10. Latidos
Axel salió del edificio sin decir nada. Hayden no sabía si preocuparse por su silencio o dejarlo pasar, después de todo no entendía muy bien sus acciones o su forma de pensar y comportarse. Así que se mantuvo callada, caminado a una distancia prudente de él.
Llegaron al auto y a pesar de todo, le abrió la puerta para que ella pudiera entrar. Sin mirarlo o decir algo, entró en él, Axel cerró la puerta con un poco más de fuerza, haciendo que Hayden confirmara que estaba molesto o algo así. Lo vio montarse en el asiento de copiloto y no se aguantó las ganas de interrogarlo—. ¿Qué te molesta? —Axel se quedó quieto, repiqueteo los dedos en el volante y luego negó con la cabeza.
—No es que algo me moleste, Hayden. Lo que pasa es que no puedo comprender cómo te has estado haciendo daño a ti misma durante tanto tiempo. No sabes lo que es para mí saber que puedes morir solo por no alimentarte bien.
Entonces no era prudente que le dijera que, en navidad, intentó suicidarse, suponía que era un dato innecesario.
—He estado comiendo últimamente, no voy a morirme.
—Y seguirás comiendo, de eso voy a encargarme.
—¿Qué? ¿Irás a darme de comer todos los días? —Hayden se dio cuenta de lo patética que había sido esa pregunta.
—Si así me cercioro de que comes, lo haré.
—Obvio que lo harás —Hayden puso los ojos en blanco y se dispuso a mirar por la ventanilla, estaba empezando a nevar.
Axel encendió el auto y lo puso a andar—. Te llevo a tu casa.
En todo el viaje ninguno dijo nada, pero a Hayden eso nunca le molestó, amaba el silencio y ver los autos pasar mientras la nieve caía, era relajante, solo le faltaba alguna música para completar el ambiente. Quitó la vista y la fijó en la pantalla que estaba en el auto junto a todos esos botones—. ¿Tienes música? —Axel la miró detenidamente y luego dijo:
—No oigo música —Hayden hizo un mohín—, pero puedes poner una si quieres —tocó la pantalla y se metió en el reproductor—. Pon el nombre y reproducela.
Hayden escribió «Snap - Rosa Linn» y luego empezó a sonar la melodía por el auto. Hayden se recostó del asiento y dejó que la música se adueñarse de ella al cerrar los ojos.
[Rompiendo uno, dos
Snapping one, two¿Dónde estás?
Where are you?todavía estás en mi corazón
You're still in my heartRompiendo tres, cuatro
Snapping three, fourYa no te necesito aquí
Don't need you here anymoreSal de mi corazón
Get out of my heartPorque podría romperme
'Cause I might snap]Hayden sentí que la letra iba mucho con su vida. Se había perdido tanto en la canción que no se dio cuenta de que el auto no estaba andando. Abrió los ojos para así, observar su entorno y percatarse de que estaba frente a su casa, suspiro y se volteó para mirar a Axel que, tenía sus ojos celestes puestos en ella, brillaban con intensidad al mirarla. La pelinegra empezó a sentir como su corazón empezaba a latir como loco. ¡Solo se estaban mirando y Hayden se sentía en descontrol! ¡¿Qué rayos le pasaba?!
Axel bajó su mirada hasta los labios de Hayden y sintió como sus tripas se apretujaban en su estómago. «No lo beses», se decía a sí misma cuando vio que Axel se estaba inclinando sobre ella. Ella estaba quieta, mirándolo a los ojos y deseando salir de ese auto, pero su cuerpo no respondía, al menos no para salir del auto porque estaba temblando y no hacía frío. La respiración se le cortó cuando Axel rozó su nariz, su respiración le hizo cosquillas en el cuerpo. «Apartalo», se dijo, más no lo hizo. Trago saliva y cerró los ojos, su boca está a centímetros, podía sentirlo.
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Reina y esclavos
FantasySi Hayden te dijera que puedes estar rodeadx de una raza sobrenatural y oscura, sin alma, que pueden acabarte de mil maneras posibles, o que pueden amarte de una manera que no encaja en su personalidad... ¿le creerías?. Ella no lo creyó en un princi...