IX

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En todo el tiempo transcurrido de la noche, Ringo evitó contacto con su pareja. Cada que ella intentaba interactuar con él, este se alejaba abruptamente, motivo que se mantuvo presente para sacar de casillas a la más joven.

¿Hizo algo mal para que ande así de imbécil?

—Makima, Astartea —escuchó la voz del pelinegro, sacándola de sus pensamientos. —, saben algo de Denji, ¿no es cierto?

Ambas se miraron entre sí, la menor no se atrevió a responder, mientras que la de ojos amarillentos...

—Te lo diré después de que haya bebido más. —respondió con una sonrisa.

Claramente no lo haría, solo eso podían saber ambas mujeres.

—Discúlpenme, otras dos cervezas. —pidió Hayakawa, insatisfecho con lo que dijo su jefa.

Pasado el tiempo, se escuchaban algunas órdenes de los demás compañeros que se encontraban disfrutando de su velada, Makima no se atrevió a comer algo de lo que estaba en el menú, mientras que Astartea comía a lo desgraciado.

No comió por tres días, normal que esté así.

—Maki, ¿podrías pedir agua? —miró a su mayor, ella asintió.

—Perdón, otra cerveza y una botella de agua, por favor —ordenó la susodicha. —. De paso... ¿podrían llevarse algunos vasos?

Luego se dio cuenta del estado desastroso en el que se encontraba Aki e Himeno, ambos con varias jarras de cerveza a su alrededor, con un sonrojo bastante notorio en sus mejillas por el alcohol ingerido en tan poco tiempo.

—Son unos tontos. —iba a empezar a reírse, pero se atoró con el pollo en el procedimiento. Recibiendo algunas palmadas por parte de la pelirroja.

—Al menos lo intentaron. —concordó su mayor.

Sin mucho disimulo, un joven de raíces albinas que cualquiera reconocería estaba acercándose en dirección a lado de Himeno, al parecer empezó a buscar algo en sus bolsillos para llamar la atención de la mujer borracha.

La pelinegra se levantó abruptamente con una sonrisa tentadora, viendo a su primera víctima de besos, que en este caso, era Ringo.

—¡Eres tan guapo! De seguro no tienes novia, ¿verdad? —se acercó peligrosamente.

Y antes de que alguien pudiera intervenir, ya lo estaba besando. Hacían sonidos bastante exóticos que a cualquiera llamaría su atención.

—¡Ese beso francés iba a ser mío! —reclamó Denji.

Lo peor no era eso.

Lo peor era la situación donde la persona que actualmente entregó esa confianza y amor, le siguió con un sonrojo proveniente de una sonrisa.

¿Estaba borracho? ¿No será un demonio que tomó su forma? ¿Quizás estaba alucinando?

Eran muchas dudas, no se estaba creyendo todo lo que pasó ante sus ojos, y es que solo tres personas sabían de su relación en ese momento. Himeno no era una de ellas.

Los ojos amatistas de Astartea se tornaron vacíos y sin articular una sola palabra... se alejó del resto. En ese mismo instante acaba de sentirse humillada y profundamente acabada.

Todo el mundo vio que su novio le había sido infiel. Pero claro, ellos no sabían. Por muy extraño que parezca, él era su primer amor. ¿Cómo debería sentirse? Sí, era obvio que no experimentó varios sentimientos en lo que duró su adolescencia debido a sus constantes sueños y metas egoístas. Los cuales compartían con nadie, mas que Makima que también evitaba que fuera un ser humano social como cualquier otro, pero luego cambió al conocer a sus demás amistades.

Memories.  ||  Hayakawa AkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora