- ¿Donde estoy?_, me senté de golpe en la gran cama, - esta no es mi habitación_, susurré mirando a mi alrededor.
- Al fin despiertas_, me tense en el instante que escuche esa voz, - buenos días, Seok_, volteó a ver al hombre a mi lado.
Solo existe...
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.Jung Ho Seok.
El día por fin llegó, nos encontramos en el aeropuerto despidiendo a mis padres y a Kook que en unos minutos se irían de nuevo a Corea, aunque este último solo va por unos días ya que se regresaría.
— ¿Y me hablaras todos los días Hyung?.- sonreí asintiendo a lo que me abrazo.
- Quiero que te cuides mucho kookie.- me separé viéndolo, - se que eres muy imperativo así que porfavor, no hagas nada malo.- este solo asentía cómo niño pequeño.
— Te lo prometo Hyung.- sonreí volviendo abrazarlo.
- Cuídate mucho pequeño.- deje un beso en su cabello.
— Usted también Hobi Hyung.- se separó de mi un poco, — le traeré muchos dulces y comida de allá.- asintio dejando salir esa sonrisa que me gustaba.
- Muy bien pequeño.- tomo su maleta esperando a mis papás
Después de despedirme de ellos intentando no llorar, mire como se fueron a abordar el avión, mi hermana me abrazo sabía que las despedidas me afectaba mucho, cuando el avión despegó fue cuando salimos del aeropuerto dirigiéndonos a la casa que mis padres nos dejaron.
-- Bueno, iré al super.- mire a mi hermana en la puerta, -- cualquier cosa me llamas o llamas a Heenim.- asentí dejando el libro de lado, -- no abras la puerta nosotros llevamos llave.- me mostró está a lo que asenti divertido.
- Ve sin preocupaciones Noona.- me levanté del sofá dejando un beso en su frente, - cuídate porfavor.- sonrió saliendo de la casa.
Me volví a tirar al sofá, no pasó mucho cuando pude escuchar el ruido de la puerta, deje el libro y coloque mis pantuflas para así poder levantarme del sofá, me recargue en la baranda de la escalera sin hacer mucho ruido, trate de identificar a la persona detrás de la puerta.
Pues era extraño, en esta ciudad es raro que vengan vecinos o amigos sin llamar antes, así que si me intrigaba saber quién era, suspiré bajo caminando con cautela a la ventana de la sala, intenté mirar de quien se trataba más no se miraba nada.
-- Hola mi amor.- me tense en mi lugar al susurro en mi oído, — tanto tiempo sin vernos.- mi respiración se cortó y mi corazón se aceleró más de lo normal.
No era el, lo sabía, esa voz jamás la olvidaría, pero esta voz también se me hacía muy conocida y algo me decía que esto no iba a salir bien, nada bien.
Intenté alejarme logrando solo que tomara con fuerza mi cintura dejándome quieto en mi lugar, trague grueso tratando de calmarme, no lograría nada si solo me alteró.
- ¿Q..quién eres?.- mire a todos lados buscando alguna salida, - ¿lo pue..do ayu...dar?.- cerré los ojos con fuerza al sentir su respiración en mi nuca.
