Capítulo 27

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La mañana del día siguiente llegó, y con ella lo hizo la determinación de cada uno en hacer sus actividades.

Cuando Tzuyu se fue a su trabajo, Lisa le aseguró que todo saldría bien, le animó a ser valiente y esforzarse; porque los valientes son los que sobresalen, y los cobardes esperan a que las oportunidades les cayeran del cielo, así como ella lo hizo.

Tzuyu sonrió agradecida con sus palabras, sólo necesitaba a alguien que le dijera lo que ella debía oír, alguien que supiera lo que hablaba.

En cuanto se fue, Lisa buscó entre las cosas de Tzuyu un marcador y algo para escribir un cartel.

En el cartón que encontró, escribió:

"Busco trabajo".

Memorizo el camino de la casa de Tzuyu a una pequeña plaza que había cerca.

Se paró fuera de una tienda donde vendían herramientas, allí estuvo cerca de dos horas, esperando a que alguien le dijera algo, y realmente estaba dispuesta a hacer lo que fuera, ya sea cortar céspeds, arreglar llaves, arreglar tejas, etcétera.

Una señora pasó frente a Lisa, quien la llevaba era Yoongi y Diana, quienes trabajaban para la mansión Min.

Yoongi no reconoció a su hermana adoptiva de vista, estaba desalineada con su ropa sucia y manchada de sangre a un costado, de echo pensó que era una mal viviente porque se miraba mal.

En cambio Diana, miró el letrero, pensó que podría contratarla de jardinera, pues el señor que trabajaba allí era una persona muy floja, así que ella tuvo que despedirlo.

— Espere — Diana detuvo a Yoongi, claro, he de recordarles que es el chófer en la mansión Kim — Deténgase un momento, señor Min.

Yoongi detuvo el auto y espero confundido.

— ¿Qué piensa hacer Diana? ¿Piensa en contratarla? — preguntó preocupado — No la conocemos y no sabemos que mañas tiene. No vaya a ser que entre y robe cosas valiosas de la señorita Kim.
— Tonterías — Diana bajó del auto, pero se detuvo cuando Yoongi le volvió a decir que no bajara por ella — Señor Min, es cierto que no conocemos a esa muchacha, pero le recuerdo que también come, y del trabajo vive.

Yoongi no volvió decir nada porque se apenó.

Diana bajó del auto y camino hacia Lisa, mientras ella, la tailandesa estaba mirando al rededor cuando logró visualizar a una mujer mayor que caminaba hacía ella, Diana un británica muy elegante, su cabello blanco siempre está peinado perfectamente y atado en una cola de caballo.

— Buen día joven. ¿Buscas trabajo?
— Así es señora, se hacer de todo y lo que no sé hacer, lo aprendí — respondió Lisa en un ataque de sinceridad y desespero de estar tanto tiempo fuera de esa tienda.
— ¿Por qué estás haciendo esto? — preguntó curiosa — eres bastante joven y fuerte, en cualquier empresa o fábrica pueden aceptarte.
— Verá señora, no vivo aquí, ni siquiera soy de aquí, vine de visita y sufrí de un asalto, me apuñalaron y me quitaron todo — Lisa levantó su camiseta, mostró su vendaje un poco rosado por el plasma de la sangre que aún salía — Estoy en un país desconocido, necesito dinero para sustentar mis gastos.

Diana se compadeció de Lisa, había mucho trabajo en la mansión Kim, Lisa sería bastante útil, podía verlo en su motivación de conseguir trabajo.

— Me has convencido, ven a esta dirección en una hora, y te daré las indicaciones del trabajo que harás — Diana sacó de su bolsa una pluma y un en un papel la dirección — Pide un taxi, y cuando llegues yo cubriré la cuenta del taxímetro.

Vestido blanco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora