Capítulo 29

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El beso se convirtió en un abrazo del que no se querían soltar.

— Lisa, no puedo creer que estuviste aquí todo este tiempo. Te busqué con desesperación en todos los lugares he compartido contigo, nunca creí que estarías en mi casa.

Lisa limpió el rostro de Jennie con delicadeza, sus dedos limpiaron su rostro, se inclinó lentamente hasta besar el rostro de sus lágrimas.

— No quería dejarte ir Jen, no pude detenerte.
— Yo...
— Está bien, lo entiendo.

— Lamento interrumpir — Diana tenía dudas, y tenía claro que iba a aclararlas — ¿Qué ocurre? ¿Conoces a Lisa, Jennie?
— Bueno, es complicado... — Lisa comenzó a narrar la historia de ambas, como Seokjin se interpuso entre ellas y no les permitió permanecer juntas por causa del accidente de Jennie, sus ojos brillaban al recordar sus días buenos, sus lágrimas amenazaban con salir al narrar la historia de su separación.

Diana comprendió que no eres casualidad haber encontrado a la tailandesa, Seokjin se encargó de separarlos, y aún que sonara cliché, estaban destinadas a estar juntas.

— Ha sido una sorpresa maravillosa Diana, siempre has sido mi ángel y ahora lo vuelvo a comprobar.

La ama de llaves sonrió feliz y les pidió pasar, estaba segura que necesitaban un poco de tiempo a solas.

Entraron y ambas se acomodaron en el sofá amplio.

— Les traeré refrigerios y algo para beber — Diana desapareció de la escena.

— Te ves cansada Lili, has echo bastante, voy a pagarle bien.
— No es necesario, yo sólo quería comprar un pasaporte provisional. Robaron el mío, pero ahora que estás aquí, no tengo prisa por irme.
— Te ves muy cansada.
— Lo estoy, no me siento bien.

Jennie llevó sus manos al rostro de su tailandesa; pudo sentir su cara arder en fiebre.

— ¡Lisa, tienes fiebre!
— Eso explica porque me siento así.
— Vamos a mí habitación.

Jennie ayudó a Lisa a ponerse de pie, con delicadeza subieron todas las escaleras, con la misma delicadeza, ayudó a su chica a sentarse en su cama.

— Esto no se ve nada bien, Lili. Te llevaré al hospital.
— Diablos, no, no quiero ir de nuevo.
— Tu blusa destila sangre, te ayudaré a bañarte.
— Seguro es una excusa para verme desnuda — bromeó.

Jennie sonrió débilmente, se colocó a su altura y la besó con delicadeza.

— No necesito excusas para verte desnuda, puedo hacerlo cuando quiera porque me amas, y te amo. Así que no me negarás nada.
— Eres una presumida, Ruby Jane.

Jennie sonrió tímida y volvió a besarla.

— Tienes que sentirte bien para mí, Lili. Te necesito a mi lado, ya te he perdido mucho tiempo.

Claro que Lisa asintió y se dejó guiar a la ducha, Jennie la ayudó a desvestirse y a entrar en la ducha.

— Tu herida está infectada.
— Creo que sale algo de secreción de ella.

Con cuidado, Jennie ayudó a su chica a ducharse, pues ella a duras penas se podía seguir de pie.

Lavó y enjuagó perfectamente el cuerpo de Lisa, no había ninguna segunda intención en ayudarla, lo único que deseaba es que estuviera mejor.

— Recueste un poco.

Lisa estaba envuelta con la bata de Jennie, la coreana bajó corriendo a la sala de estar, llevaba una nota de compras para que Diana la mandará a hacer lo más rápido que pudiera.

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