— Nini… llevas el brillo más bonito del universo en tus ojos— Lisa acomodó un mechón rebelde detrás de su oreja depósitando una que otra caricia en su mejilla, la joven terminó de acortar la distancia de sus labios para dar un suave beso a su ahora novia.
— Me encanta tenerte así
— ¿Así como? — Preguntó intrigada
— Así de cerca, para mi solita— sonrió.
Se sonrieron mutuamente y volvieron a besarse. Y así las horas comenzaban a pasar hasta comenzar a pasar días; en los cuales los problemas se hacían presentes pues había una discusión causada por Min, siempre hacía algo que molestaba a la coreana, Lisa intentaba ser paciente porque en el fondo sabía que ella tenía la culpa por dejar que su amiga hiciera lo que solía hacerlo que hacía cuando no tenía novia.
— Nini
— Déjame sola
— Anda, no seas así
— Por favor, vete
— ¿Estás segura de lo que me pides?
Jennie se quedó callada sin contestar nada, Lisa hizo una mueca y se levantó.
— Bien, me iré — caminó hasta llegar al picaporte y lo giró.
— Espera, Lili, lo siento yo…
— Tranquila Nini sé que te molesta, pero de verdad no tienes que desconfiar de mi
— Es que no desconfío de ti, ella es la que provoca todo — se tapó la cara frustrada.
— Nini no te molestes más, sabés que yo a ti te quiero mucho y no te cambiaría por nada.
— Lamento lo de hoy
— Tranquila — besó su frente
Después de discutir, ambas comenzaban a entenderse, sus diferencias las unían y en cada pelea traía una reconciliación. Mientras la tarde caía, ellas estaban abrazadas mirando el caer del sol.
— Soy feliz, jamás me he sentido tan bien, ¿Y tú? — preguntó Jennie
— ¿Yo? — Lisa la abrazó con fuerza — Estoy de maravilla
— ¿Hasta el punto de llegar a tocar el cielo con un dedo? — preguntó una vez más Jennie
— No, así no— respondió tranquila
— ¿Ah, no? — se separó sorprendida
— Mucho más. Al menos más lejos del cielo — tomó su mano y la besó, Jennie sonrió y tomó entre sus manos el rostro de Lisa y la besó muy tiernamente, amaban esos momentos dónde sólo eran ellas.
….
Estás segura de lo que dices?— preguntó sorprendido
— Vaya usted mismo sí no me cree.
Serio ante la declaración de Mina, quién entró a su despacho con enojo, dudó en lo que le dijo, se puso de pie y miró fijamente a la chica.
— ¿Dónde?
— En el lago
Dejó a la chica en su despacho y se encaminó molesto directo a la pareja. Mientras llegaba podía imaginarse lo que hacían y le daba coraje pensar que podría aprovecharse de la inocencia de su hija, sin imaginar que ambas ya se habían amado en cuerpo y alma en muchas ocasiones anteriormente.
Estaba seguro que Lisa era una aprovechada, Jennie era la viva imagen de su Taeyeon, no permitiría compartirla con nadie que no podría darle nada que ofrecer, pero su sorpresa fue mayor, sus ojos se abrieron al ver que era Jennie quien se lanzaba a los brazos de su joven empleada, su mirada cambio a una de enojo al verlos de esa manera.
— ¿Qué significa esto?!— alzó la voz
Jennie se levantó rápido al oír la voz de su padre.
— Pa-padre yo
— ¿Tu?! ¿Tu qué?!
— Padre puedo explicarlo
— ¡Ven aquí!— la tomó bruscamente del brazo
— ¡Ay! ¡Me lastimas!
— Señor Kim, por favor déjeme decirle
— ¡cállate!, No se volverán a burlar de mi
— Nosotras no hemos hecho nada malo, nos queremos
— ¡déjate de estupideces Jennie!
Con Manobal no tendrás ningún buen futuro, ¿Qué no lo entiendes?!
— Con todo respeto señor Kim, pero usted no sabe, yo
— ¿Tu qué?, ¿Crees que podrás darle un nivel de vida bueno? Te equivocas eres solo una trabajadora de nivel bajo, aún eres muy joven y te falta muchas cosas por vivir
— Padre — Jennie como pudo ser zafó del agarre de su parte— tu eres él que no entiende, la quiero y me quiere, nuestro cariño es recíproco
— ¡Sólo eres una niña aún Jennie!!!— alzó la voz.
— Mi madre tenía mi edad cuando se casó contigo
Seokjin abrió los ojos y se quedó sin habla
— Es muy diferente
— No tiene nada de diferente, tu tambien eras un trabajador de nivel bajo (hizo comillas con los dedos).
Seokjin Kim abrió la boca y no salió nada de su boca.
— Yo contaba con apoyo económico y trabajé mucho para obtener todo lo que tengo ahora.
— Señor Kim
— Guarda silencio Lalisa
— Papá
— Se acabó Jennie, ve adentro
— Papá
— ¡Ahora!
Ella miró a la rubia y Lisa sólo le sonrió débilmente, Jennie corrió en sentido contrario y besó la mejilla de su amada, en cambio Seokjin deseaba mandar a desaparecer a Lisa.
— Escúchame bien, te aprecio bastante, pero no puedo permitir que enamores a mi hija, no tienes nada que ofrecerle y lo sabes.
— Señor Kim, con todo respeto quiero a su hija y para sustentar mis necesidades no conozco otra cosa más que el trabajo, me gano mi comida con el sudor de mi frente y sé que a su hija no le faltaría nada a mi lado.
— Quiero que lo entiendas, eres una niña aún y se que eres muy trabajadora, pero es diferente que alguien más dependa de ti y si tienes hijos es aún más diferente, tómalo como un consejo
Se media vuelta y la dejó sola, Lisa solo podía seguir mirándolo fijamente.
………
— Señor Seokjin, mi niña Jennie lleva dos días deprimida, no quiere salir, no come, todo el día duerme
— Déjala, es solo un capricho.
— ¿Está seguro señor?
— Ella quiere que le dé permiso de estar con esa joven, pero no lo voy a permitir, ella se cansará y dejará sus absurdas ideas.
— ¿Lo cree?
— Lo sé, ya lo verás
Se levantó de la mesa después de desayunar, mientras la abuela Chitthip preparaba fruta picada, huevos revueltos y jugo de manzana, al tenerlo listo subió todo en una bandeja, tocó dos veces y no hubo respuesta, entró y encontró todo a oscuras, era una oscuridad mínima ya que las cortinas no permitían el paso de la luz del sol.
Puso la bandeja en la mesita de noche y abrió las cortinas dejando pasar la luz, mientras la joven Kim dormía boca abajo y al sentir la luz se tapó completamente.
— Niña, le traje el desayuno
— No tengo hambre — respondió adormilada.
— No sea así niña, lo he preparado con mucho amor.
Se destapó lentamente y se dejó ver. Su cabello estaba un poco desalineado, se notaba en sus ojos tristeza y no se había desmaquillado.
— Gracia nana— sonrio débilmente, se paró de la cama y fue directo al baño, recogió su cabello en una cola alta, lavo su rostro y sus dientes.
— Sabe, su padre solo necesita tiempo para darse a la idea de que su hija está creciendo y a comenzando a sentir afecto por alguien que es ajeno a la familia.
— Mi padre no entiende nada y no quiere comprender que quiero a Lisa y ella me quiere de verdad.
— Su padre solo quiere lo mejor para usted niña
—¿Y Lisa no es lo mejor?
— Aún son muy jóvenes y aún no entienden nada de la vida
— Gracias por la comida ¿Podría dejarme a solas?
— Claro niña, con permiso
Al salir el silencio volvió a reinar en la habitación, cuando termino de comer se levantó a cerrar las cortinas.
— Nadie lo entiende— se arropó y cerró los ojos una vez más.
Jenni continuó durmiendo, siguió encerrada hasta que el día se hizo tarde, fue cuidadosa al salir y no ser vista, se movió hasta llegar a los manzanos, sabía que Lisa estaría allí.
Al llegar no la encontró, no se rindió, quería verla y abrazarla, siguió en su búsqueda hasta que la encontró regando agua a las plantas, esas que había germinado ella misma.
La poca luz que quedaba en el vivero era apenas visible. Lisa estaba por ir se cuando se encontró con Jennie, se miraba triste y eso le partió el alma.
No dijo nada, sólo camino hasta alcanzar, delicadamente tomó sus manos y se las llevó a sus labio; regalándole un casto beso, levantó la mirada y la miró, sus ojos se encontraron de nuevo, café y avellanda se enfrentaban una vez más en un desafío intenso donde se podía sentir la frustración de solo tener minutos para verse.
—¿Puedo volver a verte?— Jennie preguntó, su voz sonó nerviosa, Lisa acarició con su pulgar el dorso de la mano de su amada.
— Claro — le respondió sonriendo.
—¿Mañana?— preguntó de nuevo.
— Paciencia saltamontes — le
Aconsejó — no querrás parecer anciosa.
— No, por eso te he dicho mañana— le contestó — quisiera quedarme contigo hoy mismo, pero estoy dispuesta a esperar toda la noche y buena parte de la mañana.
Se despidieron de un beso anhelando volver a amarse sin tener que esconderse. Jennie entró a la hacienda y tomo asiento aún lado de su pequeña hermana, Ella y Jennie comenzaron a jugar y divertirse, minutos después su padre entró, agradeció mentalmente no haber llegado después de él.
— Hola — sonrió el castaño a sus dos hijas.
— Hola papi — saludó la más pequeña
— Buenas noches — Jennie se levantó y dejó a su hermana menor junto a su padre, suspiro cansado.
— Buenas noches señor, señorita— saludó Lisa.
— Buenas noches Lalisa — sonrió la nila, el padre ignoró el saludo.
Al entrar en la cocina, se lavó y se sentó para cenar. Mientras Mina miró una oportunidad y la tomó.
— Hola Lisa ¿Cómo te fue hoy?
— Bien
— No parece muy convincente
— Ten hija — la abuela Chitthip le dio un plato de lentejas y un vaso de jugo de manzana al igual que una rebanada de pay de lo mismo. Miró a Mina y ella le devolvió la mirada igual de sería.
— Las paredes tienen ojos y los matorrales oídos niña— le advirtió sería.
— Pueden ver y oír lo que quieran — respondió prepotente— Lisa mañana descansas, ¿no? — Mina tomó su mano que descansaba en la mesa.
— ¿Por qué?— contestó mirando su comida.
— Quería que fuéramos al pueblo
— ¿Ha? — preguntó después de pasarse la comida.
— Pues a que más vas a un pueblo — contestó risueña.
— No lo sé, tú dime — Jennie llegó a la cocina por un vaso de agua.
— Ha distraernos, trabajamos muy duro y debemos descansar ¿No crees? — Jennie le susurró algo en el oído a su nana y ella asintió.
— No lo se Min — Contestó y bebió del jugo.
— Disculpa que me meta Mina — la recién nombrada la miró, mientras la coreana se sentaba frente a ella, aún lado de la rubia — Es solo que mañana le pedí a Lalisa me llevará de compras — Lisa la miró, pero no comentó nada, su nana le sirvió lo mismo que su nieta — Gracias nana — le sonrió.
Mientras Jennie comenzaba a cenar, podía sentir la mirada de Mina en suma suyo.
— Señorita ¿Ha qué hora vamos a salir mañana? — la tailandesa levantó la mirada y la clavó en Jennie.
— ¿Te parece a las ocho de la
Mañana? — sonrió coqueta, no pudo evitarlo, Mina lo notó y tampoco evitó virar sus ojos.
— A la hora que usted diga — sonrió, Mina miraba todo en silencio, su rostro se tornó en un tono carmesí y se levantó molesta dejándoles solas.
— ¿Se enojó?— preguntó Jennie
— Si — hizo una mueca y luego la miró — ¿En serio quieres ir de compras? — levantó una ceja.
— Claro — sonrió de nuevo coqueta.
— En ese caso — sonrió — Lo que usted diga
Bebió de su jugo dejando su labio mojado, ella mordió su labio inferior y se paró de la silla camino hasta la rubia, Lisa algo sorprendida la miró y Jennie tomó sus mejillas y besó suavemente su labio, paso su lengua limpiando el jugo.
— Estabas sucia — sonrió coqueta, Lisa la miraba sorprendida y se paró de la silla, la tomo de la mejilla y la besó, la besó de una manera muy sensual y apasionada, ella le siguió el beso con la mismo intensidad.
— Dios santo— se expresó la abuela y salió de la cocina.
Lisa la tomó de las caderas y la alzó sentando la en la mesa, lejos de la comida, ella abrió sus piernas y jaló a la rubia en medio y la abrazó siguiendo el beso.
Lisa acariciaba su pierna, mientras Jennie le quitó el sombrero y metía sus dedos blanquecinos en la melena rubia.
El beso se tornó lento y suave, hasta volverse casto. Se abrazaron, en ese estante entró Mina quién miró la escena.
Ambas se miraban retadoramente, Jennie beso la mejilla de Lisa cómo señal de propiedad, mientras la otra se dio media vuelta y se regresó de dónde venía.
……………
— Adelante — Seokjin siempre estaba ocupado, nunca para sus hijas, así que dejó de hacer lo que hacía para prestarle atención a Jennie — Hija, ven siéntate
— Gracias papá
— ¿Qué pasa?
— Quería preguntarte si me dijas ir al centro comercial mañana.
— ¿Mañana?
— Si, verás quiero ir a comprarme ropa y algunas cosas también necesito — lo miró tranquila, pero por dentro nerviosa.
— Claro — sonrió — le diré a uno de los trabajadores que te lleve
— No hace falta, yo le diré a alguien mañana, todos están dormidos.
— Está bien— dijo dudoso— cuanto necesitas.
— $1000 dólares
— Está bien.
Sacó su chequera y la llenó y firmó.
— Ten hija — le extendió el cheque
— Gracias papi — sonrio contenta, se levantó a abrazarlo y le dio un beso en su mejilla y salió de la oficina.
— Es igual a ti mi amor — sonrió suspirando melancólicamente.
Mientras llegaba a su habitación pasó cautelosamente y se asomó a la sala donde Mina abrazaba a Lisa.
— ¿Por qué tienes que ir? — preguntó la rubia.
— Me lo pidió y yo encantada — respondió sin tocarla, ya que ella se colgaba de su cuello.
— Pero Lisa, tenemos que distraernos, no puede ser trabajo siempre.
— Entiende Mina, si el patrón, oh las hijas del patrón me piden algo no me voy a negar — respondía quitando las manos de su amiga de encima suyo con delicadeza.
Mina estaba iracunda y comenzó a dar fuertes pisotones con coraje y salió rápido.
Lisa suspiro cansada.
— Buenas noches.
— Nini — la miró.
— Sólo quería darte las buenas noches
— Hoy con tan solo verte, me alegras el día y la noche.
Jennie se acercó lentamente y tomó la mano de la rubia depósito un beso y la colocó en su mejilla, Lisa la acarició y besó su frente.
— Buenas noches Jen — susurró
— Buenas noches… mi amor
…………
— ¿Está lista? — preguntó Lisa
— ¿No vas a desayunar? — Jennie terminó de beber su té.
— Me tomé un café
— Bien, entonces, prepara la camioneta y enseguida voy, por favor— le sonrió coqueta, Lisa asintió y casi, casi corrió.
Mina apretó los puños.
— En seguida— contesto Lisa levemente sonrojada.
— Lisa espera— le llamó la abuela — Ten tráeme esto — le tendió una nota algo larga.
Asintió y salió.
— Buenos días señorita
— Buenos días Mina
— La veo muy feliz hoy, porque será, ¿De casualidad no tiene nombre esa felicidad? — se cruzó de brazos mientras sonreía con soberbia.
— No sé a qué te refieres — respondió desentendida.
— Tenga cuidado señorita, no quiere que rumores falsos lleguen a oídos de su padre ¿Verdad?— rio maliciosamente mientras jugaba con su cabello.
Jennie la miró con cierto enojó
— Estando el diablo ocioso, se metió de chismoso — comentó la abuela Chitthip mirándole fijamente, Lisa entró en ese instante encontrando silencio absoluto.
— Listo, podemos irnos— comentó mirando a todas.
— Nana, nos vemos tarde — besó su mejilla.
— Con cuidado mi niña — la abrazo
Lisa miro directamente a Mina, ella desvío la mirada con enojo.
— ¿Nos vamos? — tomó la mano de la rubia con toda la intención.
— Claro — Lisa le dio un pequeño apretón algo inconciente.
— ¿Qué paso ahí adentro?— preguntó una vez afuera
— Nada — sonrió haciéndose la inocente.
Le abrió la puerta en la parte trasera de una camioneta Ford Ecosport negra año 2007, cerró y subió a su lugar.
Salieron directo al pueblo más cercano.
El camino era algo callado, Lisa conducía en silencio, concentrada aunque algunas veces la miraba por el retrovisor.
Jennie contemplaba el paisaje.
— Lisa detén el auto.
Sorprendida, se orilló y lo hizo, estaba atenta a lo que Jennie comenzaba a hacer, desabrochó el cinturón de seguridad, y bajo de auto. Subió en la parte del copiloto.
— Mejor — sonrió — Vamos.
El solo movío su cabeza negativamente mientras sonreía.
— Disculpa que te haga conducir en tu día de descanso.
— No te preocupes — sonrió — Además es una buena manera de pasar el día.
— ¿A si?— preguntó incrédula
— Si
— ¿Se puede saber porque? — preguntó intriga.
— Creí que era obvio — sonrió.
Con una mano en el volante, la otra fue directo a la mano blanquecina de la coreana, la tomó y la besó sin quitar la vista del camino. Jennie sonrió sonrojada.
— Te amo — Lisa abrió los ojos y la miró dejando el camino olvidado. Estacionó el vehículo a orilla de la carretera.
— ¿Qué haz dicho?
— Que te amo, Lalisa estoy enamorada de ti.
La rubia se acercó a ella y la abrazó fuerte, Jennie se sorprendió y le correspondió.
— También te amo — susurró en su oído, Jennie abrió sus ojos sorprendida, cerró lentamente sus y dejó escapar una lágrima rebelde de la emoción de ser correspondida.
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Vestido blanco
RomanceUna joven millonaria maneja una línea de moda muy famosa, la meta en su vida estaba terminada, no podía ser más feliz, tenía el amor de su hermanita, el de sus mejores amigas y el de su prometido. La vida le dará una vuelta de 180° al enterarse de...