Abro los ojos al escuchar la alarma de Preston, y comprendo que es momento de regresar a la realidad.
No quisiera despertar del maravilloso sueño que fue este fin de semana, pero debo hacerlo. Tengo que volver a mi vida.
Aún con los ojos cerrados, escucho que Preston apaga el molesto sonido. Luego, siento su cuerpo cerca de mí, envolviéndome con su calor.
—Buenos días —susurra cerca de mi oido y me besa la mejilla—. ¿Cómo amaneciste?
Desliza su mano por mi abdomen, y se la acaricio.
—Bastante bien —sonrío—. Me gusta dormir contigo.
Siento su sonrisa contra la sensible piel de mi cuello.
—Igual a mí.
Se levanta, y se mete al vestidor. Me estiro, y me siento en la cama mientras me tallo los ojos.
—Supongo que irás al trabajo —me dice cuando sale, y volteo a verlo.
Asiento con la cabeza, sin mucho ánimo.
—Me temo que sí.
Baja la mirada, y comienza a abotonarse la camisa blanca.
—Y... Después... —me mira—. ¿Vendrás a mi departamento?
No respondo, sólo nos quedamos mirando.
Él parece darse cuenta de la respuesta, pero aún así pareciera que quiere escucharlo de mí.
Suspiro.
—Debo volver con...
Él bufa.
—¿Enserio vas a hacerlo? —me mira con incredulidad—. ¿Por qué vas a volver con él? Sabes que no tienes que hacerlo.
—Claro que sí, mis padres...
—¡Al diablo con eso! —grita, perdiendo el control—. ¡Siempre es lo mismo! ¿Qué es lo que tú quieres?
Niego con la cabeza.
—No hagas eso —se me quiebra la voz—, sabes que no es justo.
—¿Qué es lo que quieres? —alza más la voz, y se acerca—. ¡Sólo dime! ¡Porque no puedes simplemente haber pasado todo este fin de semana aquí, haber hecho el amor conmigo, y después irte a dormir con otro!
—¡Que no duermo con él! —le grito—. ¡Y sabes que no tengo opción!
—¡Por supuesto que sí! El problema es que ni siquiera tú sabes lo que quieres. No tomes esta desición por mí o por Nathan, ni siquiera por tus padres. ¿Qué es lo que tú quieres hacer?
¿Cómo puede pedirme algo así?
No es justo.
¿Por qué no puede entender que no tengo opción?
—Debo irme —le digo—. No es porque quiera, y lo sabes.
Él se queda callado, y después se marcha. Escucho un fuerte portazo, y me quedo sola en la habitación.
Me visto. Después, tomo mis cosas y me marcho. No lo encuentro en mi camino, por lo que supongo que se ha encerrado en el baño.
Salgo, y pido un taxi una vez que llego al vestíbulo del edificio.
Cuando llega el coche, me meto y miro el edificio mientras me voy alejando.
Empiezo a creer que Preston nunca va a adaptarse ni aceptar mi realidad. Hemos hablado de esto incontables veces, y siempre me reprocha lo mismo.
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Espero verte de nuevo
RomanceÉl es el hombre con el que ella quiere estar, más no con quien puede estar. Muchas personas creen que los matrimonios arreglados eran cosa del pasado. Pero, eso no es del todo cierto. En medio de un ambiente lleno de engaños, frivolidad, hipocresía...