XIV

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Astartea había decidido dar por finalizada la sesión de abrazos con Power, yendo a su cuarto para así ver el estado de Denji. A veces le costaba creer que podía quedarse dormido en el baño.

Tocó la puerta un par de veces, teniendo un "pase" como respuesta.

—Ya llegó el uniforme, dicen que es una talla más a la tuya, pero no es un problema, ¿verdad? —pregunta con inseguridad.

—Nah, ya me las apaño. —responde despreocupado.

—Bueno, usa mi cuarto, te veré afuera —dicho y hecho, sale de la habitación. —. Power, déjame ver tu uniforme, por favor.

La mencionada alza su cabeza, sorprendentemente, no hizo ninguna queja como lo hacía con Aki. Por lo que, se acercó para estirar sus brazos en seña de que podía ver todo lo que quiera.

—Quitando el hecho de que son manchas de sangre y... —quitó un rastro de carne putrefacta. —bueno, te diste un festín.

—¡La carne humana sabe mejor! —exclama feliz.

—Me doy cuenta que para ustedes sí, pero para una humana, no. —respondió confundida.

—Astartea —escuchó la voz de Aki a sus espaldas. —, Denji te llama, de nuevo.

—¿Para qué? —alzó su vista, dándole toda la atención al pelinegro, él se sintió nervioso. —Estoy un poco ocupada, ¿puedes decirle que me espere un rato?

—Claro, ya... —aclaró su garganta —Ya le digo. —fue hacia la otra habitación.

Ambas lo miraron extrañadas ante esa actitud tan obediente.

—Hm... bueno, ¿sabes lavar tu uniforme? —pregunta, cambiando de tema.

—El moño suele lavarlo por los tres —dijo segura. —. Denji decía que parece un amo de casa. No sé qué es eso, pero yo no le creo. ¡Yo soy la ama de todo!

Una pequeña risa salió de la garganta de la pelinegra,  llamando la atención de la poseída, no pudo evitar preguntar qué le pasaba.

—¡No te burles! —reclamó, pero por alguna extraña razón, también quería reírse.

—L-lo siento, es que... eres muy divertida —dijo limpiando una pequeña lágrima. —, ¿en serio no sabes qué es un amo de casa?

La de cuernos negó.

—Bueno, es aquel que cuida su hogar, o sea, que se encarga de todo lo que tenga que ver allí —la miró atentamente. —, ya sea limpieza, cocina, orden, etcétera.

—¡Ah! —la de cabellos rosas finalmente comprende lo que Denji dijo esa vez. —¡Entonces es mi sirviente!

—Técnicamente... sí —decide darle la razón. Analizándolo bien, cree que lo mejor es no pelear. —Iré con los chicos, ¿vale?

Le caía muy bien, aunque no se conocieran mucho.

Aunque Power ya se está encariñando con ella y sus gatos.

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—Todos tienen el día libre mañana, ¿no te parece genial? —pregunta una cazadora a su compañero.

—Podremos salir temprano al pueblo que dijiste, nos quedamos allí y volvemos el lunes...

Dejó de escuchar la conversación cuando se había alejado lo suficiente, por obvias razones, no le importaba lo que el resto hacía. Solo quería darse un tiempo de una vida tranquila sin tener que fijarse que demonio hay en una casa.

Después de todo, el riesgo de ser un cazador era también ser cazado.

Aprovecharía ese momento para buscarle un hogar a los cuatro felinos que en su momento, adoptó. No se trataba de no quererlos, sino de que realmente no podía darse un lujo cuando podían hacer un desastre su casa.

Memories.  ||  Hayakawa AkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora