Capítulo 4

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—¿Estás seguro de que somos de la misma talla? No es por ofenderte, Minho, pero creo que soy un poco más alto que tú.

—Relájate, estoy seguro de que te quedará. — Dijo Minho, terminando de buscar en su armario. —¿De qué color quieres la corbata?

—Uhm... ¿Tienes azul?

—Hwang Hyunjin, eres el hombre más predecible del planeta. — Rió y seleccionó una corbata de la tonalidad solicitada.

—¿Por qué?

—¿Es en serio? ¿Tienes que ir combinado con el vestido de Youngmi? Eres un cursi.

—¿Debería elegir otro color?

—Olvídalo, conociendo a mi hermana, le encantará que vayan combinados.

—Okay, me vestiré acá.

—Bajaré a la sala con Youngmi. Ve cuando estés listo. — Dijo para luego retirarse.

Hyunjin no se compró un traje propio, no porque no tuviera dinero, sino porque el dinero que le entregó su padre para aquello se lo había gastado en algo, a su percepción, más importante.

Se colocó las prendas y una vez se encontraba presentable, bajó las escaleras.

—¿Qué opinan? — El pelinegro preguntó, nervioso ante lo que Youngmi pudiera opinar.

—Wow, Hyunjin. — La castaña abrió ampliamente su boca. —¿Este chico tan guapo es mi cita? — Halagó, sonrojando inmediatamente al más alto.

—Te ves bien. — Añadió Minho de manera fría, quien no acostumbraba a dar cumplidos. —Me voy a mi cuarto. — Se puso de pie y pasó cerca de Hyunjin a propósito. —Buena elección de corbata, cuñadito. — Susurró la última palabra de modo que la menor de los Lee no pudiera escuchar. 

—¿De verdad me queda bien? Lo siento algo corto.

—Te queda excelente, Jinnie. Realmente te ves muy atractivo, seré la envidia de todas las chicas que querían ir contigo. — Rió.

—Tampoco es para tanto. — Miró hacia un costado para evitar el contacto visual.

—Como digas. Es mi turno para cambiarme o se nos hará tarde.

—Okay, iré con Minho mientras. — Ella asintió.

Hyunjin tocó la puerta de Minho y la abrió cuando este se lo indicó.

—¿Youngmi se está vistiendo? — Dejó su teléfono a un lado de la cama.

—Sí. — Se sentó en la silla de escritorio, mientras movía sus piernas de manera inquieta.

—¿Estás bien?

—Estoy muy nervioso, hyung.

—¿Por qué?

—Yo... Quiero que esta noche sea perfecta. Nuestro último recuerdo juntos debe ser perfecto.

—¿Aún sigues con la idea de alejarte?

—Debo hacerlo.

—¿No sería mejor hablar las cosas? Así podrían buscar una solución.

—¿Y qué se supone que le diga? ¿Que estoy enamorado de ella?

—Pues, esa es la verdad, ¿no?

—Olvídalo, Minho. Ella no puede saberlo o se sentirá culpable.

—Entiendo tu buena intención detrás de esto, pero no es el mejor método.

—Lo sé, pero la decisión ya está tomada.

Ambos suspiraron y se mantuvieron en silencio, hasta que escucharon una voz proveniente de la habitación de en frente.

VIDA DE COLORES - HWANG HYUNJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora