Capítulo 4

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Narra Lisa

— Buenas tardes — saludé de mano al notario.
— Buenas tardes — contestó.

Tomé asiento en el sofá que estaba cerca del escritorio. Unos segundos más tarde, ella se sentó aún lado mío. Quería sonreír de alegría por saber que se había sentado a mi lado, como solía hacerlo.

Tenía deseos de abrazarla y besar su cabeza. Por desgracia su futuro esposo se sentó junto a ella y todas mis ilusiones se fueron a la basura.

— Bien, todos están presentes daremos inicio al testamento del Señor Seokjin Kim- habló el notario.

Jennie llamó a su pequeña hermana a sentarse en sus piernas, ya no tenía sentido estar a su lado, me paré y ofrecí mi lugar a la pequeña. Me senté aún lado de Mina, me abrazó, no tenía ganas de pelear, Jennie tenía alguien más en su vida. Quizá yo también debía darle la oportunidad a alguien que me quiera.

— Yo Seokjin Kim deseo una vida larga, plena y digna, pero no a cualquier precio, si mi muerte se acerca y no es inevitable, si eh tenido la capacidad de interactuar con los demás y no hay esperanza razonable de recuperar esa capacidad, o si el sufrimiento es intenso, no deseo que prolonguen mi vida.
En acto de cordura, antes de que mi muerte llegue, quiero dejar mi casa en la hacienda a la señora Chitthip, le dejó potestad en ella, le dejo el negocio de pays de manzana a Mina
Ella heredará la empresa de su madre a la mayoría de edad junto con la casa de vacaciones. Apple Acres estará a cargo de Jennie, Lisa estará su disposición como asesora. Lalisa como capataz estará a cargo del todo incluyendo las decisiones de Mina y Jennie, no tomen a mal mis decisiones pues yo creo que hice lo correcto. .- el notario se calló para por finalizada la lectura del testamento. - Estás fueron las últimas voluntades del señor Seokjin Kim antes de morir, cada uno de los presentes nombrados en el testamento deberán firmar el documento, me quedaré con la original.

Todos pasamos a firmar. Yo no contaba con esto. Por que la vida tiene que jugar me está cruel broma. Están difícil no abrazarla ni besarla. Ver que alguien más lo haga no me es agradable.

— Instálese en una habitación y con gusto le enseñó todo lo que es sweet apple acres - le ofrecí a Jennie

— ¿Porqué tú? — Mina llamó mi atención con su desacuerdo
— ¿Porqué no alguien más? — preguntó el "Ken" coreano.

— Quién mejor que yo para mostrarle el lugar a la señorita - respondí algo molesta.

Antes de perder el control decidí salir, no vaya a ser que no pueda controlarme y le reviente la boca al niño bonito por metiche.

Caminé hasta el establo. Es uno de los lugares que más gusta estar.

— Hola amigo- dije entrando al establo — ¿Listo para dar un paseo? — gringo movió su cola — eso creí — parece tonto hablar con un caballo, pero siento que me escucha.

Abroche su silla y le regalé una jugosa manzana, se que el cómo yo, las ama.

No había tiempo que perder. Lo monté y como quise me llevó a la entrada de la hacienda, ahí espere a que saliera. No demoró mucho en hacerlo. Al estar frente de nosotros, quedó maravillada por semejante animal, su tamaño es majestuoso.

— ¿Le gusta? — pregunté esperando a oír algo que me agradará
— Si es hermoso ¿Cómo se llama? — y en efecto, era lo que quería escuchar.
— Gringo — sonreí acariciando a majestuoso animal  — ¿quiere pasear en él?- pregunte invitándola. 
— Sería maravilloso, pero no lo veo conveniente querido - contestó aún hipnotizada.
— Entiendo - sonreí tratando de no mostrar desilusión.

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