El chófer decidió bajarse antes que su jefa y abrirle la pequeña puerta del carro a la de cabellos medianos, agradeció con una pequeña reverencia para dirigirse a la gran mansión de cierto sicario.
El viento resoplaba muy fuerte en sus alrededores, junto a un sol demasiado brillante y alegre que la hacía lucir ese vestido blanco elegante para la ocasión que había sido invocada.
—Señorita Sawatari, hermana de...
—Soy De Luca, casada con Leonardo De Luca —corrigió con desprecio. Odiaba que le recuerden sus raíces. —. Llévame con tu jefe y el subordinado, Ringo.
—Entendido, señorita. —hace una reverencia automática.
En el mismo momento, las puertas de madera oscura acompañadas cristales negros reforzados dan paso a la presencia llamativa entre todos los guardaespaldas y empleados inferiores de todos ellos. Entre ellos, un joven de cabellos teñidos llama la atención de la rubia, por lo que decide acercarse para verificar sus dudas.
—Tú debes ser Ringo —lo señala, pero no obtiene respuesta. —. Me gustaría que me siguieras, para hablar con tu jefe.
—No estoy interesado —sentencia con su voz seria.
—No te he preguntado, vienes conmigo ahora. —un chasqueo en sus dedos resuena en el largo pasillo.
Aunque las miradas eran curiosas y disimuladas, ella sentía el peso de estas en su espalda y hombros, cuando el objetivo estuvo a su lado, ella empezó a caminar en ese instante. Rin por otro lado, parecía una marioneta que esperaba ser manejada.
—Señorita, el señor Ronin la espera en la sala, manda a decir que ya tiene todo preparado para usted. —un hombre alto de cabellos largos con coleta hace la seña de que siga sus pasos, ella asiente sonriente.
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—Reze, busca una buena taza de café, me pesan los ojos. —pidió con una voz perezosa.
—Ya voy, espera. —se levantó de su asiento con rapidez, buscando una taza.
Estos últimos días habían pasado volando, para la suerte de la mayor, se había enterado de que Aki logró irse de regreso a Tokyo. Estaba libre otra vez, no había momento donde pensara una y otra vez que se lo encontraría en la calle y este le hablara e hiciera un interrogatorio.
Estaba atormentada, aunque sabía el motivo y le cueste aceptarlo.
—¿Con o sin azúcar? —pregunta a lo lejos la más joven.
—Con azúcar, por favor. —pide sonriente.
Se daba la tarea de apreciar más su vida, y a su ahora hermana.
Dos largos años, y Reze ahora tenía su cabello suelto y largo, a veces se lo amarraba y otras veces era muy alborotado, le gustaba más cuando se hacía una bolita. Y ahora sus rasgos se notaban más, sus ojos redondos pero vivaces y una sonrisa que era acompañada de unos labios completamente rosas y gruesos.
Todo en Reze gritaba que era una belleza que merecía ser reconocida y que finalmente, era feliz junto a la persona que considera su única familia.
—Toma, recién hecho. —entregó la pequeña taza que desprendía el olor favorito actual de la adulta, agradeciéndole con la mirada.
Momentos después.
—¿Uno de los "tres inmortales" está contigo? —preguntó la híbrida, mirando fijamente a la ex-cazadora.
—Sí, conseguí rastrearlo gracias a la noticia, dicen que lo vieron morir atropellado, pero luego repitiendo como desquiciado la palabra "Halloween" —informó mientras acomodaba sus manos a la tierra. —. Ahora hablaré con la otra Astartea, me tardaré, lo más probable.
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Memories. || Hayakawa Aki
Fanfiction¿Te quedarás a mi lado? ¿Puedes prometerlo? Porque si ya no puedo sostener tu mano, te irás volando y te romperás. ¿Puedes detener el tiempo? Porque si este pasa como si nada, entonces nunca existió. Tengo miedo de perder una batalla si es contra ti...