𝒞𝒶𝓅í𝓉𝓊𝓁𝑜 𝟪; 𝒦𝒾𝓈𝓈 𝑀𝑒

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''𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐯𝐢𝐝𝐚, 𝐥𝐚 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐧 𝐜𝐨𝐫𝐭𝐚 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐥𝐢𝐦𝐢𝐭𝐚𝐫 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐩𝐨𝐫 𝐭𝐢. 𝐄𝐫𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐞𝐭𝐞𝐫𝐧𝐢𝐝𝐚𝐝, 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐮𝐧𝐢𝐯𝐞𝐫𝐬𝐨, 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨 𝐲 𝐞𝐬𝐩𝐚𝐜𝐢𝐨. 𝐍𝐨 𝐞𝐫𝐞𝐬 𝐞𝐥 𝐚𝐦𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐦𝐢 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐢 𝐯𝐢𝐝𝐚 𝐝𝐞𝐣𝐨 𝐝𝐞 𝐬𝐞𝐫 𝐦í𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐝𝐞 𝐚𝐪𝐮𝐞𝐥 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐞𝐧 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐮𝐩𝐞 𝐪𝐮𝐞 𝐭𝐞 𝐚𝐦𝐚𝐛𝐚''

El restaurante Il Morso está totalmente transformado para la velada. Las mesas y sillas han quedado a una esquina, dejando el espacio suficiente para una pista de baile para que los que deseen bailar puedan hacerlo. En la barra reposan muchísimos vasos y platos con comida, todo listo para la gran fiesta. La gente comienza a entrar, llenando poco a poco el ambiente. El DJ ya tiene algo de música puesta para ambientar el lugar y está preparado para cualquier petición que se le haga. A su lado derecho se encuentra una especie de hucha, ya que cualquiera que quiera dedicar una canción tendrá que donar un dólar. 

Al otro lado de la calle, Stiles ayuda amablemente a su hermana a bajar del coche. Stiles lleva unos vaqueros negros y una camiseta celeste. Por su parte, Katherine lleva una falda de cuero verde que llega por encima de sus rodillas, un corsé negro y unos tacones del mismo color. Su pelo cae por su espalda con algunas ondulaciones y su maquillaje es tan discreto que parece que ni va maquillada. Claramente, Stiles sabe que a su hermana no le hace falta maquillarse para ser preciosa. 

Los dos caminan hacía el restaurante, con Katherine agarrada al brazo de su mellizo. Una sonrisa inunda su rostro, preparada para comenzar a llevar a cabo su plan de hacer que su hermano sea feliz, aunque sea por una vez. Los dos muestran las entradas y el portero los deja pasar con una amable sonrisa, reconociéndolos ya de otras veces. Una vez dentro, el ambiente los inunda de golpe. La música llega a sus oídos y tienen que ir esquivando a varias personas para poder pasar. 


—¡Stiles! ¡Katherine! —exclama Alisha con una sonrisa, agitando su mano desde la barra—


Los mellizos se giran inmediatamente y Stiles parece congelarse en su sitio en cuanto ve a la hibrida, obligando a su hermana a tirar de él para que reaccione. Alisha lleva un vestido rojo que llega por encima de sus rodillas y cuya parte de arriba es de encajes y con un escote pronunciado en V. Las mangas son holgadas y unas botas rojas que llegan hasta sus rodillas acompañan el conjunto. Su pelo está suelto, luciendo esas hermosas ondulaciones que te quedan después de llevar trenzas por unas horas y sus labios rojos incitan a cualquiera a cometer cualquier pecado capital. 


—¡Estás que te sales, chica! —sonríe Katherine tras darle un abrazo a Alisha— Y todo esto es genial, por cierto.

—¿Qué yo me salgo? ¿Tu te has visto? Tu estás que ardes, amiga. Stiles y yo vamos a tener que pasar toda la noche quitándote a tíos babosos de encima. —sonríe Alisha mientras abraza a Stiles— Ambos estáis muy guapo y muchas gracias. Todo lo que sea necesario para recaudar dinero para las personas sin hogar.

—Sin duda alguna vas a lograr recaudar mucho dinero con todo esto. —sonríe Stiles— Más lo que sacarás por lo de dedicar canciones. Por cierto, estás tan guapa que si lo bonito fuese pecado, tú no tendrías el perdón de Dios. 


La cara de Alisha adopta todos los tonos de rojos posibles mientras Stiles sigue mirándola con una hermosa y pícara sonrisa. Katherine tiene que volver a mirar a su hermano para asegurarse de que sigue siendo él y no ningún alíen, porque jamás lo había visto adquirir tanta valentía. Una brillante sonrisa llena de orgullo inunda el rostro de Katherine mientras mira a su hermano, admirando en el hombre en que se está convirtiendo. Mientras los tres se adentran más en el restaurante, unos gritos que provienen de la puerta los alertan a los tres, logrando que Alisha corra rápidamente al lugar. 

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