Memories. || Hayakawa Aki

XXVI

Explicarle a los demás sobre por qué Makima no es que piensan que es, me costó mucho, excepto por alguien.

El demonio ángel, era más inteligente de lo que aparentaba, él había unido las piezas de un rompecabezas en poco tiempo.

Denji seguía procesando la información, y lo entendía, no podía hacer que de golpe acepte mi propuesta de matar a su "amor". Lo mismo con Aki, había depositado mucha confianza en su jefa, no sabía cómo expresar sus ideas. La única que decidió cambiar de bando, sin dudar, fue Power, comenzó a preguntarme sobre todo el plan que teníamos a la mano.

Lo único malo es tener que hablar sobre mi contrato, cosa que me era estrictamente prohibido con Astartea.

-Les daremos una respuesta pronto, Astartea.

-Tómense el tiempo que quieran. Entenderé si no están de nuestro lado. -una sonrisa dominó el rostro de Hayakawa.

-Nos veremos pronto.

Y se fueron, yo miré a Kishibe preocupada, este hizo una seña de que haga silencio. Asentí y me retiré de la sala, yendo a mi habitación.

Estaba preocupada, finalmente expliqué el asunto, estaba con una carga menos en toda mi espalda y me sentía... tranquila, pero eso no quitaba el asunto principal.

El peligro que ella representa es más que suficiente para sacarla de este mundo.

. . .

En la casa de Hayakawa Aki.
Mismo día.

-Acepatarás estar con Astartea, ¿verdad? -preguntó el rubio, este se queda en silencio.

-No tengo una respuesta definitiva, Denji -se defiende el mayor, negando con la cabeza. -. Aún hay mucho que procesar y... quizás ella tenga razón.

-Ella ha sido muy importante para nosotros, pero no creo que la mejor opción sea deshacernos de ella... -él sugiere sutil, pero la única respuesta que obtiene es el silencio.

Ambos estaban en el limbo.

Aki estaba entre el amor y el trabajo.

Denji entre su amor y su figura materna.

Era difícil de escoger, pues ambas mujeres los ayudaron a ambos en momentos distintos, pero mismo impacto.

-Tú puedes decidir lo que quieras Denji. -se adentra a su habitación. Sin mirar atrás.

-¿Qué debería decidir yo? -se cuestiona él solo.

Seguía cegado por su amor por Makima, aunque no lo admitiera a los cuatro vientos, él esperaba tener la mínima oportunidad con la pelirroja de ojos controladores pero magnéticos.

Se quedó sentado en uno de sus muebles, mirando a un punto fijo como si de ahí sacara la respuesta a sus incógnitas. No entendía por qué sentía un nudo en la garganta por el miedo a equivocarse, era la primera vez en esos dos años que pensaba muy a profundidad. Astartea le había ayudado tantas veces antes de que "se fuera", ¿era el momento de devolverle el favor? Quería ayudarla, pero no quería perder a Makima.

¿Qué hubiese pasado si Kaneko no habría vuelto?

-¿De qué lado estarías, Pochita? -cuestiona Denji, en un susurro.

Tocó su pecho con cuidado, como si lo que colgaba de ahí se fuera a romper. Respiró hondo y cerró sus ojos, tratando de pensar en aquella mujer que "ama" incondicionalmente.

Pero esa imagen distorsionada que tiene de la pelirroja fue cambiada, y no por voluntad propia, sino por cierto demonio que ha estado observando todo. Su cabeza empezó a doler repentinamente, mientras un peso lo empezaba a tomar de regreso...