19. Show me the places where the others gave you scars.

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-¿Por qué un psicólogo?

Anne se encontraba fuera del consultorio de su nueva psicóloga, su mochila colgaba de sus hombros y su teléfono se encontraba en sus manos.

La pantalla mostraba el rostro de Sasha, quien estaba recién despertando, así que su cabello rubio estaba despeinado y ella estaba medio dormida. La rubia soltó un bostezo y se rascó la cabeza.

-Porque lo necesitas, Anne — explicó — ella te ayudará.

-Tu deberías hacerle caso a los mismos consejos que me das — Anne comentó mientras dejaba su bicicleta junto al resto — ella te puede ayudar a lidiar con el abuso, Sasha, no puedes guardatelo para ti sola como si fuera nada.

-No estamos hablando de mi en este momento — Sasha se aclaró la garganta.

-La denuncia tampoco es una mala opción, Sasha...

-Mi madre me matará si no bajo a desayunar pronto — Sasha cambió de tema — ¡Que te vaya bien, Anne, nos vemos luego!

Y antes de que se pudiera despedir, Sasha terminó la llamada.

Anne guardó su teléfono en la mochila y se quedó un par de segundos observando la fachada del edificio.

La psicóloga Claudia tenía buenas reseñas, pero le habría gustado que una persona que si necesitara su atención estuviera esperando por la cita que ella tenía, después de todo, ella no necesitaba terapia.

Solo tenía problemas con la comida, nada más.

Le habría gustado que Sasha le hiciera caso y que hubiera agendado una cita con la psicóloga, pero la rubia se había negado al instante diciendo que sería exagerar, pues ella estaba bien.

Y de todas formas no tenía el apoyo de sus padres, quienes seguramente nunca habrían financiado su terapia por una tontería como haber tenido sexo con un chico a la fuerza.

Anne se había quedado el resto de la noche con Sasha, le había contado de todo y había escuchado a la rubia hablar al mismo tiempo, había sido el apoyo que tanto había estado necesitando aquella rubia durante tanto tiempo.

Y se sentía culpable por no haber notado las señales anteriormente, pues habría podido hacer algo más para prevenir todo el sufrimiento por el que Sasha estaba pasando en ese momento.

Le había contado absolutamente todo y Sasha había hecho lo mismo, ahora Sasha sabía que Anne odiaba la pizza con piña, amaba los reality shows, le gustaban las ranas y las hojas que se desprendían de los árboles en otoño volviéndose polvo junto al viento.

Y ahora Anne sabía que Sasha amaba la pizza con piña, odiaba a las ranas pero le gustaban los sapos, odiaba los reality shows, le gustaba la fotografía y era buena tocando la guitarra electrica.

Anne empujó las puertas de cristal y entró al edificio, subió el manojo de escaleras hasta el piso de la psicóloga y lo primero que vió fue una sala pequeña donde varias personas se encontraba esperando por su turno.

Se sentó en una de las sillas de plástico, junto a una chica de lentes con forma de corazón rojos y abrigo peludo gigante, sacó su teléfono de su bolsillo y se encontró con varios mensajes de Sasha.

"¿Cuando vendrás?
Obviamente no lo pregunto yo, lo pregunta mi hermana."

Anne rió en voz baja y respondió.

"Cuando termine mi cita con la psicóloga les llego, pero obviamente será por Sam porque tú me caes mal."

Sasha no tardó mucho en responder.

"¿Te caigo mal?, Pues que lástima, porque tú me encantas y quiero volver a verte desnuda en mi cama :)
Aunque si vienes para hacer galletas con glaseado dulce de navidad tampoco me quejaré."

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