12. Atardecer nublado

15 1 0
                                    

12. Atardecer nublado.

El sol dio directo a los ojos de Hayden. No había cerrado las cortinas de nuevo, siempre olvidando que odiaba que la luz del sol la despertara por las mañanas, hacía que estuviera de mal humor. Ella fue a moverse pero se detuvo al sentir un cuerpo detrás de ella y una brazo por su cintura, allí recordó.

«Axel»

Hayden abrió los ojos y se quedó estática, había dormido con Axel. A ver, no es que hayan tenido algo que ver más allá del abrazo y de estar pegados el uno del otro, pero igual, habían dormido juntos, y en su cama. Hayden bajó la mirada y vio que el brazo que estaba reposando en su cintura la mantenía pegada a él y ¡su mano (o sea, la de Hayden) estaba unida a la de él! Alzó la vista y vio que su otro brazo lo estaba usando ella de almohada, y la verdad era muy cómoda. ¿Qué debía hacer ahora? ¿Se levantaba o se quedaba allí, disfrutando lo cómoda que estaba? Esto sería un…

De repente, sintió que Axel empezó a moverse, despacio, y eso ocasionó que cerrara los ojos de inmediato. Él retiró el brazo de su cintura, y ella soltó de inmediato su mano (eso no había sido buena idea si se quería hacer pasar por dormida, pero a intentarlo), luego escuchó el sonido de un bostezo por parte de él y prontamente, se congelo, no se movió, Hayden podría jurar que ni respiraba. Cuando pareció darse cuenta de su entorno, Hayden sintió que la estaba mirando, ¿cómo? No tenía idea pero tampoco dudas.

Manteniendo sus ojos cerrados, sintió la mano de Axel rozar la piel de su hombro y así pues, un beso ¡Mierda! «Un beso», eso logró erizar la piel de Hayden que, se movió suavemente y subió su mano derecha hasta el brazo de Axel que ella usaba como almohada para fingir que lo había hecho estando dormida. Hayden sintió la nariz fría de Axel en su brazo, en seguida su respiración caliente, la estaba oliendo. Le dio otro beso y subió su mano libre hasta la cabeza de Hayden para levantarla y poder sacar su brazo, colocó una almohada de verdad para sustituir su falta. Hayden volvió a moverse y él se quedó quieto, seguro no quería que se despertara, así que era divertido hacerle creer que se despertaría en cualquier momento.

Pero no era tan mala y mucho menos después de que aceptara a quedarse con ella esa noche, así que se quedó quieta y sigo fingiendo. Axel al ver que no se había despertado se puso de pie y Hayden no supo más nada, no hizo ruido alguno, no sabía si seguía allí mirándola o ya había salido de la habitación, no sabía absolutamente nada, pero de la nada, la luz que molestaba sus ojos, desapareció. Había corrido las cortinas para que no le molestará, y no había hecho ningún ruido, wow. Hayden volvió a sentir sus ojos celestes en ella y luego no sintió más su presencia, pero se dio cuenta que la puerta fue abierta debido a la claridad que hubo en unos pequeños segundos.

Hayden se dio la vuelta y quedó boca arriba mirando el techo, sintiéndose más extraña de lo normal. «Un baño», eso es lo que necesitaba para esclarecer la mente. Se puso de pie y entró al baño para darse una ducha fría, quedó en blanco al sentir el dolor que recorría su piel debido al agua congelada. Al terminar, se secó con una toalla y entró al vestidor, se colocó un mono de algodón y una camisa cualquiera. Se preguntó si Axel seguiría en la casa o ya se habría ido, le tocaba averiguar. Salió de su habitación y caminó por el pasillo un poco oscuro, pero la oscuridad no evitó que viera las puertas de las habitaciones de sus hermanos y madre, se le apretujo el pecho y apareció el nudo en su garganta.

Siguió de largo y bajó las escaleras, no escuchó nada, pero el olor a comida recién hecha le hizo saber que tenía hambre. Miró la cocina pero no vió a Axel, se acercó a esta, mirando el resto de la casa buscándolo, pero no lo halló. Se detuvo frente a la isla y vio un plato de comida tapado por un cloche de cristal, junto a él había un pedazo de hoja, una nota, la leyó.

Reina y esclavos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora