Capítulo 14

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Limpiaba mi nariz con algodón y alcohol.

— ¡Auch!!
— ¿Te quejas?
— Me duele.
— ¿Y cuándo te pegas con los demás, no?
— Claro que sí, pero ningún tipo merece salir intacto después de pegarle a una mujer – respondí molesta, ella soltó una pequeña risilla.
— Eres igual a tu padre – sonrío – anda niña, ya vete que estoy ocupada.

Caminé algo pensativa hacia la sala. Aún me duele el golpe de ese idiota

— Oye vaquera.

Desvíe la vista topandome con Jongin, llegaba con su cabello húmedo. No había más heridas en su rostro, pero sí había moretones.

— ¿Qué se te ofrece? – hablé lo más tranquila posible, este tipo me hace hervir la sangre.
— Escucha bien lo que te voy a decir, es obvio la gran diferencia entre tu clase y la mía.
— Claro que hay diferencias, tú eres un miserable patán.
— No tienes nada que ofrecerle más que pobreza y hambre.
— Tú sólo le darás noches de soledad, amargura y muchos engaños
— A mi lado tendrá una vida llena de lujos.
— ¿Y eso qué? Cuando no estés para darle lo que realmente necesita, buscará consuelo y calor en mis brazos.
— No sabes lo que dices, la conquiste con muchos obsequios, muchas flores.

Le mire fijamente, aún tenía rojo donde le peque. Caminé hacia el pasillo que lleva a las habitaciones, antes de seguir, paré y le miré fijamente.

— Ella no es la típica mujer que le llevas flores y se enamora, ella prefiere un detalle, una rosa, un café, un libro.

Al ver que no respondía, decidí dejarlo pensar sólo. Decía amarla tanto pero no conocía ni el mas mínimo detalle de ella.

— No la mereces — escuché su voz detrás de mí.
— ¿Qué dices? — pregunté confusa.
— No tienes idea de cuántas noches la hice mía, mis labios tocaron cada parte de su cuerpo, mis manos conocen hasta el detalle más pequeño de su cuerpo, sí su boca se abrió después de todos los orgasmos que le provoque fue para decir que me amaba ¿En serio crees que puedas competir contra eso?
— Sé mucho más de lo que tú te imaginas, no te atrevas hablar mal de ella, te mato.
— ¿Esa fue una amenaza? – me miró enojado.
— Tómalo como quieras.

Le di la espalda y seguir avanzando, al llegar a su puerta, toqué y esperé a que me diera el paso.

- Adelante – mi señal.

Me adentré y cerré la puerta detrás de mí.

— ¿Cómo está Mina? – preguntó sin verme.
— Ella estará bien— conteste buscando su vista.
— Por un momento creí que estaba mal
— Te aseguro que está bien.

Cuando miraba sus bellos ojos podía perderme en ellos, siempre pensé que sólo era yo quien había enamorado, ahora se que no sólo fui yo.

— A veces pienso que hay algo más que me hace falta.
— ¿A sí? – pregunte curiosa.
— si – sonrió.





Narra Jennie.

Desde aquel día que miré a Lalisa por primera vez, siempre me ha mirado con tristeza y melancolía.

A pesar de que no la conozco, puedo decir que tenemos algo que nos une, me gustaría saber que es.

Platicando en mi cuarto, sentí que ya había vivido este momento muchas veces, ahora es de noche y no puedo dormir.

Creó que será mejor ir por algo a la cocina. Traté de bajar sin hacer tanto ruido lo cual fue muy fácil, al llegar a la cocina tomé un vaso de agua para saciar mi sed.

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