XXII

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Hola amistades. Los exámenes finales estaban a la vuelta de la esquina desde que subí el cap 21, por lo que decidí centrarme en mis estudios, pasé con notas altas y estoy orgullosa.

Bueno, de aquí seguiré actualizando hasta acabar la historia, que no le queda mucho, a mi parecer. Así que aclararé unas cosa y es que después del arco del demonio de la oscuridad pasaron dos años, por lo que la relación de los personajes mejoró como es de esperarse.

Si se leyeron el manga, estaríamos situados en el capítulo 72.

•| ⊱✿⊰ |•

Ha pasado dos años exactos desde que me fui de la gran ciudad, había tenido nuevas experiencias junto a Reze y Bigotes, quienes esperaban por mi en casa.

Logré tener un trabajo donde me pagaban decente, pero no era suficiente para nosotros tres. Conociendo a la pelinegra, ella también quería trabajar.

Aunque ya le he prohibido hacerlo, por mucho que me insista.

No me gustaba estar huyendo de Makima, pues incluso si me llegara a encontrarla de casualidad, significa una muerte segura.

Hay días donde extraño mi anterior vida, pero la nueva me hace querer continuar con la libertad que estuve pidiendo desde joven.

Me senté en el sofá de la sala principal, observando todo a mi alrededor. Pensaba mucho en lo sucesos con los demonios, recordé como en el pasado, una niña preguntaba a su padre si era capaz de que los demonios se fueran para siempre, ese hombre solo se reía y trataba de explicarle todo. Me gustaría tener esa confianza y tranquilidad, yo solo quería olvidar que he tenido todo a mi merced y lo arruiné por mi egoísmo, no sé si alguien en mi lugar habría hecho lo mismo o seguiría las órdenes de aquella pelirroja por voluntad propia.

Lo más probable es que sea controlado.

Así como Denji, Power y...

Aki.

La tristeza inunda mi ser... ha pasado un tiempo, todo ha cambiado, menos mis sentimientos por él. Lo extraño, pero no puedo regresar con él por más que quiera.

—Astartea, ¿oíste lo que te dije? —siento un par de manos moverme. Yo alzo mi mirada para ver a cierta menor.

—Lo siento, estaba pensando en qué hacer, ¿qué decías? —respondí honesta, pero desanimada.

—Te preguntaba si vas hoy al cementerio, después de que te enteraras de... bueno, eso —yo ladeo mi cabeza, confundida. —. La tumba de tus padres.

Ahí reaccioné y asentí ligera. El rostro preocupado de aquella solo evita hacerme preguntas sobre mi ánimo.

—Tú... eh... —jugó con sus dedos, indecisa. —¿Quieres hablar? Estás así desde que nos mudamos.

—No, pero estaré bien, solo estaba pensando en lo que nos toca pagar de aquí —destacaba esa parte, con cierto desánimo. —. A veces odio mi trabajo.

—Podría ayudarte, ya sabes, buscaría uno de medio tiempo y... —la interrumpí.

—La última vez que buscaste trabajo, unos cazadores públicos casi lograron rastrearte —la señalé, recordando el miedo y rabia que sentí cuando la veía asustada —. Mataron a un inocente, Reze.

—Pero eso no fue mi culpa.

—Yo sé que no, pero arriesgarte así... —retuve el aire unos segundos. —serías uno de los perros de Makima.

Ella hizo una mueca, el arrepentimiento en su semblante apareció como se suponía.

Y yo sabía que eso implicaba tenerla encerrada.

Memories.  ||  Hayakawa AkiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora