16. Besos con sabor a chocolate

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Capítulo de 3344 palabras, de nada 👍

-Anne, porfavor, tienes que hacer algo más que estar tirada todo el día en tu cama.

La castaña ignoró los reclamos de su madre y se cubrió por completo con la sábana, al instante la señora Boonchuy la tomó de la pierna y la tiró al suelo con todo y la sábana.

Soltó un chillido desde el suelo y fijó su mirada en su madre, quien la observaba con las manos en la cintura y una sonrisa en el rostro.

-¡Está bien, mamá, iré a tus malditas clases de tenis!

-¡Esa es la actitud! — su madre la animó — ahora levántate del suelo y ve a cambiarte.

Anne imitó a su madre una vez que esta salió de la habitación.

No entendía por qué se empeñaba tanto en que ella saliera de su habitación, además, aprender a jugar tenis no le ayudaría en nada.

Una completa perdida de tiempo.

« Pasar en mi habitación jugando Among Us también es una perdida del tiempo »

Entró al baño y comenzó a sacarse la ropa cuando escuchó su teléfono sonar anunciando una notificación, ni siquiera se había terminado de sacar toda la ropa cuando tomó su teléfono y se sentó en la tapa del inodoro con el dispositivo entre las manos.

Era un mensaje de su rubia favorita.

El hecho de que Sasha le deseara buenos días la tenía muy contenta, pues se había vuelto una tradición desde que habían vuelto a formar una "amistad" después de la discusión que habían tenido.

No le molestaba que Sasha no fuera su novia o que no le quisiera contar lo que le había sucedido, le preocupaba, porque Sasha le importaba demasiado, pero entendía que ella aún no estaba lista para ninguna de las dos cosas.

Y tenía que respetar eso, la quería y lo único que le importaba era estar a su lado aunque fueran solo amigas.

-Pero, contamos como un "casi algo", ¿O no? — se llevó una mano a la cabeza — ¡Agh, las relaciones son tan complicadas!

« Ni siquiera estamos en una relación »

Le devolvió el mensaje de buenos días a la rubia y se metió a la ducha mientras escuchaba las melodías de Taylor Swift en el fondo mezclándose con el ruido que hacían las gotas de agua al caer al suelo.

[🌈]

-Cariño, pon una sonrisa.

Anne fingió sonreír y volteó hacia su madre, quien la observó con frustración para luego soltar un suspiro.

-Esto te hará bien, cariño — la señora Boonchuy habló — leí que el esfuerzo físico puede ayudar más que... Ya sabes.

-No quiero hablar de eso, ¿Si? — Anne acomodó el bolso de ejercicio por sobre su hombro — mamá, entiendo que te preocupes por mi, solo... Me conoces, no me gusta el ejercicio — bromeó, intentando que el ambiente no se volviera frío.

Su madre se acercó a ella y dejó un beso en su frente, para luego tomar su mano y dejar un papel en la palma de esta.

Anne apretó el papel en su mano y se despidió de su madre, bajó del coche y cerró la puerta intentado no ser brusca, la última vez que azotó la puerta del coche de sus padres terminó en una plática no muy bonita con ellos.

Sacó el papel de su mano y lo leyó, era una hora en específico junto con un mensaje a su lado, todo en la letra pulcra de su madre y un corazón.

-El nutricionista otra vez — suspiró, frustrada — ¿Por qué mierda un psicólogo? — frunció el ceño al leer lo que había debajo de la hora de su cita con su nutricionista — yo no necesito un psicólogo, estoy bien — murmuró mientras se metía el papel al bolsillo de los pantalones.

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