Capítulo 37

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Youngmi's POV

—¿Y si faltamos y nos quedamos acostaditos todo el día? — Hyunjin restregó su cabeza en el hueco de mi cuello.

—Me haces cosquillas. — Reí y lo empujé. —Sana me dijo que hoy nos harán exámenes médicos a todo el personal de la escuela.

—¿A mí también? — El pelinegro abrió ampliamente sus ojos.

—Eres maestro, así que sí.

—¿Nos tomarán muestras de sangre?

—Sí, ¿te da miedo?

—Un poco... No me gustan las agujas.

—Puedes tomar mi mano mientras te hacen el procedimiento. — Le di un tierno beso en su frente.

—Eso estará bien.

Nos preparamos y cuando estuvimos listos, nos encaminos hacia nuestro trabajo.

Hace ya casi 3 años conseguí el puesto de maestra de preescolar en una escuela situada en el centro de la ciudad y, cuando escuché que el profesor de artes estaba por retirarse, no dudé en ofrecer a Hyunjin para el puesto, ya que, además de hacer arte él mismo, otra de sus grandes pasiones era enseñar acerca de lo que disfrutaba.

Bastó con solo nombrarlo al director para que este inmediatamente lo aceptara.

Hwang Hyunjin era uno de los artistas con mayor reconocimiento para su edad y, cabe recalcar que era de los más guapos, así que no fue una sorpresa que todas las demás maestras le coquetearan antes de saber que era mi esposo.

Hyunjin solía dar un par de clases en la Universidad de Seúl, pero a pesar de su apretada agenda, quería vivir la experiencia de enseñar a los más pequeños y vaya que le encantó.

Cuando llegamos a la escuela, fuimos los primeros en ser chequeados por el personal médico.

La enfermera nos avisó que nuestros resultados estarían en un par de horas, así que podíamos continuar con nuestras responsabilidades.

Me despedí de Hyunjin y me dirigí a mi salón, donde los niños y niñas me recibieron con una amplia sonrisa.

Realizamos un par de actividades y está de sobra mencionar lo mucho que nos divertimos.

—¡Maeta! — La pequeña Kyujin se me acercó luego de la hora de almuerzo.

—¿Qué sucede, cariño? — Me agaché hasta quedar a su altura.

—Me luele la panzita. — Apuntó a su estómago.

—¿Será que comiste demasiadas galletas?

—Nu sé. — Hizo una mueca triste. —Ayúdeme, maeta.

—Vamos a enfermería, ¿sí? — Ella asintió.

Caminamos hasta la sala donde atendía Sana, la enfermera de la escuela.

Le conté lo sucedido y, debido a que sospechó que Kyujin presentaba un cuadro de gastroenteritis, decidió llamar a su madre para que se la llevaran a casa.

Una vez la señora llegó por su hija, estaba por devolverme a mi oficina para preparar material para las clases, pero Sana me detuvo.

—Youngmi, ¿tienes un minuto?

—Claro. — Me senté en la camilla.

Sana era mi mejor amiga en dicho lugar. Nos teníamos bastante confianza y siempre nos divertíamos mucho juntas.

—Yo... No sé cómo decirte esto. — Sana suspiró.

—Sabes que puedes contarme lo que sea, tranquila. — Reconforté.

VIDA DE COLORES - HWANG HYUNJINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora