Capítulo 20

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Narra Jennie


— Entonces si eso es todo, estoy de acuerdo – afirmó el señor Del Valle
— Perfecto, espero podamos llevar a cabo este proyecto – sonreí y firme el contrato.

— Señorita Jennie, espero su presencia hoy en la noche en mi casa, tendremos una fiesta en honor a mi hija por sus veintiún años, será a las 7:00 PM.

- Claro, allí estaremos – afirmé.

Nos despedimos y salimos de la oficina hacia el elevador.

— Ya quiero ir – dijo Ella.
— ¿Si?— pregunte risueña.
— Si, debe de haber mucho pastel – sonrió – Y chicos muy guapos.

Negué con la cabeza sonriendo. Llamados al elevador, y entramos.
Al llegar a la primera planta, salimos del gran edificio.

—¿Dónde esta Lalisa? – pregunté mirando a ambos lados.
— Ya viene – respondió mi hermana apuntando a la camioneta que se estacionó frente a nosotras.

Y ahí estaba ella, jodidamente guapa, su cabello rubio bajo ese sombrero, su camisa de cuadros roja abierta dejando ver una musculosa gris, su vientre plano y sus fuertes brazos hacen que me sienta como colegiala en pubertad y llena de hormonas.

— Señoritas – su voz me derretía por completo, no tengo idea como rayos terminé en tremendo estado por esta mujer que apenas conocía.

Abrió la puerta trasera y subió mi hermana, la cerró y abrió la del copiloto para mi. Al subir rodeó el carro y subió para arrancar directo a casa.

— Está noche iremos a una fiesta – exclamó mi pequeña hermana
— Estupendo – sonrió mirándola por el retrovisor
— Si, y tu vendrás con nosotras – no le miré, pero sentía su profunda mirada encima mío.
— No creó que yo…
— No te preocupes por eso Lalisa, iremos de gala, nadie dirá nada – opinó Ella.
— De acuerdo – dijo no muy bien convencida.

En el camino, le dije a Lalisa que fuéramos a comer, de verdad me apetecía, aceptó y llegamos a un restaurante italiano.

— Buenas tardes soy Taehyung, su camarero – hablo un joven no muy alto, su cabello era azul, claro que lo pintó, sus ojos marrones muy brillantes, de verdad parecía una ternura — ¿Desean ya ordenar?
— Si cariño— el joven parecía sonrojarse – Yo quiero pasta con carne y salsa de tomate, pan de ajo y un te helado
— Si también yo – dijo Ella. 
— ¿Y usted?

Lalisa miraba de una forma seria al joven, y el camarero hacia lo mismo con ella 

— Pechuga de pollo con ensalada césar y sidra
— ¿De manzana, señorita?
— Por favor

Ambos se miraban raro, para mi era obvio, el joven se fue dejándonos solos.

- Voy al baño

Habló mi hermana, asentí y ella se fue dejándonos solos.

— ¿Qué fue eso?
— ¿Qué cosa?
— Esas miradas con Taehyung.

Lalisa me miró y volteo a ver al joven que se aproximaba a nosotros con una bandeja llena de lo que pedimos.

Lalisa me miró a los ojos, su mirada me hacia perderme en un espacio y tiempo desconocido, su mano se posó sobre la mía. Sentía el calor de su mano, sentí mi corazón salirse de mi pecho.

— Hoy se ve hermosa... Jennie. 

Sentí mil mariposas en mi estómago, mis mejillas de pronto se sentían calientes, lo único que podía ver era sus ojos verdes en los que podía ver toda mi vida.

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