VIDA DE COLORES - HWANG HYUNJIN

Capítulo 40

Author's POV

(Tres años después)

—¡Mami! — La pequeña Minji se acercó hasta el escritorio de su madre.

—Cariño, ¿qué hemos dicho sobre decirme mamá en la escuela? — Ella la miró con su cabeza ladeada.

—Que debo decite maeta. — La niña hizo un puchero, triste por tener dificultad para recordarlo.

—Así es, ¿qué necesitas?

—¡Pipí! — Minji cruzó sus piernas en señal de querer orinar.

—Vamos. — Le extendió su mano y caminaron juntas hacia el baño.

Una vez volvieron al salón junto a los demás infantes, Youngmi le indicó que retomara su dibujo de animales de la selva.

Mientras tanto, la maestra de preescolar organizó el resto de actividades que realizarían aquella semana en su agenda, para luego presentarla al centro de profesores.

Estaba a punto de terminar, cuando la puerta fue golpeada con toques suaves.

—Adelante. — Ella habló, sin levantar la vista de su cuaderno.

—Buenos días, maestra Youngmi. — El joven se acercó con una taza de humeante café y la posicionó a un lado de los lápices que ella tenía regados por la mesa.

—Buenos días, maestro Hwang. — Le sonrió con todos sus dientes.

Hyunjin se apoyó en el mueble de madera e inclinó su cuerpo lo suficientemente cerca del de la más baja para darle un corto e inocente beso, apenas rozando sus labios.

—¡Se besaron en la boca como los gandes! — Gritó el pequeño de cabello negro, Jeongin.

—¡Es poque ellos ya son gandes, Yonin! — Minji defendió a sus padres.

—¡Me llamo Jeongin! — Él muchacho reclamó.

—Sin peleas, niños. — Hyunjin intervino con una sonrisa por la ternura que le generaba la situación.

—¡Papi! — Minji corrió hacia su padre y se lanzó a sus brazos para que este la alzara en el aire.

—¿Cómo está mi princesa hermosa? — El mayor giró con ella aún en sus brazos, provocándole una divertida risita a su hija.

—¡Estaba dibujando un león! — Ella contó.

—¡Maeto, yo hice un mono!

—¡Maeto, yo estoy dibujando un loro!

Todos los niños se amontonaron para mostrarle sus creaciones al que ellos conocían como el maestro de artes.

Youngmi solo reía por el gran impacto que causaba Hyunjin en los niños. Todos lo adoraban, aunque no más de lo que hacían Minji y ella misma.

—Están todos sus dibujos muy lindos, son unos artistas. — El más alto les felicitó y volvió hacia donde su esposa seguía trabajando.

—Siempre causas un alboroto cuando vienes. — Rió Youngmi.

—Lo siento. — Escondió su cabeza en el cuello de la más baja. —Pero he venido con un motivo.

—¿Y qué es, si se puede saber? — Ella le miró con curiosidad.

—Felix me preguntó si le dábamos permiso para que Minji se quede con él y Changbin este fin de semana, porque irán a un parque de atracciones y quieren llevarla para que se diviertan todos juntos.

—Mmm, ¿y tú qué opinas?

—Yo confío en ellos. Ya la han cuidado en anteriores ocasiones, desde que Minji era una bebé. Además, ya sabes cuánto ella los quiere y como no los ha visto hace meses, debe extrañarlos.