Capítulo 11

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Narra Lisa.

Por fin terminamos de entregar, la lluvia nos agarró cuando hacíamos la última entrega.

Subimos a la camioneta y cerramos la puerta

— ¡Hay que frío! — Sehun se abrazo así mismo.
— Si — contesté quitándome el sombrero
— ¿Qué ocurre?
— Nada.
— Bueno, si no me quieres decir, está bien
— Bro, no es eso.
— Lisa somos amigos, puedes confiar en mí — puso su mano en mi hombro.

Talle mi rostro con ambas manos sacando mi frustración.

— Embarace a Mina.
— uuhh — quitó su mano de mi hombro y le dedique una mirada enojo.
—¿Porqué te metiste con ella?
— Ella dice que yo la busqué, que le hice el amor como una bestia, no recuerdo nada, estaba muy ebria.
— oye, ¿Y Jennie?

Voltee a verlo algo sorprendida.

— Me odia — suspiré entristecida.
— ¿Segura? Ella regresó por ti - afirmó seguro.
— No, eso no es verdad, ella lo hizo por su padre.
— ¿Y quién te afirma eso?
— Ella después  del accidente no recuerda nada, el doctor dijo que ella tendría amnesia permanente, y si recordaba algo sería más como sueños, los recuerdos serían vagos en su mente.
— Es injusto
— Nadie dijo que sería justo
— Ella te amó, yo lo sé
— Y si así fuera qué, se va a casar con el idiota ese.

Encendió el auto y arrancó.

El resto del camino no hablamos de nada, en pocos minutos llegamos a la hacienda. Bajamos del auto y nos apuramos a cubrirnos de la lluvia

La puerta de mi choza estaba abierta, carajo, Mina es muy descuidada.

Entre y cerré la puerta detrás de  mi, tome el trapeador y empecé a secar el agua que se metió.

Me quite el sombrero y lo dejé en la mesa.

Miré pisadas de agua en el piso, llevaban a mi habitación, seguí las pisadas y llegaban a mi cama, frente a mis cajones. La esquina de la cama estaba mojada, que extraño.

Mi cajón de fotografías estaba entre abierto, lo cerré ignorando cualquier cosa fuera de su lugar.

Me acosté en la cama así con la ropa mojada. Sólo podía pensar en su cabello lacio, me fascina lo bien que se ve todo el tiempo, sus ojos castaños, su piel blanca, la extraño y la deseo, cada lunar en su cuerpo, sus piernas firmes, el olor de su cuerpo, el sabor de sus labios, sus te amo, la calidez de sus manos en tocar mi cuerpo, como revolvía mi cabello, la extraño tanto.

— ¿Lisa?

Abrí los ojos y me encontré a Mina que estaba frente de mi.

— No te escuché entrar - dije sentando me.
— Sehun dijo que estabas aquí.
— Si, no hace mucho que llegué, Min ¿Por qué cuando entras no cierras la puerta?
— ¿De que hablas?
— Cuando entre, la puerta estaba abierta y quien más que tú entra a mi casa.
— No había estado aquí, yo también he tenido un día muy ocupado - levante una ceja, no sé si creerle - Deja de verme así - dijo molesta.
— hey, ya tranquilizate
— A veces eres una idiota
— Bueno, gracias - me levanté y me quite la camisa.

Sentí sus manos recorrer mi cuerpo, suspiré. Dió unos besos en mi espalda, sentí una corriente eléctrica recorrer mi columna vertebral, cerré mis ojos y sentí sus labios en los míos, le seguí el beso, la lleve a la cama y la recosté como a la muñeca más delicada del mundo, cree un camino de sus labios a su cuello, sentí como se escapó un gemido de su boca y eso me motivó más.

— Te deseo — habló con su voz grave de la excitación.
— También te deseo.

Levanté su blusa al punto de sacarla encontrándome con su sostén que abrazaba sus senos muy perfectamente.

Vestido blanco Donde viven las historias. Descúbrelo ahora