"Dame tu cuerpo, te daré lo mejor que jamás pudiste sentir en mucho tiempo. Podrás conocer otros mundos sin necesidad de que viajes físicamente.
Te ofrezco lo que tú siempre has anhelado.
Libertad."
—Es lo que siempre haz deseado desde que los conociste, ¿verdad? Te doy libertad y te dejaré usarme mis poderes, a cambio de eso... —se acercó a su rostro magullado. —me comí a tus padres, es lo mínimo que puedo hacer.
—No puedo —se encogió en su lugar, llorando. —. Debes matarme a mi, ellos aún merecían vivir.
La expresión del demonio cambió a una de sadismo, su miedo lo hacía sentir más fuerte.
Tenía una apariencia humanoide, precisamente la de un varón, aunque podía cambiar si él o ella lo deseaba. Era alto, con un traje negro bastante detallado y sus ojos eran aterradores, nadie podía verlos sin sentir terror o sentimientos negativos. Un sombrero sobre él se encontraba inclinado, dando así que no se viera mucho a sus espaldas.
—Te ofrezco más de lo que debería, humana. —se quedó de cuclillas, cerca de donde ella se encontraba.
Claro, iba a matarla si esta no accedía.
Pero este no obtuvo una segunda oportunidad, cuando un golpe duro y mortal chocó en todo su torso, dejando sus extremidades en varias partes de aquel piso hecho de madera.
Lo había acabado de un solo golpe.
Ahí fue cuando su vida tornó color.
La niña seguía tambaleándose en el mismo lugar, llorando y exigiendo que toda esta situación se detenga, ya habían acabado con aquel ser intruso en su vida. Pero eso significaba que tenga un nuevo trauma que atormentará por años.
—Hola —fue lo primero en escuchar, una voz femenina y dulce. —. ¿Cómo te llamas?
La de menor estatura solo estaba callada, no sabía qué hacer o decir.
—¿No sabes hablar? —preguntó por segunda vez.
Ahí fue cuando tomó sus manos, tenían un tacto cálido que demostraba su amabilidad en un momento tan oscuro y trágico como este. Obteniendo una reacción neutra por parte de la niña, quien seguía bastante impactada por todo lo que sucedió en estos momentos cruciales.
—Me llamo Makima, ¿cuál es tu nombre? —preguntó.
Makima... sentía haber escuchado ese nombre antes de todo.
—Me llamo... Astartea. —fue lo primero que salió de sus labios.
Los ojos de la pelirroja se abrieron en sorpresa, ¿era posible que...?
—Astartea es un bonito nombre, ¿qué ha pasado con tus padres? —ambas salieron de la habitación, con sus manos entrelazadas.
—Él los mató de varios mordiscos, yo no pude hacer nada, ¡soy una inútil, una tonta buena para nada! —lágrimas se hicieron presentes, pero no alertaron a la joven de ojos amarillentos.
¿Qué debería hacer ahora con una cría que se encuentra huérfana? Debería hacerse responsable, ¿no? Después de todo...
Puede que le sirva de algo.
Se acercó más a ella y la abrazó con calma, dándole paz mientras acariciaba con amor su espalda. Haciendo de que los latidos de su corazón sean escuchados y así pueda sentirse mejor.
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Memories. || Hayakawa Aki
Fanfiction¿Te quedarás a mi lado? ¿Puedes prometerlo? Porque si ya no puedo sostener tu mano, te irás volando y te romperás. ¿Puedes detener el tiempo? Porque si este pasa como si nada, entonces nunca existió. Tengo miedo de perder una batalla si es contra ti...