𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐𝟑; 𝐂𝐫𝐞𝐲𝐞𝐧𝐭𝐞

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"𝐏𝐚𝐫𝐞𝐜𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐞𝐬𝐭𝐚𝐦𝐨𝐬 𝐡𝐞𝐜𝐡𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐬𝐮𝐟𝐫𝐢𝐫. 𝐄𝐬 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐚 𝐬𝐮𝐞𝐫𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚"

—Scott, escúchame. Todo va a ir bien. —dice Katherine mientras toma suavemente el rosto de su amigo— Tranquílate. 

—Scott, amigo, tienes que volver en ti mismo. —dice Alisha, situándose junto a él— ¡Si en tres segundos no vuelves voy a tener que usar algo que no te va a gustar!


Tres segundos más tarde, Scott no vuelve en sí, así que Alisha opta por su otro método. Sus ojos se vuelven rojos y un gran rugido sale desde lo más profundo de su garganta, logrando que Scott vuelva en sí y se tape los oídos ante el dolor que le produce ese fuerte sonido. 


—Ese rugido me ha dolido hasta a mi y eso que no soy hombre lobo. —bromea Stiles mientras le sonríe amablemente a Alisha— Buena manera de traerlo de vuelta.

—H...h...ha sido él. Ha sido Peter. —afirma Scott mientras se pone en pie— Derek está con él. Ambos están aliados.

—¿Cómo que Derek está aliado con Peter? —preguntan Alisha y Katherine al mismo tiempo—

—No puede ser. —niega Katherine, soltando un suspiro— Derek no se aliaría con el asesino de su hermana.

—¡Pues está aliado, Katherine! ¿Qué quieres que te diga? —insiste Scott— Han estado aquí hablando conmigo y luego Peter me ha clavado las garras para mostrarme un recuerdo.


Si Alisha ya se sentía traicionada, no hablemos de Katherine. La híbrido sale del vestuario como si todo ardiese, sintiendo dolor en su corazón. Katherine por su parte se queda en el sitio, sintiendo como su mente le reprocha que no debía haber confiado en el hombre lobo y que su amistad no era más que una mentira. Su corazón se rompía cada vez a cada segundo que pasaba atormentándose de lo estúpida que había sido por confiar en Derek Hale. 

Después de asegurarse que Scott se encuentra bien, los mellizos Stilinski vuelven a casa para ducharse y descansar. Justo cuando Katherine termina de ponerse el pijama, varios golpes en la puerta la hacen bajar rápidamente las escaleras. Su corazón se desboca al ver a Derek frente a ella. Luce un rostro similar al de un cachorro abandonado, mostrando cualquier ápice de culpabilidad. El corazón y la mente de Katherine vuelven a entrar en disputa. Su mente le grita que cierre la puerta y le ignore, pero su corazón le dice que debe escucharlo.


—¿Qué quieres? —pregunta seriamente Katherine mientras se cruza de brazos—

—¿Podemos hablar? —pregunta Derek, metiendo las manos en su chaqueta— Debemos aclarar las cosas.

—Nada de lo que tengas que decir me interesa. —dice Katherine, cerrando lentamente la puerta— Así que adiós.

—Escúchame, por favor. —insiste Derek, poniendo la mano sobre la puerta y evitando que se cierre— No sé que te habrá dicho Scott, pero mereces escuchar mi versión.

—¿Qué versión, Derek? ¿La versión en la que te ríes de mi? ¿La versión en la que me usas para acercarte a Scott? —le espeta Katherine, sintiendo como sus ojos arden debido a las lagrimas— ¿La versión en la que te alías con un asesino?¿En la que me besas solo porque todo es un juego ¡Qué maldita versión quieres que escuche!

—¡La versión en la que os protejo a todos y no olvido que Peter es un asesino! —contraataca Derek, soltando un suspiro—Jamás te besaría por un juego, Kattie. No soy de ese tipo de escoria. Si te bese es porque realmente deseaba hacerlo y no por un maldito juego. 

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