𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟕; 𝐋𝐚 𝐳𝐨𝐫𝐫𝐚 𝐯𝐨𝐥𝐯𝐢ó 𝐚 𝐬𝐚𝐥𝐢𝐫 𝐝𝐞 𝐬𝐮 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐭𝐞

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"𝐋𝐨𝐬 𝐝𝐢𝐨𝐬𝐞𝐬 𝐧𝐨𝐬 𝐞𝐧𝐯𝐢𝐝𝐢𝐚𝐧 𝐩𝐨𝐫𝐪𝐮𝐞 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐢𝐧𝐬𝐭𝐚𝐧𝐭𝐞 𝐧𝐮𝐞𝐬𝐭𝐫𝐨 𝐩𝐨𝐝𝐫í𝐚 𝐬𝐞𝐫 𝐞𝐥 ú𝐥𝐭𝐢𝐦𝐨."

Antes de adentrarse en el bosque, Katherine se detiene a comprar algo de comer para ella y Derek. Su estomago ruge pidiendo comida, así que no le queda otra opción. Tras comprar pollo con almendras para los dos y algo de beber, continua su camino, adentrándose más y más en el bosque. Sabe que Derek estará adentro tal y como suele estar la mayoría del tiempo, así que entra sin llamar. Sus palabras se atragantan en su garganta y su respiración se atasca cuando lo ve. Derek solo tiene unos vaqueros puestos, dejando ver esa espalda fornida mientras hace deporte. 

Katherine lo admira unos segundos, mordiéndose el labio. El cuerpo de Derek había sido esculpido por el mismísimo Zeus. Un calor invade el cuerpo de la joven. Ella no es de esas chicas que valoran el físico antes que todo, ella siempre valorara otras cosas antes que un buen físico, ¿pero como no iba a admirar a semejante monumento de hombre? Era difícil quitarle la vista, por no decir imposible. Tenía ante ella la mismísimo dios Apolo mostrándole esa belleza apolínea en su completa plenitud.

—Veo que estás completamente curado. —sonríe Katherine, observando a Derek girarse hacía ella—

—Gracias a que alguien me salvo la vida. —le recuerda Derek con una sonrisa— Con un beso bastante dulce, debo decir.

—Si llego a saber que ibas a torturarme toda la vida con eso te habría dejado morir. —bromea Katherine, dándole en el hombro— Es broma, pero no te bese, te salve la vida.

—Sentí tus labios sobre los míos y para mi, querida Kattie, eso es un beso. —sonríe triunfante Derek—¿Qué traes en la bolsa?

—Tenía hambre así que compre comida y como pensé que tendrías hambre traje para los dos. —sonríe Katherine, dejando la bolsa en el suelo— Así podemos comer juntos. 

—Pensaste muy bien, Kattie. —sonríe Derek— Estoy hambriento.

—Normal, con tanto deporte debes de estarlo. —comenta Katherine, sacando unos libros de su mochila— Toma, te he traído unos cuantos libros para que los leas.

—Muchas gracias, Kattie. —sonríe Derek, tomando los libros y leyendo la sinopsis—¿Hombres lobo? 

—A mi me gusta mucho la saga de Crepúsculo y al final a ti te acabara encantando. —sonríe Katherine mientras suelta su mochila— Ya lo verás. 

Derek sonríe y la observa comenzar a sacar la comida, pero su sonrisa se borra inmediatamente al escuchar a Kate Argent hablar mientras comienza a caminar hacía la antigua casa. Derek sabía perfectamente que solo vendría a hacer daño, como cualquiera que lleva el apellido Argent, así que tenía que sacar a Katherine rápidamente, porque si Kate la veía la metería en todo esto.

—Tienes que irte, Kattie. —dice Derek, metiendo la comida en la bolsa y entregándosela junto a su mochila— No puedes quedarte aquí y mucho menos ahora.

—¿Pero porqué? ¿Qué pasa? —pregunta Katherine un tanto confundida— ¿Por qué has cambiado de opinión tan rápido?

—Kate, la tía de Allison, la misma que me disparo va a entrar ahora mismo aquí. —responde Derek, agarrándola de la mano y llevándola debajo de las escaleras— Si te ve aquí se que te hará daño.

—Puedo darle a esa imbécil una buena paliza, créeme. —dice Katherine, observando a Derek—

—Créeme, he visto tu habilidad para dar palizas y no dudo de ella, pero llevan armas. Podía aniquilarte en un segundo y no me la jugare. —dice Derek, dando un suave golpe en la pared y dejando a la vista un pasadizo— Entra aquí, es uno de nuestros pasadizos. Te llevará hacía fuera, hacía la reserva.

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