VI

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Desde que dejé a Denji en manos de Makima, me he sentido ligeramente asustada y desconfiada de lo que pueda hacer, o sea, puede ser demasiado tosca si se lo propone.

Ambos son demonios, solo que uno más poderoso que el otro.

Suspiré, me estoy distrayendo de nuevo con esos pensamientos intrusivos. Denji estará bien con ella, ¿verdad?

Solo el tiempo lo dirá, que por cierto...

No he tenido la oportunidad de saber qué puede pasar el día de mañana, cada vez es un riesgo desde la última charla que tuve con Ciclamen. Me debería preocupar y darle más importancia al asunto, pero me han quitado espacio para hacerlo.

Y mañana era mi cumpleaños.

—Carajo —maldecí en voz alta, por suerte estaba sola en la sede, a excepción de los guardias nocturnos.

Olvidé unos papeles que debía llevar al otro lado de la ciudad en unos días, Makima me los encargó hace unos momentos. ¿Por qué justo ahora? No lo niego, estoy trabajando, pero estuve tan enfrascada con mi novio y las chicas.

Solo confío en ellos.

—Rin... —susurré con mis mejillas acaloradas. —Ya quiero verlo.

—¿A quién quieres ver? —habló alguien, brinqué del susto como reacción. —Lo siento.

—, no pasa nada, pensé que estaba sola —miré hacia sus orbes. —. Respondiendo a tu pregunta, yo quería ver a mi novio.

Tiene ojos muy lindos.

—¿Tienes novio? —se acercó a mí, curioso. Yo asentí con una sonrisa tonta. —¿Desde cuándo?

—Recién hoy empezamos a salir, hasta me regaló un collar bastante lindo, ¡mira! —se lo enseñé con emoción.

—Ya veo, se ve bastante costoso —puso el objeto valioso sobre su palma, analizándolo. —, me alegro mucho por ustedes. Te ves feliz.

—Gracias, en serio —miré el objeto con ilusión. —. Por cierto ¿qué haces aquí?

—Vine a buscar a alguien, pero me cambió la dirección justo cuando llegué. —yo sonreí confundida.

—¿Ibas a salir a una cita...? —puse mis manos en los bolsillos de mi abrigo.

—Yo no lo vería una cita, sería más bien... una charla de negocios. —explicó.

Nos quedamos conversando un rato, hasta que perdimos la noción del tiempo, tanto así que tuve una llamada perdida de Eva, pues yo no había dado noticias sobre los papeles que me fueron encargados y de mi estado.

Y otra vez llamó, esta vez la puse en altavoz porque estaba muy alejada del teléfono.

—¡Feliz cumpleaños, ya son las doce! —Eva gritó emocionada, a su fondo se escucharon unas risas divertidas.

Eran todos ellos. Incluida Makima.

¿Entonces fue un plan?

—Más te vale venir pronto, quiero comer pastel —bromeó Reze, yo solo negué riendo. —. Ah, y te espera Rin con muchas ganas...

—¡Más te vale no decir nada, Reze! —escuché gritar al susodicho, ya me lo imagino sonrojado. —Astartea, ¡no la escuches, quiero que sea una sorpresa!

—Debes contarme algunas cosas —escuché la voz de Makima, yo tragué grueso, ya estaba asustada. —. Cuando llegues, claro, deja esos papeles y ven.

Y colgué la llamada, miré que el muchacho de ojos azules estaba aún a mi lado. Sonreí nerviosa.

—Debo irme, no quiero que me maten por incumplir —bromeo mientras contesto un último mensaje que me dejó la pelinegra. —. Me gustó hablar contigo, ¡salúdame a Denji!

Memories.  ||  Hayakawa AkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora