Capítulo 19: CyberLife

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—Es simple, soy una divergente y me llevas para que me apaguen. Me verán "esposada"—Le enmarcó la frase entre comillas. —Los guardias seguramente subirán al elevador con nosotros para asegurarse que me llevas a la fábrica de desensamblaje. Atacamos a los guardias,cambiamos el piso del ascensor para llegar a donde almacenan a los androides que aún estan apagados y los despertamos. Y ya está—Digo encogiendome de hombros.

—No es mala idea, pero voy a tener que buscar mi traje para que me dejen pasar. Lo he dejado en la lavandería. Espero que siga ahí.

—Bueno vamos entonces para allá—Muchos lugares están llenos de guardias que vigilan y eliminan los androides que encuentren, además de patrullas que circulan en las calles más intrincadas, solo hay unos pocos civiles circulando y en una hora se impone el toque de queda. Debemos ser cautelosos. Avanzamos de prisa por una calle solitaria en busca de algún transporte, a lo lejos vemos las luces de un coche patrulla. Observo a mi alrededor y no encuentro ningún escondite cerca, me reconcomen los nervios de no saber que hacer, si hechamos a correr llamaríamos mucho la atención. Sin previo aviso Connor me envuelve con sus brazos, acercándome a él y sus labios se funden con los míos en un beso cálido, cargado de pasión y miedo a la vez, era su estrategia para hacerles creer que somos humanos, siento mi rostro arder, por corresponder a su beso con torpeza, pero poco a poco me iba coordinando con su ritmo, comencé a sentir la calma perdiendo la noción del peligro, juraría sentir como mi piel se erizaba y sin darnos cuenta nos dejamos llevar por esa sensación novedosa y adictiva que los humanos llaman deseo, no quería que terminara, lo estábamos disfrutando, escucho a la patrulla que pasa de largo, la hemos despistado, no tenía como sospechar que somos androides. Connor suspira y va disminuyendo la intensidad, convirtiendo los besos salvajes en tímidos y delicados, noto un cosquilleo agradable en los labios, lentamente se separa de mí, apenado, sin valor de  verme a los ojos, sus mejillas estaban tornadas de azul, seguro debo verme igual, deja escapar una risita nervioso.

—Lo siento Eva,me he dejado llevar—Se encoge de hombros y decide  mirarme a los ojos, suspirando nuevamente mientras acaricia mi mejilla. Me perdía en la profundidad de esos ojos marrones, tenían un brillo que nunca antes había visto, está vez eran más expresivos que nunca. Estaba enamorado de mí, las palabras estaban de más bastaba con solo verlo. Definitivamente una mirada dice más que mil palabras.

—No pasa nada — le devuelvo la sonrisa aún embelesada por la sensación, mis piernas todavía temblaban y mi respiración apenas se estaba estabilizando. Teníamos los nervios a flor de piel. 

—Vamo hay que seguir—Toma mi mano y seguimos con nuestro camino, evitando en todo momento ser vistos. Encontramos un auto eléctrico abandonado en el camino ;espero que funciones. Connor lo pone en marcha y avanzamos. La lavandería quedaba a 10 kilometros. Tuvimos que tomar varios atajos por calles estrechas y oscuras para no ser vistos. En la ciudad reinaba la pena y el caos, los cuerpos de androides estaban amontonados a un lado de la calle, la sangre azul esparcida por doquier, era una masacre, una injusticia, ellos solo querían una vida digna, ser los dueños de sus destinos, escribir su propia historia. Mis ojos comienzan a llenarse de lágrimas, no sabría definir si sentía tristeza, miedo, rabia, o impotencia. Connor toma mi mano recordándome que nos tenemos el uno al otro. 

—Cambiaremos está realidad—Me dice con suave voz, tratando de darme algo de esperanza.

Iba concentrado sin apartar la vista del camino, por suerte no habíamos tenido ningún percance. En poco tiempo llegamos a nuestro primer objetivo. Connor sale del auto y cuando iba a acompañarlo me detiene.
—Esperame aquí, no tardaré—Me da un beso en los labios y sale del auto avanzando rápidamente al lugar.
Yo lo obedezco aun sintiendo el afecto y la calidez de ese beso fugaz. Mientras espero a que vuelva prendo la radio del auto, para estar al tanto de las nuevas noticias.
En 5 minutos vuelve otra vez usando su uniforme y entra al auto acomodando su corbata. Queda escuchando la noticia en la radio, Markus ha decidido hacer una protesta pacifica los androides desarmados hacen barricadas tratando de protegerse han enviado un mensaje al mundo en una gran pantalla holográfica con las palabras "Estamos vivos" la noticia me ha conmovido, espero el mundo sienta lo mismo. Quizas los androides tenemos más humanidad que algunas personas. Todo esto es muy triste pero ya no hay vuelta atrás. Espero que Markus sepa lo que hace.

—Todo saldrá bien—Toma mi mano para tranquilizarme y me dedica una sonrisa alentadora. —Debemos continuar —Enciende el auto y continuamos nuestro camino.

Esta nevando y la carretera está vacía la seguridad se encontraba más al centro de la ciudad y ya nos habíamos alejado lo suficiente. Avenzamos rápido hasta la Torre de CyberLife, nuestro proximo destino quedaba algo lejos. Acabo de percatarme de algo que nos falta.
—Oye,Connor, ¿tienes las esposas?, se suponía que me llevarías esposada.

—Si claro, las tengo en mi bolsillo—Dice soltando una risita al notar cierta preocupación en mis palabras. Suspiro con alivio.

—Espero que logremos reunir a los androides que quedan en CyberLife. Si las cosas se torcieran los androides que llevemos serían de gran ayuda.

—Tratemos de pensar en positivo. No sabemos lo que valla a pasar.—Me dice Connor fingiendo estar tranquilo, sé que está tan nervioso como yo. No debemos fallar han puesto su confianza en nosotros.

—Ya casi estamos llegando—Puedo ver la torre a lo lejos. Connor mete su mano en el bolsillo del pantalón y saca las esposas y me las entrega.—Toma pontelas—Me las pongo sin el cierre.

— Déjame hablar a mí. Tú no levantes la vista y no digas nada. ¿Entendido?—Asiento con la cabeza. Connor trata de parecer inexpresivo. Esta bajo mucho estrés por eso su LED es amarillo no deberían verlo así podrían sospechar algo.

—Connor, tu LED debería ser azul. Trata de tranquilizarte; inspira lo más hondo que puedas y deja salir el aire suavemente por la boca. Dame tu mano un momento.

Los oficiales están observandonos a unos metros Connor me hace caso y me da la mano toco el mismo punto que toqué cuando Hank se sentía alterado. Parece ser que funciona en androides, su LED es azul ahora.
El auto frena en la entrada y los oficiales le piden identificación.
Connor se identifica con su modelo y número de serie y explica que me lleva para que me desactiven.
Los guardias nos permiten la entrada.
Seguimos la carretera que nos lleva justo a la entrada de la gran Torre donde nacimos. Al bajarnos otros 2 guardias nos detienen.

—Siganmen los llevamos hasta la planta de desactivación.—Dice uno de los hombres armados.

— Gracias pero puedo llevarla yo solo, me sé el camino—Me agarra del brazo.

—Lo siento pero son ordenes, siganmen—Vamos detras de ellos no puedo evitar ver el lugar, es inmenso. Tomamos el ascensor y los dos guardias están dentro con nosotros.

— Bueno ¿y ahora qué?—Escucho la voz de Connor que se comunica conmigo a través de su LED
Los divergentes podemos hacer eso y además es ventajoso, nadie nota que nos comunicamos. Aunque es la primera vez que pongo esa habilidad en práctica.

—Voy a desactivar la cámara de seguridad, atacas a mi señal.—Otra de nuestras pequeñas habilidades, podemos piratear cualquier objeto electrónico. Bueno ya está. Esto se va a poner feo.—Ahora, Connor— Él se lanza sobre el oficial del lado derecho y yo me safo de las esposas y comienzo a atacar al otro almenos para darle ventaja. Siempre me ha impresionado sus habilidades físicas y la soltura de sus movilientos. Logra dispararles a ambos.

—Bien hecho Eva—Dice acomodandose la corbata y el traje, me encanta cada vez que hace eso, creo que es muy coqueto. Toca un boton del ascensor.—Debemos ir al piso 49 es allí donde tienen a los androides.

Aún continuo nerviosa es necesario que esto salga bien. Llegamos al piso deseado. Era un lugar silencioso y enorme lleno de máquinas alineadas a cada lado. Comenzamos a avanzar hasta quedar en el medio de los dos bandos; él despertaría un extremo y yo el otro. Sólo con tocar la mano de una máquina podíamos transferir la divergencia, algo así como un virus.

En ese momento aparece otro Connor que nos ordena detenernos ,tenía a Hank como rehen apuntandole con un arma a la cabeza
— Lo siento Connor, es que era clavadito a tí —Dice el teniente sin tanto pánico
Sí que lo eran solo había una diferencia en el número de serie, al final había un -60-. Hank no lo llegó a notar era un número muy pequeño en su traje; pero mis ojos biónicos lograron alcanzar a verlo.

Moriría por Vivir//Detroit Become HumanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora