𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 17; 𝓞𝓻𝓰𝓾𝓵𝓵𝓸 𝔂 𝓟𝓻𝓮𝓳𝓾𝓲𝓬𝓲𝓸

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"¿𝐂ó𝐦𝐨 𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐨? 𝐃é𝐣𝐚𝐦𝐞 𝐜𝐨𝐧𝐭𝐚𝐫𝐭𝐞 𝐥𝐚𝐬 𝐦𝐚𝐧𝐞𝐫𝐚𝐬. 𝐓𝐞 𝐚𝐦𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐥𝐚 𝐩𝐫𝐨𝐟𝐮𝐧𝐝𝐢𝐝𝐚𝐝, 𝐥𝐚 𝐚𝐧𝐜𝐡𝐮𝐫𝐚 𝐲 𝐥𝐚 𝐚𝐥𝐭𝐮𝐫𝐚 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐢 𝐚𝐥𝐦𝐚 𝐩𝐮𝐞𝐝𝐞 𝐚𝐥𝐜𝐚𝐧𝐳𝐚𝐫."

—¿Enserio crees que le va a gustar? —pregunta Derek, abriendo la puerta del lugar y cediéndole el paso a Alisha— Se que me dijo que le encantan, pero no quiero cagarla. No con ella.

—Derek, tu mismo has dicho que te dijo que le encantaban, así que le va a encantar. —sonríe Alisha, logrando tranquilizar en cierta manera a su amigo— Es un detalle precioso. Créeme, lo va a adorar. 

—¿Le pedirás a tu amigo Oliver que me haga ese pequeño favorcito? —sonríe Derek, chocando suavemente su brazo con el de Alisha— Dile que le juro por dios que se lo devolveré me pida lo que me pida.

—Ya se lo he pedido y dice que lo hará encantado. —dice Alisha, mostrándole los mensajes— Dice que luego se pasará por aquí para dejar un poco de su magia o, como él lo llama, de su gracia. 

—Perfecto. Anda, te invito a un buen café que nos lo merecemos. —dice Derek, metiendo las manos en los bolsillos de su chaqueta—


Alisha sonríe felizmente, completamente a favor de la idea del café. Alisha es una de esas personas que prefieren el té al café, pero hace la excepción con ciertos tipos de café. En cuanto ambos llegan a la cafetería, Alisha se pide lo mismo de siempre; un mocha blanco con nata y un poco de canela espolvoreada por encima. Derek, por su parte, se decanta por un caramel macchiato con nata y un poco de cacao espolvoreado por encima. Mientras Derek elije, Alisha se adelanta y paga por ambos cafés, sonriéndole a Derek con satisfacción. Con sus cafés en mano, ambos salen felices de la tienda, pero su felicidad dura poco ya que Dean, el ex imbécil de Katherine, se acerca a ellos seguido de su sequito de imbéciles.


—¿A quien tenemos aquí? Pero si es el muñeco andante por el que mi novia me ha cambiado. —bromea Dean, observando a Derek—

—Parece ser que tu memoria no anda muy halla, así que te la refresco. Kattie es tu ex novia, no tu novia. —le recuerda Alisha con una sonrisa— Y no te ha cambiado, sino que te ha mejorado, idiota.

—¿Estoy hablando contigo? ¿Acaso me apellido Stilinski para que tengas que responderme como si fueses un perrito? —contraataca Dean, cruzándose de brazos— Es una conversación de hombres, así que mantente al margen. 

—¿De qué coño vas, imbécil? —pregunta Alisha, apretando el vaso de su café— ¿Quién coño te crees que eres? 

—Ali, es mejor no hacerle caso a esta panda de orangutanes que junta puede reunir solo una única neurona. —interviene Derek, mirando fríamente a Dean— Y te pido que te abstengas de hablar de Kattie.

—¿Qué pasa? ¿Qué no te gusta que hable de la pequeña zorra que ahora te follas? —inquiere Dean, sonriendo como si se creyese el macho alfa de la manada— ¿Es que aún no sabes que es una zorra?

—¿Acaso besas a tu madre con esa boca, Dean? ¿Acaso tu madre te ha enseñado a tratar así a las mujeres? ¿Es así como tu padre trata a tu madre? —comenta Derek, cerrando el puño y intentando mantener la calma— Ella no es ninguna zorra, así que te pido amablemente que dejes de faltarle el respeto.

—¿Tan ciego estás, monito dopado de esteroides? ¿Enserio sigues sin creer que es una maldita zorra? Puedo enseñarte el vídeo que grabe una vez mientras follamos y así vas a ver la zorra que ha sido y siempre será. —dice Dean, sacando su móvil—

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