14. Miedos ocultos

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14. Miedos ocultos

Comer corazón humano.

La verdad es que eso sonaba muy mal, pero sabía muy bien. Hayden casi se había terminado su corazón (si, sonaba horrible) cuando Owen decidió hacer acto de presencia en la cena. Ya no tenía rastros de sangre y se podía decir que parecía una persona normal, pero seguía siendo un loco.

—Muy bien, ¿de qué hablaban? Póngame al día —se sirvió su comida, miró a Hayden y sonrió—. ¿Te gustó el corazón, abejita?

Hayden le puso mala cara y arrugó la nariz—. Owen, déjala tranquila —le reprendió con suavidad Edan.

—Solo es una pregunta, no le hará daño.

—Pero la incómoda —acotó Hazael y Owen puso los ojos en blanco.

—¿Por qué no mejor hablamos de que no me quieres dejar ir al cine con mis amigas? —habló Gabriella a su padre.

—A nadie le importa eso, mocosa —le pico Owen, haciendo que Gabriella se molestará y le lanzará una rodaja de tomate a la cara.

—Chicos, sus modales —dijo Deca mientras cortaba un trozo de su comida con delicadeza, alzó la vista y la fijó en Hayden—. Dime linda, ¿cómo te has sentido al conocer que perteneces a nuestra raza? ¿Y con Axel? ¿Te ha tratado bien, verdad? Sé que a veces puede ser un poco tosco y muy literal; debes pensar bien tus preguntas antes de hacerlas, también…

—Amor —la freno con suavidad Edan—, le estás atosigando, relájate.

—Lo siento, es que me emociona mucho que por fin uno de mis hijos tenga a su reina.

—Espero verte emocionada de la misma manera cuando tenga a mi primer esclavo —masculló Gabriella, apuñalando su comida con un cuchillo. De inmediato todos los presentes, sobre todo sus padres, la miraron seriamente, incluso Omer que estaba medio ausente clavó sus ojos en ella, que alzó la vista para mirarlos y enrojeció—. ¿Qué?

—El día que tengas un esclavo, muchachita —le dijo Owen, apuntándole con un tenedor—, le daré el escarmiento de su vida, sin mencionar que pasara dos horas a solas con Omer. Si sobrevive lo aceptó.

—Dos horas con Omer —el susodicho la miraba fijamente, serio y perturbado—. ¡¿Quieres que muera?! Además, no entiendo cuál es su empeño  con mantenerme como una muñeca de porcelana. También pertenezco a la raza y soy como ustedes.

—Pero eres mujer y nuestra única hija —le soltó Hazael—. Debemos cuidarte como tal.

Bueno, era obvio que Hayden había quedado en un segundo plano.

—¡Pero no de esta forma tan excesiva! ¿Y saben qué es lo peor? Qué a ellos les dan más libertad que a mí. ¿Y qué, solo por ser varones? —bueno, a Hayden le pareció muy bueno su argumento y muy patético la forma de pensar de esos hombres, pero no sé metería en esa discusión… de Clan—. ¿Se han puesto a pensar en cómo se ponen los clanes a los que permanecen las futuras reinas de los chicos? ¿O cómo se siente la familia de Hayden con…? —Gabriella se frenó en seco y Hayden abrió los ojos al punto de parecer canicas mientras que su mirada estaba fija en el plato ya vacío.

«La familia de Hayden», esa mocosa acaba de hablar de ellos, de la familia de Hayden como si estuvieran vivos. Eso había sido una completa ofensa, aunque esa niña probablemente no sabía lo que le pasó a su familia por como hablo de ellos, pero eso fue lo menos que le importo en ese momento. A Hayden los oídos le empezaron a zumbar, su corazón a latir con ferocidad en su caja torácica y la vista a nublarse con la amenaza de romper a llorar en cualquier momento.

Hayden volteó la cabeza lentamente para mirar a aquella niña de ojos celestes y mejillas coloradas. Gabriella parecía espantada, incluso había perdido el color del cuerpo a excepción de sus mejillas. La pelinegra apretó con fuerza la mano derecha, en la cual tenía un cuchillo y era la que tenía más cerca de Gabriella. Hayden no estaba razonando, no comprendía lo que estaba pasando, solo era consciente del zumbido en sus oídos y de que Gabriella había tomado el atrevimiento de mencionar lo más sagrado que tenía. Así que sin controlar lo que hacía, en un movimiento rápido, llevó el cuchillo al cuello de Gabriella, pero no se lo clavó, solo lo presionó contra su piel.

Reina y esclavos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora