𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟖; 𝐄𝐥 𝐩𝐚𝐫𝐭𝐢𝐝𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐧𝐨 𝐚𝐜𝐚𝐛𝐚 𝐞𝐧 𝐦𝐚𝐭𝐚𝐧𝐳𝐚

30 1 0
                                    

''𝐄𝐥 ú𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐜𝐢𝐞𝐥𝐨 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐞𝐧𝐯𝐢𝐚𝐝𝐨 𝐞𝐬 𝐚𝐥 𝐪𝐮𝐞 𝐯𝐞𝐨 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐞𝐬𝐭𝐨𝐲 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐢𝐠𝐨''

Alisha se despide de los mellizos y de Scott, los cuales también van a volver a casa para descansar y prepararse para el partido. Alisha aún no entiende como Scott es tan estúpido y cabezón para no dar su brazo a torcer y prefiere jugar y matar a personas. Iba a crear una matanza de la que todavía no era consciente. Alisha agradece tener a una persona como Alec para que salve a Derek. Alec y su padre se habían conocido en el colegio y, desde entonces, se convirtieron en mejores amigos, casi en hermanos.

Incluso aunque estudiaron carreras diferentes se mantuvieron muy unidos. Alec sabía el secreto de su padre, el de su madre y el de ella misma. No le había sorprendido nada saberlo, sino que los había unido aún más. La mente de Alisha sigue dando vueltas acerca de ese tema mientras se mete en la avenida Boulevard, concretamente en el número 35, donde se encuentra un gran bloque de pisos. Alisha saluda al portero mientras entra al edificio, revisando de nuevo su móvil. Le había enviado un mensaje a Alec hacía media hora y no había obtenido respuesta.

—Alec, más te vale que me abras la maldita puerta. —advierte Alisha, golpeando la puerta— Es urgente, ya te lo he dicho por mensaje. 

Alisha espera unos segundos, pero la puerta nunca se abre. Se cruza de brazos mientras usa su oído para escuchar dentro de la casa. Escucha la respiración jadeante de Alec y los latidos de su corazón, pero no escucha ningún paso acercarse a la puerta.

—¡Alec, no voy a esperar más, así que abre la puta puerta ya de ya! —exclama Alisha, golpeando la puerta con fuerza— ¡Me importa una mierda si te estas pajeando, ábreme ahora mismo sino quieres que use la fuerza!

Ella vuelve a darle unos segundos, pero sigue sin obtener respuesta. Solo vuelve a escuchar su respiración jadeante y el sonido de su corazón, así que decide entrar. Tras romper la cerradura, Alisha se adentra en la casa, cerrando de nuevo la puerta tras pasar. Su mirada recorre cada rincón hasta que da con él. Alec yace en el sofá, siendo cubierto únicamente por sus calzoncillos negros y una sábana azul. La parte izquierda de su cara se encuentra llena de sangre. 

—¡Por el amor de dios! —exclama Alisha, corriendo hacía Alec y situándose junto a él—¿Pero qué demonios te ha pasado?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¡Por el amor de dios! —exclama Alisha, corriendo hacía Alec y situándose junto a él—¿Pero qué demonios te ha pasado?

—Cazadores. —murmura Alec mientras Alisha lo agarra de la mano y alivia su dolor— Sabían que soy amigo tuyo y querían saber tu paradero. Salía de la ducha y fue cuando me atacaron. 

—Lo siento muchísimo, Alec. —lamenta Alisha, acariciando suavemente la parte derecha del rostro de Alec— Siento que te veas metido en toda esta mierda.

—Oye, no tienes por qué disculparte por nada, ¿vale? —dice Alec con una leve sonrisa, tomando la mano de Alisha y dándole un suave apretón— Le jure a tu padre que jamás os delataría.

ÁGAPEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora