Capítulo 9

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Dos semanas después de haber firmado el contrato me dedique a supervisar la supervisión en compañía de Lalisa.

Es tan amable y cordial en todo lo que hace, es tan recta y tan respetuosa con todos sin importar quien sea, admiro eso de ella, es una persona única.

Esa chica que se fue dejándola por sus sueños; no sabe lo que se perdió.

Al igual que los otros días, hoy Lalisa me explicó el proceso de tiene la hacienda Kim en plantar, criar y cosechar los manzanos, a lo que me dijo; somos el número uno. El día de hoy amaneció nublado, algunos relámpagos alumbraban el cielo y los truenos hacían su aparición.

Mientras revisabamos la producción de manzanas, algunas gotas calleron en mi cabeza.

— Lalisa, ya va a llover ellos no pueden trabajar mientras llueve — le dije mientras ella tomaba una pequeña campana en su mano.
— ¡La lluvia va a empezar, vayan a refugiarse!

Cada uno guardó la canasta en el granero que estaba cerca, después poco sólo quedamos Lalisa y yo.

La mire de reojo y ella solo seguía mirando los manzanos.

— Sabe, ella y yo siempre fuimos muy diferentes - comentó mirando al vacío - Cuando yo decía amarillo, ella decía rojo, yo decía manzanas y ella diamantes, Ella decía frío  y yo calor, mientras a ella le gusta leer y escuchar música, yo prefiero seguir trabajando, a veces nunca estábamos de acuerdo pero teníamos una hermosa relación
— Debió haber sido duro para ti que ella se fuera.
— Si, y me despedí sabiendo que no quería irme.

La mire acercarse a uno de los árboles, sólo se paró bajo un de los árboles y se quitó el sombrero. Su cabello caía a su rostro por causa del agua. Me acerqué a ella lentamente, al estar frente suyo, la lluvia empiezó hacerse mucho más fuerte. El frío comenzaba a sentirse.

Un dejavu llegó a mi mente como flechazo gritándome que esto ya lo había vivido, pero es algo absurdo. Es como una representación de mis sueños.

Cuándo me di cuenta ella me estaba mirando, levante mi mano y la coloque en su mejilla, cerró los ojos al intante y su mano pasó encima de la mía, la sentí suspirar con tanto sentimiento.

-— ¿Qué es lo que buscas de mi? — pregunté intrigada — ¿Hay algo entre tú y Mina? ¿Por qué me buscas?- estaba callada, abrió los ojos y me miró directamente
— Min y yo no somos nada, la quiero mucho pero no se de esa manera, todo el tiempo la he visto como una hermana menor — contestó calmada.
— Ella te ama ¿Lo sabes?
— Lo sé — contestó con la mirada caída — pero no puedo corresponderla, no sería sincero.
— Lalisa - le llamé,  levantó su mirada y espero a que dijera algo — y-yo — no terminé de hablar, en un movimiento rápido, unió sus labios a los míos.

Fue como si me hubiera leído la mente.
Me abrazó con fuerza a ella pegándome con a su cuerpo, enrrolle mis brazos en su cuello. Sin importar el frío que tenía sólo quería con ella.

Nos separamos lentamente. Nuestras respiraciones estaban agitadas, era como si sólo existieramos Lalisa y yo.

— l-lo siento — dijo agitada.
— No, yo también, lo siento.
— Deberíamos irnos, si no tomaremos un resfriado.

Empezamos a caminar hacia la hacienda, la lluvia golpeaba mi cuerpo, era una sensación muy agradable.

Abrió la puerta para mi y entramos.

Al entrar pude sentir la mirada de Mina sobre nosotros, sus ojos nos miraban con una combinación de emisiones enojo, tristeza y celos.

Lalisa estaba a mi lado, nana nos miró y mando a traernos algo para secarnos.

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