Azul

06. Tu, debajo del mantel.

Al siguiente día, Anne deseó no haber despertado.

Era lunes, el inicio de una semana más en su vida, lo que significa que aún no estaba enterrada tres metros bajo tierra como desearía estarlo.

Caminaba por los pasillos de la escuela, había evitado a Marcy todo el día igual que a Esmeralda, mientras que a Sasha no se la había topado ni una sola vez.

Quería que el día siguiera así, pues no se sentía lista para ver a la rubia.

Llegó a las gradas de la cancha y se sentó hasta las más altas, se colocó los audífonos y recostó la cabeza contra la grada detrás de ella a modo que su mirada se quedó fija en el cielo azul.

Azul como los ojos de Sasha.

Dios, no podía seguir pensando en ella o terminaría tirándose de aquellas escaleras.

Cerró los ojos y se centró en la música que sonaba desde sus audífonos. Las canciones de Zoé siempre lograban relajarla, pero en ese momento escuchar "azul" no era algo que la ayudara a estar calmada.

Sin que ella se diera cuenta, los músculos de su cuerpo se relajaron y las ganas de llorar volvieron. Soltó un gruñido y abrió los ojos para poder secarse las lágrimas.

-¿No tuve suficiente con lo de anoche?

-¿Anne?

Se tensó una vez más.

Fingió que no la escuchaba, fingió que sus audífonos y la música que se reproducía impedía que ella lograra escuchar su voz, fingió que ella no existía.

Sasha hizo un puño con sus manos y se acercó a Anne, ese día la castaña se miraba linda como siempre lo hacía, pero Sasha nunca había expresado ese pensamiento en voz alta por miedo a lo que ella diría.

Había tenido miedo de que si Anne se enterara de que ella pensaba que era linda, se alejaría de su lado.

Pero estaba equivocada, pues fue ella la que hizo que Anne se fuera.

Le quitó un audífono, pero Anne siguió sin responder, ignorandola por completo.

-Porfavor, quiero hablar contigo.

-Sasha, ¿No entiendes que no quiero verte?

-Anne... - Sasha intentó encontrar las palabras - Yo te gusto ¿No es así?

-¿Eso importa? - Anne gruñó - me alejé de ti, Sasha, ya no tienes a una maricona a tu lado.

La rubia se quedó en silencio. La castaña se levantó y tomó sus cosas para luego comenzar a bajar las escaleras.

Sasha se apresuró y tomó la mano de Anne, evitando que siguiera bajando las escaleras. La castaña volteó hacia ella un tanto enojada.

-Dijiste que no te irías ni en mil años...

-Tengo el derecho de cambiar de opinión si me tratas como una maldita enferma, Sasha - Anne dijo, las palabras que salían de sus labios le dolían, pero sabía que Sasha debía escucharlas - no puedo quedarme a tu lado sabiendo que eso me dañaría.

-Pero... No quiero que te vayas - se sinceró.

-Entonces quiero que entiendas la realidad y asumas lo que soy, te daré tiempo, si quieres que me quede, respetarás mi orientación, si quieres que me vaya, deja de hablarme para siempre.

-Anne...

-Me gustas mucho, Sasha, pero respeto que a ti no te gustan los mujeres, por lo tanto, la mejor opción es que yo tenga mi tiempo lejos de ti para poder aclarar mis sentimientos.