Capítulo 18

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La pareja caminaba de la mano por la plaza del pueblo, Jennie llevaba el sombrero de Lisa en su cabeza, cualquiera que las viera dirían que eran una pareja hermosa.

— Vamos a allá — la castaña lo jaló a una tienda de ropa.
Jennie miró un lindo vestido en el aparador y lo deseó
— Voy a probármelo, ya vengo — Lisa asintió.

Tomó asiento en una de las sillas que había en el lugar.
Pasaron cerca de 10 minutos, se había parado, sentado de nuevo, volvió a pararse una vez más y caminar de lado a lado. Se encaminó a la vitrina donde tenían collares, anillos y entre otras joyas en exhibición.

Un lindo anillo llamó su atención y lo miro a través del vidrio.

— Buenos días, disculpe señorita
— Dígame — se acercó la joven.
— ¿Puede mostrarme ese anillo?
— Claro

Sacó el anillo del mostrador y se lo dió en la mano.
Era un anillo de plata con un pequeño zafiro azul en forma circular. Sonrió de lado y lo regreso a la joven.

— ¿Cuánto cuesta?
— Es un anillo de compromiso, es de plata no es de imitación y de decoración un zafiro azul de 1cm de diámetro, tiene un precio de $4,640 dllrs — al oír el precio apretó los labios. Jennie lo vale, pensó.

— Lo quiero
— muy bien— sonrió
— ¿Tienen sistema de apartado?
— Claro, permítame — caminó hacia la caja y saco un cuaderno de notas.
— ¿Cuánto desea dejar?
— $100 dólares
— Muy bien — anotó los datos que la rubia de iba dado — Aquí tiene, cuando venga a abonar debe presentarla y sé le irá anotando el saldo faltante.
— Gracias — guardó la nota en su cartera.
Regresó al asiento, Jennie salió.
— Disculpa cariño, se me atoró el cierre ¿Cómo me veo?

Traía puesto un vestido veraniego color azul con líneas blancas, cinco dedos arriba de la rodilla.

— Esta muy lindo, te ves hermosa — sonrió sonrojada.
—Me lo llevaré — entró una vez más.

La tarde llegó y más bolsas con ella. Cuatro cajas medianas y dos grandes, siete bolsas medianas y tres bolsas medianas.
Lisa cargaba las cajas con un brazo, mientras llevaba las siete bolsas y Jennie llevaba las restantes.

— Tengo hambre Lili
— Dejemos esto en el carro y vamos a comer.

Llegaron al auto y subieron todo. Buscaron un buen lugar para comer. Entraron en un restaurante coreano.

— ¿Quieres que pida por ti?— preguntó Jennie mientras lo notaba que no podía decidir nada.
— De acuerdo, sorprenderme — sonrió cerrando el menú.

Llegó el mesero y la joven ordenó para las dos. En poco tiempo llegó lo que ordenaron y comenzaron a degustar los alimentos. Bromeaban y reían, temas de conversación interesantes no faltaban las sus miradas coquetas de Jennie, al terminar de comer, pagaron y salieron del lugar.

— Fue una tarde muy agradable,
gracias — sonrió la coreana.
— No, gracias a ti por haberme escogido, por desear tanto como yo; pasar tiempo conmigo. Eres mi mayor tesoro Jen, me haces feliz, no tienes idea de lo que vale para mi una sonrisa tuya — tomó su mano y la beso.

Jennie sonrió y la jaló para abrazarla, Lisa gustosamente aceptó y besó su cabeza. Pasaron y compraron la despensa que pidió su abuela. No tardaron más de media hora. Una vez listos fueron directo al auto para regresar a casa.

.....
— Señora Chitthip— llamo Kim.
— Dígame señor Seokjin — llegó la señora.
— Mi hija, ¿aún no llega?
— No señor, aún no llega, aunque no creo que tarde en llegar.
— ¿Sabe usted quién la llevo?
— La llevo mi nieta, señor Kim — respondió sería.
— ¿Que dijo?
— Que la llevo mi nieta, Lisa.

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