo quería hablar contigo...

—Ya lo estás haciendo. —Dijo muy obvio—Pero dale, dime. Sin rodeos.

—Aún me siento culpable por hacerte eso, en verdad, quiero pedirte disculpas,  quizás aún estés decepcionado de mí, se que te lo prometí desde que tú papá me lo advirtió, pero me cabree tanto al no poder hacer nada contra JiSug. Hice mal en dañarte, y se que no merezco tu perdón, pero no le digas a tu papá. ¿Recuerdas lo que me dijo? Me cortaría los huevos. ¡Es que, por Dios! Tú papá no es cualquier hombre, ¡Es el sheriff del pueblo! Si te hago daño y regresas a casa llorando me rastreara y me cortará los huevos. Cómo decía, no merezco tu perdón, pero me siento culpable del pequeño invidente.

Él se empezó a reír fuertemente.

—Mi papá te va a cortar los huevos, Jungkook.

—¡Taehyung-ah!

—¡No es mi culpa!

—Perdón, ¿Okey?

—Okey. —Dijo firme, mientras que con su mano izquierda metía otro pedazo de helado a su boca. Entrecerró sus ojos y salto de alegría.

—¡Ganó! ¡Ganó! ¡EL CRUZ AZUL GANÓ! ¡EN SUS CARAS, PERROS! Sabía que el cruz azul ganaría. Estoy llorando de emoción.

Y era verdad, habían ganado y también estaba llorando.

—¡Es la copa, Jungkook! ¡AH!

De la emoción me beso, tanto que mordió mi labio inferior.

—¡Vayamos a comer!

—¿No qué no tenías hambre?

—Cállate, llévame a comer.

—Voy por el auto.

—¿Preparaste comida?

—Sí... Pero si quieres comida de la fonda puedo lleva...

—¡No! Comeré aquí. ¡Ah! Soy tan feliz.

Tomo su teléfono y empezó a escribirle a Jimin.

Empezamos a comer, el estaba con su móvil y yo estaba comiendo. Dando vueltas a mi espagueti con mi tenedor, me aburrí de eso y dejé mi plato en el lavadero, después lo lavaría.

—Deja los platos en el lavadero una vez acabes de cenar.

Fuí a mi mini gimnasio y me subí a la caminadora, me coloque los auriculares y empecé a cada vez meter más turbo a la caminadora, llevaba al rededor de veinte minutos cuando unos brazos me rodearon. Sabía de quién era, más no le tome importancia.
Me apretó más y me quite un auricular.

—¿Quieres algo?

—Yo... Mm, nop.

Me sonrió.

—¿Ah?

—Yo sólo quería verte. ¿Acaso es malo ver a mi sexy novio?

—Jaja.

Me reí y me puse a seguir haciendo ejercicio.

Love For Health. KookTae.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora