Moriría por Vivir//Detroit Become Human

Capítulo 22: ¿Hermanos?

El otro Connor nos mira alejado seriamente con los brazos cruzados, parece pensativo.

—Deberíamos ir a ver como está—me separo lentamente de los brazos de mi amado y le señalo con la mirada.

—Tienes razón.—Connor asiente al ver lo aislado que se encontraba su clon. Nos acercamos a él para comprobar el motivo de su seriedad.

—¿Estás bien?— le pregunto desconconcentrandolo de sus pensamientos.

—Sí, eso creo—Afirma con dudas.

—Cuentanos qué te pasa. Confía en nosotros— Connor apoya su mano en el hombro del contrario.

—Pensé que estarían molestos conmigo, casi lo arruino todo— los tres cruzamos miradas.

—Yo me he visto en tí, no estabas siendo tú, por eso te desperté.—Connor lo intenta animar.

—Solo un RK800 podía transferirme la divergencia— confiesa en voz baja. Eso explica porque Connor no se volvía divergente cada vez que tomaba su mano.—Agradezco que me hayas abierto los ojos, fue lo mejor que me ha pasado. Pero yo... no tengo nada, ni a nadie.— Dice con voz melancólica encogiéndose de hombros. Connor se acerca y lo abraza, el otro corresponde a su abrazo sorprendido.

—No estarás solo. Nos tienes a nosotros— le dedica una sonrisa sincera y queda tomándolo por los hombros.

—Claro que sí ahora son como hermanos— intervine observándolos a ambos. Sus rostros se iluminaron ante la palabra hermanos. Las leyes de la genética no son aplicables en máquinas, pero por su gran parentesco cualquiera diría que son hermanos; más que hermanos eran gemelos.

—¿Entonces, somos hermanos?— le pregunta ilusionado a Connor.

—Claro,puede que a veces peleemos, pero yo siempre cuidaré de tí.—Ambos sonrien, les agrada la idea de considerarse hermanos. Connor lo abraza nuevamente haciendolo sentir como su familia. Connor-60- se ha conmovido ya que tiene lágrimas en sus ojos y su expresión es más alegre.

—¿Te importa si te llamamos Conan?—Pregunto cuando terminan su abrazo de hermandad.

—Claro, no hay problema.

—Ya sería mucho que nos llamemos igual—le dice Connor con una media sonrisa

Por ahora solo quedaba esperar que el Estado emitiera un comunicado oficial donde nos reconozca como personas. La multitud eufórica pide a Markus decir unas palabras y North lo anima a hablarle a las masas.
Este acepta y se para a la vista de todos los androides. Su equipo North, Simón y Josh están a su lado.
Markus nos hace una seña para que nosotros tres vallamos junto a él, en cierta forma fuimos de ayuda por lo que acudimos a su llamada. Hay una gran masividad de máquinas que miran atentos esperando las palabras de su líder.
Ahora que estamos todos, Markus comienza un discurso apasionado, con voz fuerte y segura. Su discurso es inspirador y lleno de vida, tenía el don de la palabra.
Pero Conan cierra sus ojos y su LED es amarillo. Algo anda mal. Me temo que su programación a pesar de ser divergente está siendo hackeada.

Pellizco disimuladamente el brazo de Connor ya que no se había dado cuenta de lo que estaba pasando. Yo estaba en medio de ambos.

—Lo están hackeando.Quieren imponerle una nueva misión.—afirma mi suposición. Esa misión no debe ser nada bueno, hay que impedirlo.— El hackeo solo se puede hacer una vez, yo ya me había liberado, pero él no. Debemos ayudarlo— Se comunica conmigo a través de su LED

—¿Qué hacemos?

—Aún tiene su arma, quitasela sin llamar la atención— me ordena. Meto la mano en su bolsillo y se la quito sin ser vista ,pues todas las miradas están en Markus. La guardo en detrás en mi pantalón.

—Ya está desarmado¿Ahora qué?

—Voy a entrar en su programación, pero necesitaré tu ayuda.

—¿Qué tengo que hacer?

—Conéctate a su sistema, sabes como hacerlo, estaré contigo— dice mientras toma mi mano. Sigo su instrucción. Puedo sentir su programación oponiendose, sin embargo logro entrar en ella. Connor y yo estamos en ese Jardín que está cubierto de nieve y tiene un lago que está congelado,la interfaz gráfica era la misma de ambos androides. Conan estaba tirado en el suelo arrastrándose sin saber a dónde ir. Corremos hacia él y lo ayudamos a levantarse. Connor ya conocía el camino para detener el hackeo.

—Resiste Conan— tira el brazo de este sobre su cuello y yo hago lo mismo para ayudarlo a avanzar. Apenas se movía sus piernas, estaban paralizadas prácticamente. —Vamos hacía allá— Me indica hacía la derecha. Entre la neblina había una fuente de luz azul, ahí estaba lo que buscamos.
Connor toma la mano de su hermano y la coloca sobre la pantalla de lector, lo mismo que había hecho él.
El reinicio se detuvo pero aún conservaba su programación.
Al menos ya había recuperado la movilidad. Quedaba romper la barrera roja que tenía al frente. Comenzamos a ayudarlo su barrera era mucho más fuerte, él a diferencia de nosotros no se hizo divergente por impulso,además nunca sufrió alguna inestabilidad en su software. No tuvo tiempo de sentir suficientes emociones. Los tres hacemos todo lo posible por derribar el muro. Finalmente logramos romperlo ya es libre. La interfaz comienza a esfumarse con la neblina.

Los tres abrimos los ojos e inspiramos profundamente intercambiando miradas. Suelto la mano de ambos.
Nadie ha notado nuestra lucha interna. Markus termina su discurso ganándose los aplausos y vítores de la multitud. Arrojé al suelo el arma que traía conmigo.
—Eva, Connor— nos llama Conan captando nuestra atención. —Gracias otra vez por ayudarme.

—Eres mi hermano y prometí cuidar de tí— le responde Connor. Ante esas palabras Conan lo abraza, es conmovedor ver ese amor entre hermanos.

—Soy muy afortunado— le dice Conan con una gran sonrisa.
Salimos del campo de concentración y vamos caminando rumbo a la ciudad tomando las calles sin miedo, totalmente libres. Pasamos frente a la vidriera de una tienda tenía una enorme pantalla de televisión, alguien la piratea y enciende la gran pantalla.
Ya son las 6 y media de la mañana y la presidenta estaba anunciando un comunicado importante, oficialmente los androides son aceptados como una nueva forma de vida inteligente.
Hemos logrado ganar nuestros derechos ya es oficial, pero aún no veía ningún humano en la calle. Al parecer aún sentían miedo al cambio. Era cuestión de adaptarse.